Tamara, sin embargo, demostró ser valiente y ágil. Esquivó los golpes de Laurent y contraatacó con determinación, la mujer no contaba con que Tamara era una luchadora excelente, la habían enseñado su padre y sus hermanos, desde adolescente y sabía defenderse muy bien.La lucha se intensificó, con ambas mujeres peleando ferozmente en la sala de estar. Muebles fueron tumbados y objetos se rompieron mientras la violencia se desataba.Ángela, aunque asustada y dolorida, encontró la fuerza para levantarse del suelo y unirse a la pelea. A pesar de su tamaño y edad, su valentía era evidente. Golpeó a Laurent con todas sus fuerzas, intentando proteger a Tamara.Laurent le dio un golpe que la arrastró por el suelo lanzándola contra una silla. La situación se volvió caótica y desesperada. Los gritos resonaban en la casa, y el sonido de la lucha era ensordecedor. En medio del caos, Xavier llegó a casa, sorprendido y aterrado por lo que encontró.―¡Basta! ―gritó Xavier con su voz llena de autorid
Xavier miró a Ángela y Tamara, sintiendo el peso de la respuesta que estaba a punto de dar.―Ángela… los resultados… confirman que ¡Eres mi hija biológica! ―dijo con una voz llena de emoción.Ángela se quedó sin aliento por un momento, su mirada se llenó de lágrimas mientras procesaba la noticia. Tamara la abrazó con fuerza, compartiendo su alegría y emoción.―Eres parte de nuestra familia, Ángela ―añadió Tamara con ternura.Ángela asintió, incapaz de articular palabras en ese momento. Finalmente, dejó escapar un suspiro de alivio y sonrió a través de las lágrimas.―Gracias, gracias por aceptarme y amarme ―murmuró, pero de pronto sintió duda ―¿Y si Laurent lo falsificó? ¿No será mejor ver los otros dos resultados? ―interrogó la niña sin poder contener su incredulidad.―Creo que no es necesario, pero si eso te hace sentir mejor, entonces vamos a esos sitios, una es nuestra clínica ―dijo él explicando y ella negó.―Mía no Xavier, yo lo único que quiere recibir es amor, solo eso.Los dos
La mujer se carcajeó burlesca.―¿Crees que puedes amenazarme? No sabes con quién te estás metiendo, Xavier. Tengo información que podría hacer tambalear tu perfecta vida y la de tu familia ¿Quieres saberlo? ―expresó Laurent con malicia.Xavier apretó el puño con rabia, pero se mantuvo calmado.―No me interesa lo que tengas que decir. Has lo que te dé la gana, pero a mi hija no te le acercas más. Ya no tienes ningún poder sobre ella. Ahora que sé que es parte de nuestra familia, no permitiré que la lastimes de nuevo.Laurent soltó una risa cínica.―Oh, Xavier, eres tan ingenuo. Crees que puedes protegerla de todo, pero hay secretos que podrían hacer mucho daño si salen a la luz. Tú mismo podrías perderla a ella.Xavier se mantuvo firme, negándose a dejarse intimidar.―No sé qué crees que sabes, pero no me importa. Lo único que me importa es el bienestar de mi hija… y lo mío no es una amenaza Laurent, sino una advertencia, sé lo que hiciste, y haré todo lo posible para asegurarme de que
Freya, Tamara y Xavier se quedaron en silencio por un momento, pensando en las posibilidades. Si las sospechas de Xavier eran ciertas, significaba que Ángela podía o no ser biológicamente hija de Laurent. Y si eso fuera cierto, ¿entonces quién era su madre biológica? ¿Y por qué Laurent había hecho algo así? ¿Cómo hicieron para tomar muestra de su semen?Tan pronto como Emir les envió la información solicitada, Xavier comenzó a hacer llamadas y a buscar más información. Descubrieron que el embarazo de Laurent había sido extremadamente secreto; no había registro ni fotografías de ella en ese tiempo, consiguió el nombre del centro médico donde dio a luz, ubicado en Estados Unidos. ―¿Qué vas a hacer? ―interrogó Tamara con preocupación. ―Debo viajar a los Estados Unidos, aunque antes quería hablar con Lesbia, su madre, ella está en España, quizás pueda darme alguna información de lo ocurrido ―expresó Xavier y vio la preocupación en Tamara. ―¿Qué pasa amor? ―preguntó tomándole la mano de
