POV de CarmenEsa noche, mientras nos quedábamos en la villa, una extraña inquietud se instaló en mi pecho. La alegría de haber reconectado con mi loba era innegable, pero una sombra oscura aún colgaba sobre mí. Alejandro y yo habíamos luchado tanto para llegar hasta aquí, para poder entendernos, aceptar nuestras partes más oscuras, y sin embargo, algo dentro de mí todavía dudaba. ¿Sería esta calma momentánea? ¿Era esto el final de nuestras luchas, o solo el principio de algo más profundo?Alejandro notó mi silencio y, mientras terminábamos la cena, me observó con la mirada penetrante que siempre había tenido para leerme. —¿Qué ocurre, Carmen? —preguntó en voz baja, dejando el tenedor sobre el plato.Respiré hondo, tratando de encontrar las palabras correctas. Sentía una presión en el pecho, como si mi loba, recién reconectada, también compartiera mis dudas. Me mordí el labio, insegura si debía decirle todo lo que rondaba por mi mente. ¿Era justo exponer mis miedos ahora, después de
POV de AlejandroAquella noche, después de esa conversación con Carmen frente a la chimenea, me quedé despierto mucho tiempo después de que ella se durmiera en mi hombro. Mi mente daba vueltas a cada palabra que habíamos compartido, a cada miedo y esperanza que habíamos puesto sobre la mesa. Sentía que, por fin, habíamos alcanzado un punto de comprensión, un terreno común en el que nuestras almas se encontraban sin las barreras de inseguridad que solían interponerse.Sin embargo, sabía que todavía había algo en mí, un fuego oscuro que permanecía ahí, esperando. Era el peso de mis propios miedos, de mis secretos, de las sombras que aún me costaba compartir. Pero ¿cómo podría contárselo? ¿Cómo podría poner en palabras todo aquello que guardaba tan profundo?Esa mañana, al salir el sol, Carmen despertó con una sonrisa tranquila en el rostro. Me miró, y en ese instante, supe que, pasara lo que pasara, haría cualquier cosa por proteger esa paz en sus ojos.—¿Dormiste bien? —le pregunté, ac
POV de Alejandro**Desde el momento en que Alejandro y yo llegamos a la villa, supe que algo en él se había relajado, como si este lugar tuviera el poder de disipar las sombras de su pasado. Me resultaba reconfortante, pero a la vez intimidante, la forma en que su expresión se iluminaba al pisar esos terrenos familiares. Aquí estaba mi Alejandro, un hombre que parecía resurgir entre recuerdos enterrados de su infancia y juventud, rodeado de la historia de su familia.**Pero entonces, conocimos a Lolly, una joven que parecía ser parte de esa historia de Alejandro, de su vida antes de mí. Desde el primer momento en que ella apareció, noté una especie de familiaridad entre ellos. Sabía que era una conexión fraternal, o al menos eso me repetía a mí misma, pero no podía evitar que algo se removiera en mi interior cada vez que ellos compartían una sonrisa o alguna anécdota. Alejandro, a su vez, intentaba tranquilizarme cada vez que podía, asegurándome que solo había cariño de hermano en su
POV de CarmenCon cada palabra de Alejandro, sentía que una montaña de emociones me envolvía y se asentaba en mi pecho. Todo lo que había revelado esa noche pesaba sobre mí, como si hubiera cargado una caja de secretos durante tanto tiempo que había aprendido a disimular. Y yo... Yo solo había conocido una fracción de su verdad.Mientras él seguía hablando, intentaba procesar cada detalle que confesaba. No podía evitar sentirme traicionada, aunque una parte de mí comprendía que su pasado, con todo su dolor y culpa, era algo que había querido mantener oculto por miedo a que eso pudiera destruirnos. Pero esa comprensión no calmaba la furia que crecía en mi interior, una rabia mezclada con una profunda herida.**Cuando Alejandro terminó, el silencio entre nosotros fue espeso e incómodo.**—Así que... eso es todo —susurré, con una voz apenas perceptible, temiendo que mis emociones traicionaran mis palabras—. ¿Eso es lo que has estado ocultando todo este tiempo?Alejandro asintió, bajando
