Sylvia ¿Existirán personas que les guste ser el centro del universo?, si, a veces soy de esas, pero no en este momento, cuando todo el mundo puede terminar de un momento a otro, aun siendo detenida por Noa, que no afloja su agarre y Conrad a pocos pasos. Instintos primarios, claro, por desgracia nuestra especie está cargada de ellos al compartir el alma con lobos. Yo no comparto sus creencias, mucho menos esta clase de formas para subsanar disputas. Tenerlos frente a mí intercambiando golpes, semidesnudos, es inverosímil. Con la inteligencia de Callan tuve la esperanza de apelar a su razonamiento, verlo ahí con evidente furia en su semblante, me hizo no intentarlo más, su mirada de determinación ¡aah! Oliver es un formidable oponente para Callan a pesar de los años que le lleva, lo cual compensa con experiencia que muestra, porque la pelea parece muy pareja, llevándome a temer por la vida de Callan. El cansancio se hace evidente y veo a Deo emerger, un vistazo que me dio antes de
Sylvia Hace unas horas platicaba con él en esta su habitación, camine para cerrar las cortinas, apague la luz y fui a meterme a la tina, ver mi rostro aún con su sangre me genero más culpa, la ropa que tría era la de él, con manchas de sangre, me la quite y la bote en un rincón, talle mi piel para deshacerme de su olor y en una desesperación por hacer que el sentimiento saliera con la suciedad. Al terminar vi en el espejo mi piel enrojecida por la furia con la que había restregado, me reí, estaba acaso yo mal de la cabeza, Oliver era el malo de la historia, ¿había caído en su trampa debilitando mi convicción gracias a su historia lacrimógena? Yo no soy del tipo sentimentalista, me envolví en la toalla y maldije, porque no tenía nada que usar, al ir al closet resignada, no había nada de sus pertenencias, todo había sido removido, solo encontré ropa básica para mujer. Me vestí con lo poco que encontré y fui a refugiarme a la cama, habíamos compartido este lugar y las sábanas olían
Sylvia Qué extraño fue aquello de despertar a lado de Callan, pero sin duda, fue lo que me hizo dormir como piedra y de forma pacífica, de camino a la casa principal fui interceptada por Josh quien me pidió unos momentos. Me dirigió a lo que fue el despacho de Alfa Oliver, este lugar sí que mantenía su esencia y reflejaba la personalidad de él. — ¡Adelante! Ponte cómoda — me invito Josh, él fue al escritorio, abrió un cajón y saco una caja que dejo encima del mismo. — Esto es para ti, Oliver me ordeno entregártelo cuando él ya no estuviera — avance para ver el contenido de la caja. Había varios sobres, uno de los cuales tenía el nombre de Josh, Edward y para la manada, otro decía Sylvia, antes de averiguar el contenido del sobre le entregue los otros a Josh, que al parecer no sabía que existían. Mi sobre tenía una carta, imagino escrita por Oliver. “Ofrecerte una disculpa por lo que te he hecho pasar, sería una estupidez, espero que en un futuro y con las vivencias que experime
Sylvia Ante todo lo acontecido, no tenía una mente clara sobre cuál sería mi forma de proseguir con mi vida, lo único seguro era ir a lo ya conocido, el problema ahora era que me había vuelto la Alfa de esta manada sin siquiera desearlo. Encontraba a Noa y Josh enfrentándose a cada minuto, así que los envié a ultimar los detalles del funeral de Oliver, por cuestiones meramente mías, no quería estar presente. Pase de estar en cautiverio a poseer el territorio, todo me parecía de lo más disparatado. Refugiarme en los brazos del hombre que hacía tan solo unos días pensé me había fallado, se sentía extraño, no lo hice por voluntad propia, al parecer Aruna aprovechaba cualquier debilidad de mi parte para correr a los brazos de su Alfa. — ¿Acaso tú la llamas para que venga? — le cuestione a Callan, pues era la segunda vez que al despertar lo hacía con él a mi lado. — Esta ocasión, sí, me preocupo tu estado mental, después de todo lo que tuviste que procesar. Pero lo que más temo es que
