PARTE DOS: EL PLAN DE UNA VENGANZA CAPÍTULO DIECISEIS En la casa de los Bracamontes, sin poder enfocar sus pensamientos y sus rezos en la misma dirección, ahí se encontraba Gonzalo, viendo a su hijo jugar como lo que era, un niño pequeño que no sabía de los pecados de su madre o los pecados de su padre. Por un momento pudo ver al hijo que mató en su pequeño hijo. Ya no tenía ningún caso seguir pensado de la mima manera cuando él había sido el único culpable de la muerte de Victoria y del pequeño que llevaba en el vientre.Era solo un hombre inmaduro para que permitiera que todo eso pasara. Su esposa, la mujer que había llegado tan feliz a darle la noticia por la que el mundo esperaba, sin dudad siempre fue una persona egoísta, una persona que solo pensaba en él pero ahora que tenía a su hijo ahí, casi a su lado podía decir que el Gonzalo que fue había quedado atrás.Aquella mujer de nombre Verónica y a la misma que había lastimado terriblemente en el brazo era tan parecida a Victori
PARTE DOS: EL PLAN DE UNA VENGANZA CAPÍTULO DIECISIETE TRES DÍAS DESPUÉSJustamente tres días habían pasado desde el momento en que su propio esposo comenzó a reclamar aquellas razones por las ella había hecho lo que hizo. Una sonrisa se hizo en su rostro al mismo tiempo que pensaban en todo lo que iba a caer sobre aquella mujer tan parecida a Victoria Bracamontes. Si Rosario lo había hecho una vez, si ella había jugado con el mal y todo había salido bien, ¿qué le hacía pensar que esta vez no sería lo mismo? La única diferencia era que ahora ella se quería divertir un poco más, con Victoria no tuvo la oportunidad de hacerla caer de rodillas mientras pedía por su vida pero con Verónica quería que la historia fuera completamente diferente. Se quería divertir, esas eran las palabras en que podía describir lo que estaba por venir en el futuro.Era una pena que fuera ella la que había llegado a la vida de Ricardo de esa manera. Ricardo era medio de hermano de Rosario pero al final, ¿y es
PARTE TRES: EL ÚNICO PRIMOGÉNITO CAPÍTULO UNODe pronto fue la mirada de Ricardo y la de Verónica la que bajaron al mero instante en que el pequeño, con la cara reposando en sus dos manos, le hizo aquella pregunta que nunca debió de salir de sus pequeños labios. Eso era lo último que ella hubiera esperado de su pequeño hijo. Que preguntara cosas que no debía. — ¿De qué estás hablando? —Preguntó Verónica claramente nerviosa.A su lado, Ricardo se decidió a observar a Verónica. Ella estaba actuando como nunca hubiera imaginado que vería a Victoria actuar. La sonrisa se hizo en su rostro en el momento en que vio lo nervosa que estaba. Ni siquiera sabía por qué le hacía gracia que ella actuara de esa manera.— ¿Señor Ricardo? —Preguntó el ´pequeño ahora viendo la manera en la que él estaba viendo a su madre.— ¿Sí? —Contestó él sin quitarle la visa de encima a Verónica.— ¿A usted también le gusta mi mamá?Una vez más esas palabras llamaron la atención de los dos. Ahora Verónica no era
PARTE TRES: EL UNICO PRIMOGÉNITO CAPÍTULO DOS Todo quedó en silencio por un momento. No habían palabras que expresar por parte de ninguno, el único que parecía estar consciente de lo que Ricardo Montemar había dicho era el pequeño Carlos Daniel.Ni por parte de Rosario ni por parte de Verónica habían palabras que expresar. Ricardo estaba mintiendo de la peor manera pero es que él mismo no podía imaginar que Verónica fuera descubierta por su propia hermanastra. Todo el show se vendría abajo y sobre todo, Victoria no sería capaz de conseguir su venganza. —Mamá, ¿es eso cierto? —Preguntó el pequeño mirando hacia arriba para alcanzar la mirada de su madre, quien lo llevaba de la mano. — ¿El señor Ricardo es mi papá? ¿Por eso venimos a vivir aquí?Verónica miró a su hijo y después miró a Ricardo. No había manera de que ella pudiera huir más que seguir la mentira.—Di que me estás mintiendo, di que eso no es cierto —llamó Rosario. — ¿Cómo puedes tener un hijo ya?No era momento para qu
