CHASTITY
—¿Has tomado tus medicinas? —inquiero ayudándolo a sentarse de nueva cuenta.
—Sí, no soy un niño pequeño ¿recuerdas? —se agita y le acerco el vaso de agua natural que descansa sobre la mesilla—. Soy yo quien debe cuidarte, no al revés.
—Vamos, sabes que siempre hemos ido contracorriente —coloco la palma de mi mano sobre su frente—. Estás hirviendo en fiebre.
—No es nada…
Me enfado y me pongo de pie.
—No tardo, buscaré a alguien que me ayude a llevarte a tu habitación —me apresuro a decir impidiendo que me lance uno de sus comentarios fraternales o que mienta asegurándome que se encuentre bien.
—Grigori e Ivanna no están, fueron a visitar a Viera —me informa en un tono apenas audible.
—Entonces buscaré a alguien más y llamaré a un maldito médico que me ayude, ahora no me metas sustos y quédate aquí —exijo en tono dulzón y
CHASTITYMí mirada sigue fija en un punto invisible del mármol blanco de la sala de espera en el hospital, hace más de dos horas que Lukyan se fue con el doctor que iba a estar a cargo de mi padre, no tengo noticias y la incertidumbre me carcome, los nervios me hacen estallar y si no me dan noticias de mi padre en menos de cinco minutos, los problemas comenzarán para el mundo. El sonido que emiten las manecillas del reloj es lo único que escucho hasta que siento como alguien toma asiento a mi lado.No es necesario que voltee a verlo, el olor a loción masculina me parece tan familiar, que sufro el imperioso impulso de levantarme y tomar asiento en la otra sala adyacente, lejos del mafioso de mierda que no me brindó la ayuda que necesitaba en el momento. Doy un paso y enseguida me agarra de la mano obligándome a regresar de sentón.—No estoy de humor —dice en tono gélido.Giro a verlo con el ceñ
CHASTITYSus pasos se van alejando y trago duro cuando escucho el sonido hueco de la puerta al cerrarse tras mis espaldas. Tomo una enorme bocanada de aire y paso las dos siguientes horas pegada a él, me sorprende el hecho de que solo pasen las enfermeras para revisar sus signos vitales, que todo esté en orden, tomar notas y ofrecerme su ayuda por cualquier cosa, Lukyan no vuelve a aparecerse y mucho menos vuelvo a ver a Edmon. Nadie me dice nada, nadie me saca de la habitación y me quedo cuidando, observando y revisando todo de mi padre. La noche llega, no he bebido ni comido nada y para ser honesta no tengo ánimos de nada, mi mundo está en balanceándose en un bucle lleno de incertidumbre hasta que mi padre se remueve inquieto y abre los ojos, me mira e intenta quitarse la mascarilla que lo ayuda a respirar pero se lo impido.—Eh, shhh todo está bien —le digo empleando mi tono más dulzón cuando sus ojos me piden una exp
EDMONEl agua no quita el sinsabor que me ha dejado toda esta jodida situación, las cosas se me han salido de las manos, estoy confundido, ardido, mi sed por derramar sangre comienza a superar mi deber y mi responsabilidad. Luego de tratar como mierda a la mocosa, uno de los Voyevikis a mí servicio y más leales, me mostró las cámaras de seguridad, al principio pensé que solo se trataba de una pérdida de tiempo, pero al ver cómo luchaba por mantener a su padre con vida y el hecho de que mi jodida y atrofiada mente me hiciera una mala jugada al recordar cómo luchó por su vida contra los cinco leones, cómo se defendió de Viera, y ahora al ver cómo suplicaba ayuda para llevar a su padre a un hospital, hizo que la sangre me hirviera.Maté a todo Voyeviki que le negó ayuda aún sabiendo que será mi jodida Koroleva, pero ni el derramar sangre de la Bratva en mis manos, ni el agua caliente que baña mi cuerpo desnudo, hace que me quit
