EDMON
No veo claro, he olvidado cómo respirar, las articulaciones me duelen, la rabia me consume y todo me da vueltas en la cabeza, camino con prisa, los pocos Voyevikis que se supone tenían que resguardar las entradas y salidas, se apartan en cuanto me ven, la boca se me seca, no hay nada que me quite las putas ansias y los deseos de matar a la mocosa y de castigar a Viera por no acatar una puta orden, solo una. Levanto la mirada mientras me dirijo a la sala de mando en donde podré tener una mejor vista de cada uno de los rincones del laberinto en el que se meten a las presas para que luchen por su vida, veo al Voyeviki que estaba a cargo de la cría de mierda y lo encuello con fuerza descomunal, azotando su espalda contra el frío muro que yace detrás de él.
—¡Di una puta orden! —Ajusto mi agarre y el miedo se apodera de sus pupilas—. ¡¿Acaso has olvidado quién soy?!
—No, ella se ha escapado, es escurridiza y
EDMONNos miramos fijamente el uno al otro por un par de segundos antes de dirigirme al área que me lleva hacia la zona que he indicado, el corredor es angosto con paredes lisas de un color verde militar, no hay cuadros que adornen, solo un par de lamparillas a los extremos de cada metro por metro, emitiendo una luz chillante y abrumadora. Dos Voyevikis me acompañan, cuando llegamos hasta la puerta que ya tienen abierta para mí, me preparo y les ordeno quedarse en donde están. Asienten con la cabeza baja solo porque saben que no estoy en uno de mis mejores momentos, y cualquier cosa que me crispe significa una bala entre ceja y ceja de la persona que me desafíe.—¿Debo guiarte? —pregunta en tono burlón Lukyan, por medio del chícharo pegado en mi oreja.No era necesario, yo mismo hice los planos de este laberinto, conozco sus entradas y sus salidas, así mismo como sus atajos, los pasajes secretos y la localiza
EDMONAl llegar a donde se supone está la mocosa, no encuentro nada, solo la trampa de oso abierta, saco mi arma y me mantengo expectante, diviso una línea gruesa y roja de sangre como si alguien hubiese arrastrado un cadáver, este va directo a la zona de mi derecha, apresuro el paso y poco a poco el ruido de una pelea es nítido.—¡Jamás serás nuestra Koroleva! —exclama una de las amazonas lanzándose encima de la cría, que para este entonces parece una salvaje, cubierta de lodo, sangre, no tiene la playera puesta y me pregunto en dónde mierda la perdió—. ¡Viera es la única digna del Underboss!—Opinamos lo mismo —dice la cría estando abajo del cuerpo corpulento de la amazona—. Son tal para cual, el problema es que ni él ni yo podemos escapar de esto.Doy un paso adelante para ir en su ayuda cuando leo las intenciones de la amazona al querer clavarle el cuchillo que porta en la mano izquierda,
CHASTITYSalir de la oscuridad no siempre me resulta sencillo, de hecho tengo que hacer un enorme esfuerzo para salir del estado en el que me encuentro luego de haber leído el periódico que por alguna extraña razón estaba sobre mi cama, como si alguien supiera de esa pequeña parte de mi pasado que dejé enterrada hace mucho tiempo.Mis ojos se anclan en los del mafioso de mierda que sostiene mi rostro con una de sus manos, su agarre está cargado de ira y le entiendo, acabé lastimando sin querer a la mujer que tanto ama.—Suéltame —logro articular zafándome de su agarre y poniéndome de pie.—No vine aquí para consolarte, mucho menos para hablar de tus traumas —dice en un deje de ignorancia—. Solo vine a informarte que cargarás en tu conciencia no solo la muerte de una mujer, sino, de un ser que apenas se estaba formando.Me congelo y dejo de caminar hacia la puerta que estaba a p
CHASTITY—¿Has tomado tus medicinas? —inquiero ayudándolo a sentarse de nueva cuenta.—Sí, no soy un niño pequeño ¿recuerdas? —se agita y le acerco el vaso de agua natural que descansa sobre la mesilla—. Soy yo quien debe cuidarte, no al revés.—Vamos, sabes que siempre hemos ido contracorriente —coloco la palma de mi mano sobre su frente—. Estás hirviendo en fiebre.—No es nada…Me enfado y me pongo de pie.—No tardo, buscaré a alguien que me ayude a llevarte a tu habitación —me apresuro a decir impidiendo que me lance uno de sus comentarios fraternales o que mienta asegurándome que se encuentre bien.—Grigori e Ivanna no están, fueron a visitar a Viera —me informa en un tono apenas audible.—Entonces buscaré a alguien más y llamaré a un maldito médico que me ayude, ahora no me metas sustos y quédate aquí —exijo en tono dulzón y
