-¡AH! Angelique, qué bueno verte. -Sí, acabo de volver...-¿Todo bien?Su mirada es más que elocuente e imagino que, si no lo dice directamente, no quiere que yo lo haga tampoco, por lo que me contengo y pienso bien en cómo responder. Algo me alivia un poco (por alguna extraña razón), es el que desee que solo yo sepa del lago y no ésta loba.-Sí, tuve un rato agradable y relajante. -Me alegra escucharlo. Ésta es Yhoseline, es la modista de la manada. Le pedí que viniera porque, como no trajiste demasiadas cosas cuando viniste, noté que te faltaba ropa y eres más alta y con contextura más robusta que las mujeres aquí, por lo que pedí que te tomara las medidas para ajustar tu ropa. Ser guerrera deja evidencias en el cuerpo. Tayler sonríe de lado y no puedo evitar mirarme a mí misma, encontrando que lo que dice tiene sentido, pues si me comparo con la rubia a su lado, se nota a leguas que ella jamás ha hecho ejercicios de fuerza o pelea con la intensidad que yo lo he hecho. Es mucho má
-¿La viste con el Alfa? -Así es, lo miró con una devoción que casi me empalaga, aunque él no se la devolvía precisamente, parecía más concentrado en lo que le pedía a ella y eso también la hizo enojar al parecer. Creo que no le estaba dando la atención que ella hubiera deseado. Pero ese no es el punto, ¿me vas a decir lo que pasó o tengo que presionarte hasta que me cuentes? Sabes que puedo ser muy persistente, no me obligues. Lo sé, soy muy consciente de ese hecho, es por eso que no suelo ocultarle cosas importantes a ella, aunque (por suerte) no usa eso mucho conmigo, solo cuando me niego a contarle lo que me está ocurriendo si se nota que me afecta negativamente de alguna manera. -Está bien, está bien, hablaré, mas tienes que prometerme algo antes. -¿Por qué siento que es algo a lo que voy a negarme? -Necesito que lo hagas, somos nuevas aquí, tenemos que portarnos bien, así que si quieres saber, entonces promételo. -¿Es en serio? -Nina... -Muy bien, muy bien, ya entendí,
Nina me suelta enseguida e inclina la cabeza a modo de respeto al tiempo en que yo me volteo hacia él y lo encuentro observándome con una ceja alzada.-Ammm... ¿Desde cuándo estás ahí?-Hace un par de minutos, estaba tras la puerta esperando para llamar para poder hablar contigo (ya que no venías), hasta que tu amiga te hizo esa pregunta y tuve que entrar. -¿Cuánto escuchaste?-Creo que un poco antes de que declararas que habías considerado tirarte de un puente. -Así que oíste sobre lo de la imaginación y lo que venía con esa frase que nombraste, ¿no es así?-Es correcto. -M****a...-Nina, ¿nos dejarías a solas, por favor? Quiero hablar un momento con Angi.-Por supuesto.-Nina, no te atrevas a dejarme sola ahora. -Lo siento, el Alfa manda y yo obedezco. -¡¿Desde cuándo?!-¿No fuiste tú la que dijo que había que portarse bien?-¡No te atrevas a usar mis palabras en mi contra!-Que te vaya bien querida, yo me voy. -¡Nina!-Suerte, te amo amiga. -¡Vuelve aquí! ¡No me dejes sola!S
¿Es lo que quiero? ¿Quiero volver a ser una Luna? ¿Quiero tener todo tipo de responsabilidades nuevamente y aceptar todo lo que conlleva, aún con la ayuda y compañía de Tayler? ¿Qué pasa si él cambia? ¿Qué pasa si toda la historia se repite nuevamente? Alefrick en el inicio, por más que suene extraño, era mucho más amable y cariñoso que en el último tiempo antes de que todo esto ocurriera. Era atento, le gustaba pasar el tiempo conmigo, compartíamos actividades e intereses, salíamos a correr juntos para tener tiempo a solas y hasta tenía detalles dulces que me hacían sentir que realmente le importaba, que en serio me quería. Sin embargo, eso cambió paulatinamente a medida que el tiempo pasó. Jamás me manifestó su necesidad tan urgente de tener un hijo, éramos jóvenes, teníamos mucho tiempo por delante, ni que alguno sufriera algún tipo de enfermedad que pudiera causar una muerte repentina o algo similar como para necesitar un embarazo tan temprano. Es cierto que las que son como yo,