EDMONMe acerco hasta él, no soy bueno, no soy el príncipe de la historia, mucho menos el héroe, no tengo corazón, ni sentimientos buenos, mucho menos intenciones claras y bondadosas, soy un hijo de perra cruel y sádico, vengativo, asesino, amo la guerra y derramar la sangre de mis víctimas. Pero por alguna extraña razón que desconozco y que a mí mismo me sorprende, digo las palabras que encadenan a un alma pura e inocente, al peor de los demonios que el infierno pueda tener, al final, el borrego fue entregado al león en charola de plata y ahora me pertenece.—Yo, Edmon Lebedev, juro por la Bratva, por el Boss y por mi honor, que Chastity Adams estará a salvo conmigo, la cuidaré y protegeré aún si eso significa derramar la sangre de la propia Bratva que esté en su contra —mis palabras toman fuerza cuando saco mi navaja y hago el habitual corte en la mano, él estira la suya y ambos estrechamos haciendo una especie de pacto in
CHASTITYMis ojos admiran las nubes y el paisaje que yace por la ventana del avión, no dejo de apretar contra mi pecho la urna que lleva las cenizas de mi padre, el dolor que siento no se compara con el que haya experimentado antes. Mi móvil no ha dejado de sonar y lo tuve que apagar antes de despegar. Regresar a los Ángeles era la mejor opción, entre más alejada esté de la locura de la mafia roja, mejor. Livy me daría alojo en su departamento, tenía unos ahorros y el dinero que papá me había transferido antes de llegar a Rusia, cinco millones de euros, no era mucho y tampoco era para tener una vida longeva, pero es un comienzo para abrirme camino.Recargo mi cabeza y pienso en todo lo que me ha ocurrido desde la noche en la que salimos del bar, ¿por qué atacar a un montón de gente inocente? ¿Quién era su objetivo realmente? Supongo que nunca lo sabré. El mafioso de mierda viene a mis memorias y el recuerdo
CHASTITYSuelto un suspiro y los ojos de mi mejor amiga me cuestionan con un brillo de diversión tan típico de ella.—¿Qué ha sido eso? ¿Quién es? ¿Tu ligue? ¿Tu novio secreto? ¿Ya perdiste tu virginidad? —comienza a martirizarme con preguntas idiotas que no quiero responder.—No es nadie y no quiero hablar de eso —me coloco un poco de maquillaje y luego meto todo de nuevo a la maleta mientras Livy se mensajea seguramente con el tipo que follará.—Creo que me voy —anuncio llamando su atención.Sus ojos adquieren la seriedad que tanto esperaba desde el principio, se acerca hasta mí y toma mis manos entre las suyas.—De verdad siento lo de Alexander —comienza—. Era un tipazo ¿en serio estás bien?«No, no lo estoy»—Sí —miento y duele—. Estaré bien, mi padre me ha enseñado a ser fuerte, sé que él quisiera que lo fuera en estos moment
EDMONMi lengua juega con la de la mocosa al tiempo que mis manos viajan por sus piernas, llego hasta sus nalgas y las apretujo acertando que tiene un culo firme, suave y bien dotado, a mi mente viaja la imagen de verlo rojo por los azotes que me muero de ganas por darle, nadie nunca me había golpeado en el rostro, mucho menos una mujer de la Bratva, las esclavas me obedecen, las sumisas atienden, y las víctimas mueren, pero… ¿qué es la cría? No logro colocarla en alguna categoría y eso me irrita.Intenta levantarse y apartarse pero se lo impido, le restriego mi erección y muerdo su labio inferior, de su garganta brota un ligero gemido que capturo celoso con mi boca, el morbo a lo nuevo y a lo que se siente mal e indecente me excita de tal manera, que pierdo la cordura y exijo.—Tócame —susurro entre su boca y la mía, para luego admirar sus labios hinchados y sus ojos cerrados que aguardan un par de segundos
EDMONLas puertas del ascensor se abren, cuando entramos a la suite, Lukyan se encuentra en la cocina, tecleando con rapidez en su laptop, la cual descansa sobre la encimera, en cuanto nos ve sus ojos se abren como platos, le da una mordida a la manzana que trae en mano y luego cruza una mirada inquisidora conmigo.—El Boss ha dado la orden de aprovechar y tendremos que visitar a Arlequín, nuestro socio —me explica y luego observa a la rubia que permanece a mi lado—. También tiene que ir ella.Cierra la laptop, tira el resto de la manzana en el cesto de basura a su derecha y mi mejor amigo se marcha sin saludar a la mocosa, muere por hacerlo pero sabe que es caso perdido intentar coquetear con ella, será mía y es mejor que no se haga muchas ilusiones con ella.—Y ahí va el que iba a ser mi buen amigo —ironiza la cría caminando hasta la estancia principal—. No quiero ir a ninguna parte, ustedes