POV de AlejandroLa habitación estaba en completo silencio. Las luces suaves iluminaban el rostro de Carmen, que descansaba en la cama del hospital. A pesar de la tranquilidad aparente, mi mente no dejaba de correr. Las palabras de Carmen aún resonaban en mis oídos, llenas de valentía y convicción. Su deseo de enfrentar la oscuridad y sus miedos me había dejado impresionado, pero también profundamente inquieto.**"Alejandro, no quiero que nuestro amor se vea afectado por la oscuridad que pueda venir,"** me había dicho, y esas palabras seguían atormentándome.Sabía que Carmen era fuerte, más fuerte de lo que a veces le daba crédito. Pero también sabía que el peligro que enfrentábamos no era algo que pudiera solucionarse solo con determinación. Había algo más, algo oscuro que se cernía sobre nosotros, y no podía evitar sentir que la presencia de esa oscuridad se estaba volviendo cada vez más tangible.Me acerqué a la ventana del cuarto del hospital y miré hacia afuera. La lluvia había c
El silencio en el hospital me envolvía, pero no era un silencio reconfortante. Era una calma tensa, como si el aire estuviera cargado de electricidad, anticipando algo oscuro que se avecinaba. La última vez que había visto a Alejandro, sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación y furia, algo que no podía ignorar. Sabía que había algo más, una carga que llevaba sobre sus hombros, y eso me inquietaba.**“Carmen, ¿estás bien?”** me preguntó la enfermera mientras revisaba mis signos vitales. Su voz era suave, pero la preocupación en su rostro era palpable.**“Sí, solo... solo un poco cansada,”** respondí, forzando una sonrisa. En realidad, me sentía inquieta. Había tenido visiones extrañas en mis sueños, sueños que parecían más reales que nunca. A menudo me encontraba con una sombra oscura que me perseguía, pero en el fondo, sabía que esa sombra representaba algo más que un simple miedo. Era una parte de mí, un reflejo de lo que estaba ocurriendo en mi vida.A medida que el tiempo pas
POV de AlejandroLa atmósfera en el almacén era densa, cargada de tensión. Las sombras que se acercaban se definían cada vez más, y podía sentir la amenaza que representaban. Sabía que debía proteger a Carmen a toda costa, pero una parte de mí también sabía que estaba a punto de caer en un juego peligroso.**“¿Quiénes son ustedes?”** pregunté, tratando de mantener mi voz firme. Miré a la figura al frente, un tipo que me resultaba vagamente familiar. Tenía una sonrisa despectiva, como si se deleitara con nuestra situación.**“Solo unos amigos que querían visitarlos,”** dijo el hombre, dando un paso adelante. **“He estado escuchando sobre sus pequeñas aventuras. Se han vuelto bastante notorios en la comunidad.”****“¿Qué quieres?”** Carmen interrumpió, su voz temblando un poco, pero manteniendo la determinación. Esa era una de las cosas que más admiraba de ella; siempre encontraba la fuerza para enfrentar lo desconocido.**“Oh, cariño, no seas tan impaciente. Solo queremos hablar,”** re
POV de AlejandroMientras nos alejábamos del almacén, el eco de las palabras del hombre aún resonaba en mi mente. **"Siempre estaré aquí, esperando a que caigas."** Era una amenaza velada, una promesa que eludía el tiempo y el espacio, como si, sin importar cuán lejos me fuera, siempre estaría presente.Carmen apretó mi mano con más fuerza mientras caminábamos por las calles desiertas hacia el coche. El viento nocturno se filtraba a través de los edificios, trayendo consigo una sensación de inquietud. El almacén, ahora lejos de nuestra vista, seguía siendo un recordatorio de lo que había dejado atrás: un pasado lleno de sombras, secretos y decisiones que nunca debí haber tomado.**"Alejandro, ¿qué estás pensando?"** preguntó Carmen, rompiendo el silencio. Su voz era suave, pero había una preocupación genuina detrás de sus palabras.**"No puedo dejar de pensar en él,"** respondí, mirando hacia el suelo. **"En lo que me dijo. Siempre ha tenido esa forma de control sobre mí. Incluso ahor