No tengo que pensarlo, no hace falta que diga nada, porque aunque el calor que estamos sintiendo ambos y la intensidad del momento podría hacer arder la habitación en cualquier momento, parece que Tayler tiene un cierto punto de pensamiento humano y, aunque muy lento, baja el nivel del beso paulatinamente hasta que éste se convierte en un ligero roce. Su frente queda apoyada contra la mía al tiempo en que sus dedos dibujan suaves círculos contra la caliente piel de mi espalda y su aliento se entremezcla con el mío en el estrecho espacio que ha quedado formado por nuestra posición. Mis propias manos siguen sobre sus hombros, sintiendo la firmeza de sus músculos y el ancho de estos bajo las yemas de mis dedos. Y yo que pensaba que la visión de su torso desnudo antes me había dado una buena idea de lo poderoso que es su cuerpo, mas no, ni de cerca. Mi cerebro gritaba casi para que me permitiera el placer de bajar por su cuerpo y, como mínimo, amasar esos pectorales, clavar mis uñas
-¿Lo viste?-Sí, ¿por qué? Pensé que era algo bueno.-No se ha mostrado ante nadie salvo mi madre y yo desde que tengo conocimiento de él, ni siquiera ante Liam, ¿y me dices que tú lo viste?-No solo lo vi, jugó con mis dedos y mi cabello, me guio hasta el lago y fue quien "me dijo" que mirara dentro. Hasta me pidió a su manera que me convirtiera en Luana y se divirtió con mi otra mitad. Cuando llegó el momento de volver, parecía que no quería que me fuera, se aferró a mi dedo y chilló hasta que le prometí que regresaría con él pronto.-Wow... Eso sí que no me lo esperaba. Hay pocos Sylfins en el mundo y uno solo vive en nuestro bosque, son en su mayoría tímidos, salvo que perciban que la persona que se acercó a su hogar tiene ese "algo" que los atrae, una parte de su persona que les hace confiar enseguida, por lo que prácticamente nadie suele verlos o sabe siquiera de su existencia, y tú no solo no lo buscaste, sino que él fue a tu encuentro y quiso que te quedaras... Cada vez creo m
Su mirada, esa casi como un puchero infantil, me produce una gracia que no puedo ocultar y él parece satisfecho ante mi risa, como si eso hubiera sido exactamente su objetivo y disfrutara de su premio. -Está bien, está bien, me quedaré "si eso te deja más tranquilo", aunque prácticamente hayas admitido que tienes otras intenciones más egoístas que el simple hecho de protegerme. -Bueno, pero es una de mis razones. -Claaaaaaro... Como tú digas. Y si nos basamos en eso, no es necesario que vayamos a la casa, aunque sí me interesa ir a la facultad, necesito inscribirme y ponerme al día para poder conseguir mi título.-Bueno, eso suena más interesante. Lo único que me faltaría ahora es que, si vamos a la casa, te guste demasiado y quieras retractarte y quedarte ahí.-¿Me crees tan voluble?-No pienso arriesgarme, no voy a dejar que cambies de opinión, y si llegase a pasar...Sus manos me aprietan contra él y su voz baja a un tono ronco que me eriza la piel en menos de un segundo. -Esto
Al voltearnos, una mujer que se nota que está ya cerca de sus cuarenta, aunque eso no le quita la juventud que la envuelve. No veo prácticamente arrugas en su rostro, aunque sí que hay un par de líneas de expresión... y no se ve feliz en lo absoluto. ¿Por qué presiento que esto es por mí? ¿O estoy siendo demasiado engreída?Nop, por la mirada casi de desprecio que acaba de dirigirme, definitivamente tiene que ver conmigo. ¡Maldición!-Buenos días Silvia, como siempre, es un placer verte.-Normalmente te correspondería, pero hoy no puedo.-¿Pasó algo?-Sí, y algo muy malo. Pido una audiencia privada.La forma en la que menciona la palabra "privada", obviamente dejando claro que no me quiere tener ni a una milla de ella, hace gruñir a Luana con fiereza dentro de mi cabeza, pues es una falta grave de respeto para una Luna, mas tengo que refrenarla, porque yo ya no soy una Luna, ni siquiera lo era de ésta manada, y ella no me debe nada. -Los modales son modales, y ella no está siendo edu