POV de CarmenSalí del coche y tomé una respiración profunda. El aire fresco del bosque llenó mis pulmones, pero hizo poco para calmar el nudo de ansiedad en mi pecho. Alejandro había sido tan insistente en que todo era para mi propio bien, pero no podía sacudirme la inquietud que persistía desde las palabras ominosas de Luvita.El sendero del bosque delante estaba bordeado de árboles antiguos, cuyas hojas susurraban suavemente en la brisa de la tarde. El sol poniente proyectaba largas sombras, creando una atmósfera extraña y casi mágica. Caminé al lado de Alejandro, quien había intentado mantenerse calmado y tranquilizador, pero sus esfuerzos parecían una promesa vacía para mí.Acabábamos de llegar al claro donde el Anciano Herzova realizaba sus rituales. Podía ver la morada del anciano a lo lejos, una cabaña encantadora que parecía tanto acogedora como amenazante. La presencia de Alejandro a mi lado era una bendición mixta; su confianza inquebrantable me hacía cuestionar aún más mis
POV de CarmenHabía algo en el aire que me hacía sentir inquieta mientras esperaba en la pequeña cafetería en la esquina de la plaza. Mi pie tamborileaba suavemente contra el suelo, un reflejo involuntario de la tensión que se acumulaba en mi interior. No estaba segura de cómo se lo iba a decir, pero sabía que tenía que hacerlo. Luvita merecía saber la verdad, aunque significara remover viejas heridas.Finalmente, vi a Luvita entrar por la puerta. Su rostro se iluminó al verme, y no pude evitar sentir una punzada de culpa por lo que estaba a punto de hacer. Ella se acercó rápidamente, con esa energía positiva que siempre la acompañaba, y me dio un abrazo cálido.“¡Carmen! Hace tanto que no nos vemos,” dijo con una sonrisa genuina, sentándose frente a mí. “¿Cómo has estado?”“Bien,” respondí, aunque la palabra sonó vacía incluso para mis propios oídos. “Solo… necesitaba hablar contigo sobre algo importante.”Luvita ladeó la cabeza, su expresión se tornó más seria. “¿Qué sucede? Pareces
POV de CarmenMientras caminábamos de regreso al pack, el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos de naranja y púrpura. A mi lado, Luvita hablaba con una voz tranquila, pero algo en su tono me inquietaba. Había una sensación en mi pecho, una ligera punzada de desconfianza que no podía ignorar. No entendía por qué me sentía así; después de todo, Luvita siempre había sido una amiga cercana, alguien en quien había confiado durante mucho tiempo. Pero hoy, algo era diferente.Intenté sacudir esa sensación incómoda, diciéndome a mí misma que estaba siendo paranoica, que no había razón para sospechar de Luvita. Sin embargo, la duda seguía rondando en mi mente, como un murmullo persistente que no podía callar. ¿Por qué me sentía así? ¿Por qué, de repente, parecía que Luvita escondía algo?Llegamos al pack justo cuando Alejandro regresaba. No había visto a Alejandro en todo el día, y mi corazón dio un pequeño salto al verlo. Su presencia siempre había tenido un ef
POV de CarmenMe desperté al día siguiente con la cabeza pesada y el corazón inquieto. Los rayos de sol se filtraban por las cortinas, pero no traían la calidez usual. Sentía que el frío de la noche aún se aferraba a mi piel, como una advertencia de que algo oscuro se cernía sobre mí. Mi mente volvió al encuentro con Xavier, su mirada penetrante, las palabras que no habíamos dicho y, sobre todo, el desmayo que me había dejado con más preguntas que respuestas.Sabía que no podía seguir ocultando esto a Alejandro. La noche anterior me había prometido hablar con él, contarle todo, pero cuando llegó el momento, las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta, como si algo más fuerte que yo me impidiera hablar. ¿Era miedo? ¿O quizás algo más siniestro?El olor a café fresco me sacó de mis pensamientos. Bajé las escaleras lentamente, todavía sintiendo el peso de la noche anterior. En la cocina, Alejandro estaba sentado con una taza en la mano, pero no me miraba. Parecía sumido en sus prop
