Peligro, condena y muerte, son el castigo que imponen los Lebedev.
Subestimar al borrego es lo peor que puede hacer el león, Edmon lo sabe, ahora que Chastity es la Koroleva, ha demostrado que es mujer que nació para doblegar a los grandes, en tan poco tiempo se ha convertido en un peligro para la Bratva. Luego del juego de mentiras y traiciones de los Lebedev, ella está decidida a hacerles pagar por el daño, teniendo como aliado a Lukyan Orlov.
Sin saber que un nuevo líder ha resurgido de las sombras, Killian Stolkov, el nuevo capo de la mafia italiana, quien no tarda en prenderse de su belleza a tal punto de la obsesión, teniendo algo en común; el odio impenetrable hacia el UnderBoss, ¿El problema? Que tras el aviso de la nueva contienda, Edmon la considerará un veneno letal para el mundo de la mafia, adentrándola en una guerra donde estará en medio de dos grandes leyendas de la mafia.
CHASTITYDicen que subestimar al borrego es un error, bueno, los Lebedev lo hicieron, el Boss me ha ocultado cosas, la loca mayor solo me pone a prueba, Edmon, ese hijo de puta y Viera me toman el pelo, mi padre está muerto y Lukyan me contó hace una semana que hay probabilidades de que mi madre no esté muerta. Todos juegan, y ahora haré lo mismo, en una semana es la maldita boda. Estoy preparada, soy letal como hermosa, me repito esas palabras mientras monto una gruesa verga rusa.—Joder —Lukyan tensa el cuerpo.Nuestros cuerpos están sudorosos, llevamos más de dos horas follando, nadie lo sabe, ni siquiera Edmon y sus Voyevikis, Lukyan es de peso en la Bratva, no solo compartimos el mismo gusto por la medicina, es poderoso, cruel, despiadado, únicamente cambia el que sea más accesible, le gusto, me gusta,
CHASTITY Termino de ponerme los pendientes, el que la Bratva siga considerándome como alguien incompetente, solo enerva mi sangre, no lo soy y eso es algo que deben aprender de una puta vez. Respiro hondo mientras veo a la mujer que está de pie frente al espejo, una que no solo ha perdido a su padre y ha sobrevivido a la mafia más sanguinaria, sino, una que va a ser letal para la propia organización. Conmigo no se debe jugar.—Debo admitir que ese vestido te sienta bien el culo —dice a mis espaldas Ivanna Lebedev.A veces el lenguaje que emplea me parece de lo más bajo en clase para ser la esposa del Boss, sin embargo, es la mujer a la que le deposito media confianza. Frunzo el ceño, el vestido que traigo resulta ser discreto y elegante, no muy provocativo a lo que era la idea principal de la loca mayor. Su sugerencia fue hostil al quere
CHASTITY—Edmon Lebedev —dice Killian sin apartarse de mí.Eso está bien por mi, de hecho, espero que lo corra, sin embargo, la cercanía del capo me hace sentir… segura. Por lo que no me bajo del papel de perra que estoy empleando, por el contrario, cruzo mi pierna haciendo que la apertura de la tela, muestre toda su desnudez a esplendor, los ojos del UnderBoss recorren mi piel y tensa el cuerpo.—Killian Stolkov —espeta con dureza.—Una reunión —el capo gira hacia mí—. Interesante ¿no lo crees?El ambiente es pesado, no hace falta ver a Edmon para saborear su aura hostil, oscura.—Por supuesto, veo que lo estás pasando bien al lado de mi prometida —dice el hijo de puta con voz grave.
EDMON Las cartas caen, los jugadores hacen su primer movimiento y yo solo no puedo apartar la mirada de Chastity, esa maldita cría de mierda que mueve el culo sobre la pierna del Capo, cada que se inclina para colocar la carta elegida por él, el Boss intenta hacer contacto conmigo, no lo permito, sé que si lo hago me joderá la noche y quiero hacerle entender a ella, quién es su dueño.—Ficha verde —habla una de las sumisas que está para cerciorarse que no haya trampas.Ingenua, los mafiosos es lo que usamos. Comienza una nueva partida, las cartas se reparten, observo las mías con mal gesto, Viera no ha dejado de restregarse en mi cuerpo como lo que es, una puta. Hacemos la tirada, el capo hace un movimiento veloz y estoy seguro que lo ha hecho a propósito. Su mano
CHASTITY No me puedo sentir más humillada, mientras me encuentro en el auto del Capo de la mafia italiana, ya voy pensando en cómo hacerle pagar esto a Edmon Lebedev. Hacer que lo follara frente a Killian Stolkov no se lo paso, por ahora mi único objetivo es sacarle información sobre su madre, que de sus contiendas no me interesa nada.—Parece que estás pensando en cómo asesinar a alguien.La voz gruesa de Killian hace que salga de mi ensimismamiento, levanto la mirada y lo encuentro recorriendo mis piernas, una de ellas desnuda por el corte abierto del vestido.«No importa lo que tenga que hacer» me repito.—No es tu asunto.Ríe.
CHASTITYEl ambiente es hostil, nadie dice nada, tampoco es que me importe mucho, soy la Koroleva de la Bratva y aunque sea un puesto de papel, por pura apariencia, sé jugar mis cartas, Edmon ha arruinado mis planes por el momento, no hago preguntas estúpidas, conozco las leyes de la mafia, en estos meses me las he aprendido de memoria, y una de ellas es que la mafia italiana sabe pagar favores, evitar una contienda hace que mi instinto de supervivencia se ponga en alerta.—UnderBoss —habla el capo rompiendo el silenció—. Interesante, llegaste antes de lo esperado.Edmon tensa el cuerpo, no aparta la mirada de lo que le interesa, y eso es joderme la existencia. Doy un paso adelante.—Me debes una —susurro solo para los dos.
CHASTITY Mientras me llevan escoltada a no sé dónde, mi cabeza no deja de dar vueltas en el hecho del por qué me traicionó de esta manera Lukyan. Se supone que este iba a ser nuestro pequeño secreto, pero al parecer ha decidido no jugar el mismo juego. —Aquí —habla el Voyeviki que me lleva. Alzo la vista, una celda fría y mugrienta aparece frente a mis ojos, no me sorprende, estos lugares los conozco por Lukyan, quien desde el primer momento me dio un recorrido con el único objetivo de inferir miedo en mí, cosa que no logró, y ahora estoy aquí, a punto de pisar un sitio que huele a sangre. El Voyeviki me quita las esposas y me da un empujón innecesario para adentrarme, cierran las rejas murmurando la palabra traidora, de haber sabido que me pasaría esto, me hubiese quedado con Killian en Italia, estar&iac
KILLIAN —¿Cómo es ella? La pregunta me hace apartar la mirada de la ventana, la noche me resulta tentativa, manipuladora y hostil, como la mujer que está detrás de mí. Le doy un trago a mi bebida y corro la cortina cubriendo el paisaje tétrico de Florencia a estas horas de la madrugada. —Terca, impulsiva, valiente, mordaz y manipuladora —respondo con seguridad—. Cualidades que estoy seguro heredó de ti. Mi respuesta parece agradarle, porque relaja el gesto. La rubia de ojos grises sonríe, y creo ser el primero en ver que lo hace. —Ella es mi vivo retrato, necesito que se case contigo —se pone de pie. Me quedo callado, odio la idea de estar atado a una mujer, es hermosa, mucho, de hecho, pero eso no le quita el hecho de que sea una perra, Edmon Lebedev parece que le tiene respeto aunque no lo