Kate miró a Xavier con sorpresa y nerviosismo. Sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras lo invitaba a pasar.―Entra y hablemos en el despacho, por favor.Lo guio hasta la oficina, mientras se limpiaba las lágrimas intentaba encontrar las palabras adecuadas para poder explicarle, que a pesar de todo ella no tuvo la culpa, tomó asiento en el sofá y señaló un espacio para que tomara asiento junto a ella, no pudo sostenerle la mirada, y la apartó avergonzada.―Lo siento, Xavier. Lo siento mucho ―murmuró, con voz temblorosa―. Fui parte de un plan cruel, sin saberlo, mi única justificación es que estaba enamorada, y no tenía idea de cuán lejos podría llegar mi hermana.Xavier sintió un nudo en la garganta al escuchar sus palabras. Quería entender todo, quería saber por qué habían jugado con su vida y la de Ángela de esa manera.―Necesito que me expliques, Kate. Necesito saber la verdad completa.―Ángela es mi hija, Xavier ―soltó ella y el rostro del hombre palideció.―¿Cómo obtuvieron mi
Xavier salió de allí con una expresión de tristeza, no podía creer que Laurent hubiese sido capaz de sembrar tanta maldad, no solo fue contra él, sino contra su hermana, su mente estaba llena de pensamientos tumultuosos. El peso de la verdad que acababa de descubrir se apoderaba de él, pero también estaba decidido a tomar medidas y proteger a su hija.La ira se entrelazaba con la tristeza dentro de él. Se sentía traicionado y manipulado por Laurent, porque entendía que Kate también había sido otra víctima de las maquinaciones de su hermana, pese a ello, no podía exonerar su culpabilidad por completo, porque a su parecer ella debió luchar por Ángela, aunque tampoco podía ignorar su sufrimiento y remordimiento.Se recordaba de Kate, una chiquilla muy alegre, risueña cuando no estaba Laurent, pero cuando veía a su hermana, trataba de salir del mismo espacio donde se encontraba, siempre la veía mirarlo con una expresión soñadora y cuando su hermana se daba cuenta, se burlaba, y ella salía
Laurent respondió con una mezcla de triunfo y amenaza en su voz.―Qué buena decisión, querida hija. Nos encontraremos en el parque cerca de la casa de tus abuelos, en una hora, sé que estás allí. Asegúrate de no decirle a nadie, ni que te sigan y ven sola. Si intentas hacer algo fuera de lo acordado, tu papito o quizás los trillizos que tanto quieres pagará las consecuencias.Ángela colgó el teléfono, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que estaba arriesgando su propia seguridad al ceder ante las demandas de Laurent, pero no podía soportar la idea de su padre sufriendo más por su culpa y menos que la amenazara con sus hermanos. Decidió que haría lo que fuera necesario para protegerlo.Rápidamente, buscó una hoja de papel y escribió una nota para Tamara, explicando brevemente la situación y pidiéndole que contactara a la policía tan pronto como fuera posible. Dejó la nota sobre la cama, se colocó una bufanda y unos lentes y salió por la ventana de la habitación con determinación y
Xavier escuchó las súplicas desesperadas de Kate, entendió su lógica y asintió en silencio. Sabía que esas noticias les causarían daños a las empresas de su familia, tanto a los Ferrari y los Sebastini, pero en ese momento su principal prioridad era encontrar a su hija y asegurarse de que estuviera a salvo. No podía dejar de maldecir a Laurent, esa mujer era el demonio personificado, inhalaba pura maldad, le costaba creer, como una persona podía tener el corazón tan contaminado como ella.El resto del vuelo estuvo lleno de tensión y silencio. Xavier estaba ensimismado en sus pensamientos, tratando de encontrar una salida para ese embrollo que había armado Laurent. Kate estaba temerosa de lo que pudiera pasar, no podía contener la angustia que le presionaba el pecho, como si quisiera hundir su existencia.Cuando aterrizaron en Roma, Xavier se apresuró a llamar a sus contactos en la policía para ver si tenían alguna pista de Ángela y Laurent. Pero cada llamada fue una decepción. No hab