Sylvia Con todo lo que empecé a descubrir acerca de los negocios que sustentaban a la manada de Black River, una admiración se abrió paso, porque Oliver tenía un buen ojo para ello, hoteles, un despacho de abogados y una agencia de bienes raíces, además estaba incursionando en la manufactura de prendas de vestir, estaba intentando moverla a alta costura. Habíamos viajado a uno de los hoteles cercanos al territorio de la manada, ya que tenía curiosidad de conocer en persona el concepto de sus alojamientos, también era hora de que conocieran a quién comenzaría a tomar las decisiones. Algo que no tenía mayor importancia, porque Oliver mantenía una gestión impecable, quizá solo haría algunas modificaciones, pero realmente no afectaban sustancialmente la operación como tal. Nuestra siguiente parada era la agencia de bienes raíces, que nunca llegue a conocer. De camino a las oficinas, Josh y el grupo que nos acompañaba como escolta, nos vimos forzados a cancelar dichos planes. Tenía tie
Sylvia Mi mente nublada por el deseo me hizo casi imperceptible el preciso momento en que Callan llego a aliviar mi dolor y desesperación, el tener pareja había causado un efecto que me dejaba a la merced de mis más bajos instintos. Solo veía ante mí la posibilidad de montarme en Callan y que me follara hasta perder la consciencia, primero; un dolor incontrolable y fiebre me asaltaron, aumentado porque ni siquiera tenía mis manos libres para autocomplacerme. Al experimentar mi primer orgasmo todo se volvió más placentero, mi cuerpo adicto a esa euforia solo quería seguir sintiendo esa descarga, mi sistema nervioso y cerebro se habían confabulado para exigir el tan ansiado placer, todo en caminado a llegar a la procreación de una nueva generación. Algo más tranquila y una vez que controle mi respiración, Callan me tomo en sus brazos y me llevo a la tina, que había llenado con agua, fue reconfortante cuando mi piel toco el gélido líquido, un gemido salió de mi boca, él salió dejándo
Callan Nuestra naturaleza me sigue sorprendiendo a pesar de toda la información que circula mi cabeza, existen cosas que no están bien documentadas y se necesita hacer. Sylvia seguía castigando a Noa por la traición a la que la sometimos, yo había tratado de mediar en el asunto, lo que me gano que se molestará conmigo. Tan solo tocar suelo de la manada, Noa no sabría decirlo si por instinto o para intentar reparar su relación con su Luna, andaba como perrito faldero, suena feo, pero no se separaba de ella. A mí de alguna manera me tranquilizaba, y a la vez me hacía rabiar, quizá el embarazo de Sylvia me había vuelto territorial. Hoy por la noche planeábamos darles la noticia en una cena que se había organizado para la manada. Una organización rápida para congregar a la manada, con algo no tan formal, Sylvia quería que se llevará a cabo fuera de la casa principal, comida más bien rápida, hamburguesas, alitas, hot dogs, carne asada y demás, por mi parte no podía negarle nada, estab
Callan No importaba lo que pasara, no había poder en el mundo que arruinara nuestra felicidad, que fueran dos solo mejoraba la situación, para mí que planeaba a futuro, esperando que los bebes fueran los futuros Alfas. Todo parecía estar resuelto, con la próxima llegada de los bebes, Sylvia tenía a todo un equipo re decorando una habitación, para entonces era la segunda ocasión que cambiaban el color de la pintura, pero nadie pensaba o le decía que se extralimitaba, solo le seguían la corriente y la complacían. Francamente, creía que ambas manadas sufrían de una fiebre por los bebes, porque en Black River a la par que en Peakwood preparaban una habitación, estaban algo tensas las cosas entre los Betas y Gammas para saber en donde nacerían los bebes. Yo no decidiría tan importante cuestión y les dije que incluso ni Sylvia lo controlaría llegado el momento, intentábamos estar en ambos territorios, con la agenda de ella y la mía era muy poco probable definir el rumbo. Me apenaba ve