PARTE TRES: EL ÚNICO PRIMOGÉNITO CAPÍTULO TRES En la mente de Verónica solo estaba lo que él le había dicho anteriormente. Él pretendía ser el padre de su hijo como si se tratara de aquella secretaria que llegaba a una empresa y pretendía ser la secretaria del CEO más guapo de aquella compañía.Frente a ella estaba Ricardo, el mismo que no tenía palabras para Verónica. Todo se le había salido de las manos con el solo hecho de saberla en peligro frente a su hermanastra, frente a la persona que le había hecho daño hasta querer y desear y hacer todo porque ella y su pequeño hijo murieran. — ¿Y qué es eso de lo que tenemos que hablar? —Preguntó Verónica sentándose frente a él. —Me dijiste que había un plan el que teníamos que seguir y bien, aquí estoy. ¿Qué es eso de lo que tenemos que hablar?— ¿Te ofrezco algo de tomar?— ¡No vengo a probar cuál es el mejor de tus vinos, vengo a hablar de un asunto que tú dejaste a medias, señor Montemar!— ¿Sobre Carlos Daniel?— ¿Qué pretendía
PARTE TRES: EL ÚNICO PRIMOGÉNITO CAPÍTULO CINCO Ocho de la mañana en punto, un nuevo día que comenzaba para algunos, unos que veían en él su oportunidad después de haber tenido un largo descanso, otros que veían solo perdición al encontrarse con el mismo mundo una y otra vez. Y entre toda esa gente que podemos seguir describiendo estaban aquellos que ya no tenían paz en su alma, aquellos que solo pensaban en la manera de regresa el tiempo para poder remediar aquellos errores.Entre toda esa gente que no sabía tener paz en el alma estaba aquel hombre que no había logrado dormir en los últimos días, el mismo que solo sabía beber hasta el siguiente amanecer. Apenas las puertas de aquel cementerio se abrieron por completo, con una botella de licor, sin que nadie lo notara y la verdad era que nadie le ponía atención siendo aquellas horas del día, Gonzalo llevaba un ramo de flores blancas. Y buscando entre las tumbas el nombre de aquella mujer a la que le había hecho tanto daño, se sen
PARTE TRES: EL UNICO PRIMOGÉNITO CAPÍTULO CINCO Verónica estaba ahí. Verónica ya podía contar con todo el apoyo de Ricardo desde ese momento porque le pidiera lo que pidiera, ella ya podía contar con eso. —Gusto en conocerlos, señores —dijo la clara voz de Verónica. —Mi nombres es Verónica Dantes, lamento mucho la demora. Los tres hombres que estaban ahí, no pudieron evitar mirar a Ricardo. Solo esperaba que eso no fiera un plan en contra de ellos. Pero tan pronto como sus ojos dieron con los de Ricardo, se dieron cuenta que él solo sonreía.De la gente mafiosa se podía esperar tanto. No sabían cómo interpretar aquella sonrisa de Ricardo Montemar, el hijo de hades como muchos en ese mundo lo conocían.—Tranquilos, señores, no tienen nada de que temer en este momento, les dije que conmigo las cosas son derechas, de mí no esperen una traición.—Entonces, ¿qué significa esto? —Preguntó uno de los hombres con el mismo acento extraño.Sabía Verónica que ese era el momento en el que e
PARTE TRES: EL ÚNICO PRIMOGÉNITOCAPITULO SEISLos hombres la miraban con atención parecia que al mirarla tratarán de descifrar lo que ella quería decir. Entonces ese momento de tención termino cuando ella habló.—Lo que quiero es...—¿Me estás diciendo que una mujer a la cual ni siquiera conócemos sus verdaderos propósitos nos pondrá condiciones?—¿Hay algún problema en eso?—Con un tono de voz frío le respondió. Al mirarlo su mirada lucia tan fría libre de cualquier sentimiento.—¿Que si hay algún problema?Mientras ellos dos discutían Ricardo los miraba sin entender que es lo que pasaba. Quería preguntar que es lo que realmente pasaba pero no quería entrometerse en eso, no podia simplemente interferir en algo que el no entendia.—¿Quieres dinero? Las mujeres como tú solo hay que ponerles un precio ¿No es asi? Dime la cantidad.— Ella solo soltó una risa burlona ante tal comentario.—Valla que no acabas de conocer a las mujeres. Las mujeres como yo no necesitan dinero.—El tipo se sorp