Pov Amaya Escuchamos atentamente a Dahlia sobre mi problema para comunicarme mentalmente, tengo parte de mi poder bloqueado y ni hablar del cansancio que eso me ha llevado los últimos días. Eso o las sesiones de tortura que le doy a mi compañero cada que lo veo. Incluso justo ahora pienso en follármelo tanto como puedo. —Amaya ¿Me estás escuchando? —¿Eh? —Dije que deben completar la unión. —¿Hablas de una boda y todo eso? —No Amaya hablo de que deben completar la marca. ¿Completarla?, eso me pasa por tener la cabeza metida entre su polla. Le doy un golpe a Hardick justo en esa parte, haciéndolo doblar de dolor. ¡Todo es por su culpa! —Bueno y que sugieres. La oí suspirar antes de negar con la cabeza, en definitiva, no estaba oyendo nada. —Debes desearlo Amaya, tú debes marcarlo. —Pero yo no tengo colmillos, explícame como pretendes que eso pase. Oí a Hardick reírse de mí mientras que Dahlia estaba al borde de un colapso. —Solo déjate llevar y sentirás esa parte de ti
Pov Amaya Protejo a mi Alfa y a mí de ser detectados, mientras más tiempo dure aquí, menos probabilidad tengo de salir. Camino en silencio por el pequeño camino dentro del bosque. Es de tierra, mientras que por la orilla, está la fina hierba, parece un camino bastante concurrido, trato de sondear con cuidado todo al rededor. No estoy sola y me preocupa que puedan detectar la presencia oscura que se mueve a través de las sombras del bosque. Al caer la noche, después de tanto caminar, por fin consigo un par de pequeñas casitas, están deterioradas y humo sale de sus chimeneas. Es como si hubiese regresado en el tiempo, unos 200 años atrás, talvez. Mientras me adentro en el pequeño pueblo, siento miradas curiosas llenas de miedo y de desprecio. Observo todo con cuidado, todo es gris y negro, no hay más colores que alumbren este pueblo muerto. Llego a la puerta de una posada. Un hombre me sale observándome con recelo de arriba a abajo. Me quedo viendo su atuendo, es viejo
Pov Amaya Tomé mi cuchillo con fuerza, sacándolo lentamente y deslizándolo en mi mano. Así que, ella ya sabe quién soy. Se abalanza contra mí, con sus garras, mientras yo me defiendo con el cuchillo. Un descuido y logro cortar su mano, se aleja de mí resbalando por el suelo y con una mano apoyada entre las hojas secas sube la cabeza para sisearme. Con una mano al frente y en la otra mi cuchillo, me preparo para su siguiente ataque. Da un salto, viniendo con sus garras directamente hacia mí, me preparo para recibirla cuando la silueta de Ónix, aparece desde atrás de mí interceptándola en el aire. —Arrrggg, perro rastrero— Ónix, la inmoviliza contra el suelo, mordiendo su hombro y manteniendo su cuerpo en el suelo. —Me las vas a pagar— gritó de repente y retrocedí cuando convocó su transformación, una loba gris oscura emergió, sus ojos brillaban de amarillo, mostraba sus colmillos feroces a nosotros. Rodeaba nuestra posición esperando el mejor momento para atacar, se gruñían
Pov Kayle—Oye, asustaste a mi loba, además, no es como si te fuera a hacer daño.Se da la vuelta en el suelo dándome la espalda.—¡Que grosero!Aun así, la curiosidad me carcome al sentir su pelaje, algo en él me fascina.Creo que talvez es lo oscuro que es.—"Estás loca, no lo toques"—"Solo quiero saber si es suave, me da curiosidad y a ti también, eres una loba sin aparearse, no te hagas"Ella no dice nada y me aventuro a tocarlo. Sentí su cuerpo ponerse tenso mientras yo, maravillada, hundí más mi mano en aquel hermoso pelaje.Mis dedos no se veían mientras el pelaje se movía con suavidad.Un gruñido de advertencia seguía sonando en mis oídos, pero estaba tan absorta en lo que hacía, que no me fijé en las señales de peligro.De pronto, se volteó tumbándome al suelo y acorralándome con su cuerpo, sus feroces colmillos a centímetros de mi cara, la baba amenazando con caer en mi piel.Mi loba temblaba de miedo, asustada, sin saber que hacer, entonces hizo algo sin pensarlo.Soltó fe
