Connor y Selene llegan hasta el centro del escenario donde hay tres ancianas esperándolos. —Luna Selene Shadowfang, es un gran honor darle la bienvenida a nuestra manada y convertirla en la línea oficial de la manada de lobos de Redwood Wolves. ¿Ya está lista para hacer el juramento? —dice una de ellas, con una seriedad en el rostro que estremece a cualquiera.—Sí, estoy lista —responde Selene haciendo que la sonrisa de Connor sea evidente en su rostro.La anciana comienza el ritual mientras hace repetir a Selene su juramento.—Yo, Selene Shadowfang, próximamente Selene Blazeheart, proclamo mi vida, amor, honor y fidelidad a la manada Redwood Wolves, como su Luna, juro ser leal a mi alfa y compañero Connor Blazeheart y leal a mi manada cuidando de la integridad de cada uno de los miembros, si así no lo hiciere, seré juzgada como corresponde —Todos guardan silencio absoluto mientras van oyendo sus palabras.A medida que Selene habla, Connor abre su mano dejando su palma al descubierto
Selene está nerviosa, asustada, preocupada, pero también tranquila en la comodidad del abrazo de Connor. Él la tiene totalmente arrimada a su cuerpo, sus labios se mueven suavemente contra los de ella en un beso tierno mientras el piano sigue sonando de fondo. No tiene idea de cuánto tiempo llevan bailando, pero ha pasado un buen tiempo, incluso ya puede verse el comienzo del amanecer por las amplias ventanas del salón. —¿Nos vamos? —La pregunta del alfa hace estremecer a Selene porque sabe lo que se viene y esta vez no quiere detener que pase. Su corazón empieza a latir con tanta fuerza que está segura que su esposo puede oírlo. Ella asiente suavemente, el alfa la lleva de la mano, pero no van hacia la mansión, como tenía pensado ella que pasaría. A pesar de su confusión, decide no preguntar y confiar. Connor la lleva hasta su camioneta que está estacionada en la parte lateral del salón y luego de acomodarla en la parte del acompañante, él mismo hace de conductor para llevarlos a
La cabeza de Selene se inclina hacia un lado, ofreciéndole más espacio a Connor. Él chupa su piel mientras su lengua masajea suavemente el sitio. Su mano se desliza en su entrepierna, frotando su punto de placer por unos segundos antes de deslizar un dedo dentro de ella. Selene deja escapar un gemido al sentir como él se mueve dentro y fuera de ella mientras su boca no deja de chupar su cuello. Su respiración se acelera, entretanto sus caderas se mueven arriba y abajo tratando de darle mayor acceso.El alfa se acerca a su oído. —¿Quieres que siga? —Su voz es profunda, reconfortante y seductora.—Sí —apenas logra responder Selene.Connor aumenta un dedo dentro de ella mientras su pulgar sigue jugueteando con su clítoris. El placer es casi demasiado para que el cuerpo de Selene pueda soportar. Ella deja escapar un grito de gozo mientras una descarga de dolor la golpea al mismo tiempo. Luego de un temblor sorprendente, se queda quieta, sus uñas cavando en el brazo de su compañero. Pront
Una sonrisa sutil se dibuja en sus labios de Connor al ver el desastre en el que se ha convertido la pequeña habitación de su cabaña. Su mate ha logrado sorprenderlo, su pasión es casi tan grande como la suya.—Connor… por favor —chilla Selene en un hilo de voz totalmente ronca para este momento. Un gruñido bajo es la respuesta a su súplica. Su cuerpo se siente igual a una muñeca de trapo, está totalmente adolorida, machucada y sin fuerzas. Si él no la estuviera sosteniendo con fuerza, ya estaría en el suelo, inconsciente. Selene observa el piso mojado a sus pies mientras siente las profundas y fuertes embestidas de su compañero desde atrás. Ha pasado un tiempo desde que iniciaron con esto, luego del dolor inicial por la pérdida de su virginidad, vino el placer, el intenso placer que la hizo retorcerse en varias, incontables ocasiones, pero ahora está doliendo nuevamente. Su cuerpo ya no da más. Ella está sostenida por el vidrio de la ventana, cuyo cristal está totalmente empañado po