La noche era silenciosa, pero dentro de mí todo era un torbellino. Después de aquella conversación con Alejandro, debería haberme sentido aliviada, como si una capa de tensión se hubiera desvanecido entre nosotros. Sin embargo, algo no encajaba. No podía dejar de pensar en las palabras de Lolly y en esa extraña sensación de que Alejandro aún escondía algo. Sabía que sus intenciones no eran dañinas, pero había una sombra en su mirada, un leve titubeo cada vez que yo mencionaba su pasado, y aquello era como un eco que no me dejaba descansar.**Esa misma noche, después de que Alejandro se quedó dormido, decidí salir a la terraza de la villa para despejarme.**Miré el paisaje oscuro y tranquilo, escuchando el susurro de los árboles y el lejano sonido de las olas chocando contra las rocas. Me crucé de brazos para protegerme del frío y, en un intento desesperado de organizar mis pensamientos, repasé cada detalle de lo que sabía hasta ahora. Alejandro era un hombre complicado, eso siempre lo
POV de CarmenLa chimenea crepitaba suavemente, y el calor que emanaba de las llamas se contraponía a la fría realidad que acababa de desenterrar. Miré a Alejandro mientras sus palabras resonaban en mi mente como un eco perturbador. Había revelado partes de su vida que había mantenido ocultas, pero en lugar de sentirme aliviada, la confusión y la angustia aumentaban dentro de mí. Sus secretos no solo eran sobre él, sino que también afectaban a nuestra relación. —Alejandro, todo esto es... es mucho —dije, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Las imágenes de su vida anterior se repetían en mi mente, cada una más dolorosa que la anterior.**Él se acomodó en su asiento, los hombros caídos, como si llevara un peso abrumador.**—Lo sé. No quise que fueras parte de mi pasado, Carmen. Quería protegerte —respondió, su voz apenas un susurro.—Protegerme... —repetí, sintiendo una mezcla de frustración y tristeza—. Pero ¿de qué exactamente? De la verdad, Alejandro? De quién eres realmen
POV de AlejandroLas palabras de Carmen se repitieron en mi mente mientras nos alejábamos de la cueva, dejando atrás los recuerdos oscuros y los secretos que durante años había mantenido enterrados. Sentía el peso de la verdad y de mi pasado, pero al mismo tiempo, una extraña sensación de alivio se hacía paso en mí. Había compartido una parte de mi historia que siempre había intentado ocultar, y en lugar de rechazarme, Carmen se había quedado, buscando comprenderme.Mientras caminábamos por el sendero del bosque, el silencio se hacía espeso entre nosotros. No era un silencio incómodo, sino uno que revelaba que ambos estábamos procesando todo lo que habíamos dicho. Su presencia a mi lado era suficiente para que mis pensamientos se aquietaran y me dieran una paz que había buscado por tanto tiempo.Al fin, llegamos al claro donde habíamos dejado el coche. Miré hacia el horizonte, viendo cómo el sol comenzaba a ocultarse y teñía el cielo de tonos naranjas y rosados. Carmen estaba ahí, con
POV de AlejandroAquella tarde, mientras caminábamos de regreso al castillo, sentí que Carmen y yo habíamos cruzado una nueva frontera en nuestra relación. Había compartido mis temores y mi pasado con ella, algo que, por mucho tiempo, había mantenido oculto incluso de mí mismo. Pero lo que realmente me asombraba era su fortaleza, su capacidad de escuchar y de tratar de entender sin juzgarme. Me recordaba que el amor verdadero no solo se trata de momentos felices, sino de estar allí en las sombras, en los momentos oscuros y complicados.Pero sabía que, aunque habíamos dado un paso importante, todavía quedaba un largo camino por recorrer. Podía sentir en Carmen un reticente deseo de confiar plenamente, y al mismo tiempo una duda persistente que parecía imposible de borrar de un solo golpe. Y, en el fondo, yo sabía que había algo más profundo en juego: mi propia capacidad para perdonarme. A pesar de todo lo que habíamos hablado, aún cargaba con una culpa que ni siquiera había admitido co