POV de CarmenLa luz del sol se filtraba por la ventana, llenando la habitación con una calidez que, en ese momento, me parecía un consuelo frágil. Alejandro estaba sentado al borde de la cama, sosteniendo su taza de café como si fuera un salvavidas. Su expresión estaba marcada por una mezcla de lucha interna y determinación. En ese momento, comprendí que la batalla no solo se libraba en el exterior; también estaba teniendo lugar en su interior, y me necesitaba más que nunca.**“Alejandro,”** comencé, sintiendo que mis palabras eran un hilo delicado que podía romperse con facilidad. **“Tú no eres lo que temes. Eres un hombre fuerte, y eso no cambia solo porque alguien intente manipularte.”**Él giró su mirada hacia mí, su tristeza palpable en el aire. **“No se trata solo de eso, Carmen. Hay partes de mí que no puedo controlar. Partes que pueden hacerte daño.”****“Pero yo estoy aquí,”** le recordé, acercándome un poco más. **“Estoy aquí para ayudarte. No tienes que enfrentarlo solo.”*
POV de CarmenLos días siguientes fueron una mezcla de tensión y determinación. Después de nuestra tensa reunión con Javier y aquellos hombres, cada momento me pareció cargado de un significado más profundo. El aire estaba impregnado de la incertidumbre de lo que estaba por venir. Alejandro y yo teníamos que ser estratégicos, pero también necesitábamos proteger lo que más amábamos: nuestra relación y el futuro que estábamos construyendo juntos.**“Carmen, tenemos que hablar,”** dijo Alejandro una noche mientras estábamos sentados en la sala, la luz tenue iluminando sus rasgos. Su tono era grave, y su expresión seria. **“¿Sobre qué?”** pregunté, sintiendo una punzada de ansiedad en mi estómago.**“Sobre lo que sucedió con esos hombres. No podemos permitir que esto se salga de control.”** Se pasó una mano por el cabello, un gesto que hacía cuando estaba estresado. **“Si realmente están involucrados con el fuego del almacén, necesitan saber que estamos dispuestos a luchar.”****“Pero, A
POV de AlejandroLa mañana después de nuestra reunión con la policía, me desperté con una sensación de presión en el pecho. Carmen había decidido ser valiente, enfrentando la incertidumbre y el peligro que se cernía sobre nosotros. Sin embargo, esa valentía no eliminaba mi preocupación. Cada vez que pensaba en Javier, en su conexión con la organización criminal y en lo que podrían hacerme a mí o a Carmen, el temor se hacía más palpable.**“Alejandro,”** me llamaron. Era Carmen, quien entró en la habitación con una taza de café humeante en las manos. Su rostro mostraba un brillo de determinación, pero también una sombra de preocupación que no podía ignorar.**“¿Cómo amaneciste?”** le pregunté, tomando la taza de sus manos y sintiendo su calidez. **“Mejor, gracias. Estuve pensando en nuestra próxima reunión con Javier. Creo que necesitamos establecer un plan más sólido,”** respondió, su mirada fija en mis ojos.**“Tienes razón. Pero también debemos tener cuidado. Javier podría tener su
POV de CarmenEl abrazo de Alejandro me proporcionó una mezcla de alivio y temor. **“Estás aquí. Estás a salvo,”** dije, tratando de calmarme, aunque el eco de la lucha resonaba en mi mente. Las sombras del almacén parecían cobrar vida, recordándome el caos que acababa de presenciar. **“Pero nosotros… ¿qué haremos ahora?”****“Tenemos que salir de aquí, Carmen. No podemos quedarnos,”** dijo Alejandro, su voz era un faro de determinación en medio de la oscuridad. Supe que su mente estaba trabajando a mil por hora, formulando un plan, buscando una salida.**“¿Qué pasa con Javier?”** pregunté, sintiendo una punzada en el corazón al recordar su rostro. Había sido un amigo, y ahora, el miedo a que estuviera en peligro me aterrorizaba.**“No sé. No podemos pensar en eso ahora. Solo debemos salir,”** respondió Alejandro, y aunque comprendía la lógica detrás de sus palabras, no podía evitar sentir una profunda preocupación por él.Nos movimos juntos entre los restos del almacén. Las luces par