Uriel se detiene atónito ante lo que acaba de pasar, el rastro del humo verde girando en espirales sobre el suelo y esa sensación extraña revolviéndose en su estómago no hace más que acrecentar su deseo por descubrir la verdad. La imagen de Lilith, con sus ojos iluminados por ese brillo sobrenatural, está grabado en su mente. No puede creer lo que pasó; él la había creído muerta durante años, sin embargo, estaba tan cerca, tan real, y viva.La idea de regresar a la Amazonía y dejar todo esto atrás es algo que no concibe. Debe encontrarla, necesita respuestas y eso mismo es lo que hará.Con miles de imágenes y pensamientos en su mente, decide vagar por la manada, no puede volver a la mansión así, su hija podría darse cuenta de lo sucedido y no tiene ninguna respuesta que darle ahora. Después de horas de deambular en los alrededores, escucha la voz dulce de Katrina resonando en la distancia.—¡Papá! —exclama ella, su expresión de alegría rápidamente se transforma en preocupación al not
Selene y Connor llegan a la mansión casi a la hora del almuerzo, tal como el alfa le había dicho a su hermana Clarisse y cuñados. Selene baja de la camioneta con el rostro ligeramente sonrojado, siente una mezcla de timidez y felicidad al mirar hacia su familia tras su primera noche de bodas con Connor. Rouse, siempre perceptiva, le ofrece una sonrisita de complicidad desde la puerta. A unos metros, el beta Jackson, apoyado en uno de los pilares y comiendo una naranja, lanza una sonrisa de medio lado hacia Connor mientras aspira levemente el aroma de alrededor. «Buen trabajo, jefe» le dice Jackson por medio del enlace mental, seguido de una risita. Connor, de buen humor, algo que no es característico de él, decide no responder, aunque un gruñido bajo nunca está de más y se lo hace saber. Carla los recibe en el vestíbulo, su figura imponente y presencia dominante llena el espacio de una tensión hostil que no pasa desapercibido para nadie. Sus ojos se posan en Selene primero, notando
—¿Por qué entras a mi habitación de esa forma? —Selene empuja un poco a Rouse hacia atrás para quedar cara a cara con Inés. La diferencia de tamaño es evidente, pero Selene no pretende demostrar miedo, es más, no lo tiene, si ella vino buscando pelea, la tendrá.—Lo hiciste adrede, ¿no es así? —responde Inés con otra pregunta. Selene arquea una ceja al ver sus gestos de enojo mientras balancea la daga cerca de ella—. Robaste mi vestido, mi diseño, el que yo iba a usar en mi cumpleaños. ¡No es justo!—¿Cómo te atreves a acusarme cuando fuiste tú quien destruyó mi vestido de novia y además quisiste envenenarme? Deberías estar pidiendo perdón de rodillas ahora —replica Selene, pero su voz tranquila no hace más que enojar más a Inés.—¡Eres una maldita perra sarnosa! Una fuerte cachetada aterriza en su mejilla izquierda y la mano de Selene tiembla por el impacto, pero reprime su incomodidad para no aminorarse delante de ella. El jadeo de Rouse resuena en la habitación y un pequeño jarrón
Selene poco a poco sale de su letargo. Abre los ojos lentamente y puede ver a Rouse, sus padres y Connor hablando a unos metros de la cama. Su rostro todavía arde y su brazo hormiguea como si algo estuviera escarbando dentro de sus huesos. Toma lo poco que le queda de fuerzas y se levanta un poco. El alfa Connor nota ese movimiento y camina hasta ella. —Hermana… —Rouse llama, pero Ragnar toma su mano para detenerla, permitiendo que su compañero sea quien la asista.—Rou… —La mandíbula de Selene está tensa y su lengua dura. Está mareada, pero el tacto del alfa Connor lo reconoce de inmediato. —Necesita a la doctora —dice una voz que no logra reconocer del todo—. Su herida necesita sanarse.—La doctora está curando a Inés —Esa voz de ultratumba únicamente puede ser de su suegra. Oírla le causa repelús. Todo esto solamente puede ser obra de esa mujer. Un gruñido es la respuesta de Connor.—Calma, mantén la calma, todo estará bien —dice el alfa Connor, pero la mirada de Carla es lo pr