Pov Hardick Mi cabeza anda con miles de pensamientos y a eso sumémosle, el hecho de que no tenemos ni una pista de ella. Aitor trata de ubicarla con su olfato incluso a través del vínculo, pero nada. La marca medio hecha ha sido todo un problema en todo esto. —Hardick, tranquilo, serías el primero en saber si algo le pasó, así que mira lo positivo, ella sigue estando bien y a salvo. —¿Por cuánto tiempo?, ¿cuánto tomará para que él la atrape primero? —Tranquilo hombre, dale algo de méritos al menos, siendo una humana era fuerte y letal, solo imagínatela ahora que es la elegida y tu compañera. Talvez él tiene razón, debería confiar en ella, pero nuestra última discusión y el hecho de que la dejé sola, es lo que no me deja tranquilo. —Debemos seguir caminando, unos compañeros nos esperan al frente. —¿Por qué de todos los lugares, guardaste ese libro justo en ese pueblo, no dijiste que los guardianes eran despiadados? —Lo son, además, ese pequeño pueblo por estar casi pegado a su
Pov Amaya. Sus manos fueron a tocarme de nuevo mientras asentía con la cabeza. Las volví a apartar de un manotazo y comencé a retorcer el top. Me acerqué más a él, mis senos desnudos antes su mirada. Tragué con fuerza al ver su boca yendo a uno de mis pezones, pero rápido enrollé la tela en su cuello. Él comenzó a aferrarse a ella, intento zafarla. Levantó mi cuerpo y lo estrelló contra el mueble donde cayeron cosas haciendo estruendo en la habitación. Seguí apretando con toda la fuerza que tenía; su cuello, mientras mis piernas se aferraban a su cintura. —Si creías que ibas a poner tus sucias manos en mí, estabas loco, nadie más que mi compañero, puede tocarme. Volví a ser estrellada contra otro mueble antes de lanzarme contra el piso. Mi cuerpo se estrelló con fuerza mientras el peso de él sumaba más a mi golpe. Solté el agarre cuando todo el aire escapó de mis pulmones y un gran dolor recorrió mi columna. Él se alejó de mí tosiendo y buscando aire. Si lo dejo escapar e
Pov Narrador Darius se levantó de golpe, caminando rápido a la ventana, una sonrisa apareció en su rostro al sentir el poder de la elegida, de aquella a la que tanto deseaba tener. —Mórtagos. —Señor. —Ve y tráela, no quiero errores, la quiero aquí conmigo, debes llegar antes que el lobo blanco. Mórtagos se inclinó, dando un paso atrás y saliendo del lugar. Todos pudieron sentir aquel poder en algún punto en la lejanía. Por otro lado, Hardick, Liam y todos sus acompañantes ya habían entrado a las tierras prohibidas. Un escalofrío recorrió la piel de los dos Reyes, ellos pudieron sentirla a pesar de que las tierras estaban protegidas. —Liam, tú ve, yo debo saber qué pasa. —Hardick, si vas ahora solo estarías poniéndola más en peligro. —No voy a dejarl... —No lo harás, pero escúchame, ya todos saben que está aquí, seguramente ya debió escapar de ese lugar, si tú vas a buscarla, a través de ti llegarán a ella. Ambos se quedaron discutiendo, Hardick se negaba a seg
Pov Amaya Salimos de aquella pequeña casita, espero que la anciana se encuentre bien, no quiero que nada malo le pase por mi culpa. —Oye, ¿estás bien? Solo asentí y seguí caminando. Estaba feliz por la noticia, claro que sí, pero algo más se estaba instalando en mi interior. Lágrimas de tristeza se deslizaron por mis ojos, Hardick posiblemente ya ni me quiere a su lado y yo soy lo suficientemente orgullosa para querer retenerlo con un hijo. Por ahora, solo saldré primero de aquí y después veré. Caminamos y caminamos y el sueño ya me estaba comenzando a arrastrar y ni hablemos del cansancio. —Déjame hacer algo para descansar, iré por algunos palos secos para la fogata. Simplemente, me recosté en un árbol y cerré mis ojos, de verdad me estaba durmiendo. Mi piel comenzó a hormiguear y abrí los ojos de golpe, algo nos estaba acechando y era muy poderoso. Me encaminé por donde vi a Kayle irse, mientras avanzaba, comencé a ver sangre, desesperada, corrí siguiendo el rastro hasta q