POV de AlejandroSentado en un rincón del restaurante, disfrutaba del aroma a café recién hecho y la música suave que llenaba el ambiente. Había sido un día largo, y necesitaba unos momentos de tranquilidad para ordenar mis pensamientos. Sin embargo, la paz que buscaba se desvaneció tan pronto como mis ojos se encontraron con una figura conocida que se acercaba a mi mesa.Era Luvita, y no estaba sola. A su lado caminaba un hombre alto, de porte imponente, con una expresión que no dejaba lugar a dudas sobre su arrogancia. A medida que se acercaban, mi pecho se tensó al reconocerlo: Xavier, el ex mate de Carmen.Los dos llegaron a mi mesa, y Luvita, con su típica sonrisa enigmática, fue la primera en hablar. “Alejandro, qué coincidencia verte aquí,” dijo, como si el destino hubiera decidido juntarnos por casualidad. “Quiero que conozcas a Xavier. Me imagino que ya has oído hablar de él.”Mis ojos se encontraron con los de Xavier, y en ese instante, supe que este encuentro no era acciden
POV de CarmenMi corazón latía con fuerza cuando entré al restaurante, mi mente todavía atrapada en los eventos recientes. Había vuelto al pack, pero la inquietud no me dejaba en paz. Algo en el aire se sentía extraño, como si una tormenta se estuviera gestando justo fuera de mi alcance. Lo que no esperaba era encontrarme cara a cara con el pasado de la manera más inesperada.Al llegar, noté a Alejandro sentado en una mesa en el rincón, sus ojos clavados en algo o alguien. Sus cejas estaban fruncidas, su mandíbula tensa. Seguí su mirada y sentí que el mundo se me desmoronaba cuando vi a Xavier y a Luvita acercándose a él.**Xavier, mi antiguo mate.** La mera visión de él hizo que mi estómago se revolviera. Había intentado dejar atrás ese capítulo de mi vida, pero aquí estaba, de regreso como un fantasma decidido a atormentarme.Me acerqué lentamente, mis pasos resonando en el suelo de madera del restaurante. No quería interrumpir la conversación, pero tampoco podía quedarme quieta. Al
POV de Alejandro**Cuando regresamos del restaurante, mi mente seguía dándole vueltas a lo que había sucedido.** No podía sacarme de la cabeza el encuentro con Xavier y Luvita, y menos la tensión palpable que había sentido en Carmen desde que volvimos a la manada. Sabía que algo no estaba bien, pero Carmen no estaba lista para hablar. Decidí no presionarla, pero la inquietud no me abandonaba.Al día siguiente, recibí una llamada de un colega para invitarme a un evento importante relacionado con nuestro trabajo. Era una oportunidad que no podía dejar pasar, una que podría abrir nuevas puertas para mí y para la manada. Sabía que el viaje sería largo y agotador, pero estaba dispuesto a hacerlo. Mi primer pensamiento fue llevar a Carmen conmigo. Su presencia siempre me calmaba y, además, quería que estuviera a mi lado en un momento tan crucial.Sin embargo, cuando entré en nuestra habitación para hablar con ella, noté que Carmen no se veía bien. Estaba pálida, con los ojos cerrados y resp
POV de AlejandroLa invitación de Luvita a la fiesta de su amiga llegó justo cuando estaba tratando de mantener mi distancia de ella. Había decidido que lo mejor era enfocarme en Carmen y en nuestra relación, pero Luvita siempre encontraba la manera de arrastrarme de nuevo a su órbita. No sabía qué me hacía ceder cada vez que ella proponía algo, como si hubiera una fuerza invisible que me empujaba a seguirle el juego.—Alejandro, sé que has estado estresado con todo lo del trabajo y con la situación en la manada, —dijo Luvita, con una sonrisa tranquilizadora mientras me entregaba la invitación—. Esta fiesta será perfecta para que te relajes un poco. Es solo una reunión entre amigos, nada formal. Además, es cerca de aquí, no te llevará mucho tiempo.**Sentí una punzada de incomodidad en el estómago.** Mi instinto me decía que debería negarme, que debería quedarme en casa con Carmen. Pero, sorprendentemente, mi bestia interior no parecía alarmada. Incluso sentía una extraña calma, como