CHASTITYMí mirada sigue fija en un punto invisible del mármol blanco de la sala de espera en el hospital, hace más de dos horas que Lukyan se fue con el doctor que iba a estar a cargo de mi padre, no tengo noticias y la incertidumbre me carcome, los nervios me hacen estallar y si no me dan noticias de mi padre en menos de cinco minutos, los problemas comenzarán para el mundo. El sonido que emiten las manecillas del reloj es lo único que escucho hasta que siento como alguien toma asiento a mi lado.No es necesario que voltee a verlo, el olor a loción masculina me parece tan familiar, que sufro el imperioso impulso de levantarme y tomar asiento en la otra sala adyacente, lejos del mafioso de mierda que no me brindó la ayuda que necesitaba en el momento. Doy un paso y enseguida me agarra de la mano obligándome a regresar de sentón.—No estoy de humor —dice en tono gélido.Giro a verlo con el ceñ
CHASTITYSus pasos se van alejando y trago duro cuando escucho el sonido hueco de la puerta al cerrarse tras mis espaldas. Tomo una enorme bocanada de aire y paso las dos siguientes horas pegada a él, me sorprende el hecho de que solo pasen las enfermeras para revisar sus signos vitales, que todo esté en orden, tomar notas y ofrecerme su ayuda por cualquier cosa, Lukyan no vuelve a aparecerse y mucho menos vuelvo a ver a Edmon. Nadie me dice nada, nadie me saca de la habitación y me quedo cuidando, observando y revisando todo de mi padre. La noche llega, no he bebido ni comido nada y para ser honesta no tengo ánimos de nada, mi mundo está en balanceándose en un bucle lleno de incertidumbre hasta que mi padre se remueve inquieto y abre los ojos, me mira e intenta quitarse la mascarilla que lo ayuda a respirar pero se lo impido.—Eh, shhh todo está bien —le digo empleando mi tono más dulzón cuando sus ojos me piden una exp
EDMONEl agua no quita el sinsabor que me ha dejado toda esta jodida situación, las cosas se me han salido de las manos, estoy confundido, ardido, mi sed por derramar sangre comienza a superar mi deber y mi responsabilidad. Luego de tratar como mierda a la mocosa, uno de los Voyevikis a mí servicio y más leales, me mostró las cámaras de seguridad, al principio pensé que solo se trataba de una pérdida de tiempo, pero al ver cómo luchaba por mantener a su padre con vida y el hecho de que mi jodida y atrofiada mente me hiciera una mala jugada al recordar cómo luchó por su vida contra los cinco leones, cómo se defendió de Viera, y ahora al ver cómo suplicaba ayuda para llevar a su padre a un hospital, hizo que la sangre me hirviera.Maté a todo Voyeviki que le negó ayuda aún sabiendo que será mi jodida Koroleva, pero ni el derramar sangre de la Bratva en mis manos, ni el agua caliente que baña mi cuerpo desnudo, hace que me quit
EDMONMe acerco hasta él, no soy bueno, no soy el príncipe de la historia, mucho menos el héroe, no tengo corazón, ni sentimientos buenos, mucho menos intenciones claras y bondadosas, soy un hijo de perra cruel y sádico, vengativo, asesino, amo la guerra y derramar la sangre de mis víctimas. Pero por alguna extraña razón que desconozco y que a mí mismo me sorprende, digo las palabras que encadenan a un alma pura e inocente, al peor de los demonios que el infierno pueda tener, al final, el borrego fue entregado al león en charola de plata y ahora me pertenece.—Yo, Edmon Lebedev, juro por la Bratva, por el Boss y por mi honor, que Chastity Adams estará a salvo conmigo, la cuidaré y protegeré aún si eso significa derramar la sangre de la propia Bratva que esté en su contra —mis palabras toman fuerza cuando saco mi navaja y hago el habitual corte en la mano, él estira la suya y ambos estrechamos haciendo una especie de pacto in