Aysel no salió de su cuarto en tres días, solo Feray y Lara la habían visto, la niña la acompañaba por la tarde, hasta llegó a quedarse a dormir con ella. Lara por su parte le llevaba de desayunar, comer y cenar. La planta del pie había sanado veinticuatro horas después, por lo que podía caminar sin ninguna molestia por la habitación, aun así, no quiso salir, para no toparse con Lyon. Ya los chismorreos por la manada corrían, Radolf se había encargado de regarlos, y todos compadecían a la pobre de Aysel. Por su parte Lyon no prestaba atención a los chismes, no importaba que lo pusieran como el peor compañero, lo único que quería era que ella lo escuchara, que le diera una oportunidad de enmendar la metida de pata.Le pidió consejo a Uzziel, alguna idea que lo ayudara a no perder a su compañera. —No tengo nada que pueda ayudarte —replico su amigo —Aysel esta muy herida por tu desconfianza y una loba así no será fácil de convencer…Sin tener el apoyo de su amigo y sin ideas, solo se
Lyon la miró fijamente, y soltando un poco el aire comenzó.—Aysel te juro que no se que paso esa noche, cuando regrese a casa te busque, quería marcarte esa noche, lo necesitaba, por eso salí a buscarte, pero sentía mi cabeza volando —Lyon se tomo la cabeza con una de sus manos recordando cada paso —pensé que pudieras estar en la cocina, porque antes de llegar a mi cuarto, revise y tú no estabas con Feray.—Si, fui por un vaso de agua, cuando regresaba escuche su grito y yo… yo… —balbuceo sin saber si debía decirle lo que pensó.—¿Tú que cariño? —cuestiono acercándose a ella…—Temí que Radolf le hubiera hecho daño, que lo hubiera herido —soltó desviando la cara —pero fui, usted grito porque pensó descubrirme en la cama de su hermano. —Perdóname, te juro que lo que te voy a decir no es justificación, pero claramente escuche tu voz, pensé que él te había pedido algo para el dolor y tú accediste a darle un masaje —bajo la cara —los celos cegaron mi razón, mi cabeza daba miles de vuelta
Él abrió los brazos al tiempo que hacía una declaración.—Soy todo tuyo Luna, has de mi lo que quieras…Ella no tardo en quitarle primero la chaqueta, la dejó caer al suelo junto a la bata que ella había tenido puesta, sus dedos comenzaron su trabajo con los botones de la camisa, mientras ella desabrochaba uno a uno Lyon beso la parte superior de su cabeza, su frente, su mejilla.Cuando termino con el último botón Lyon se quitó rápido la prenda, la aventó y tomo el rostro de su compañera para darle un beso. Ella lo abrazo pegando cada centímetro de piel de su pecho al pecho de él, sus manos acariciaron conociendo lo que era suyo, su torso, su espalda, con delicadeza acaricio las marcas de su espalda, quería preguntarle cómo se las había hecho, pero no quería detenerlo, quería seguir sintiendo la suave caricia de sus labios, ya después habría tiempo para conocer más de él. Siguió con su trabajo, sus dedos desabrocharon sus jens, al tiempo que los bajaba, ella besaba su cuello, su pec
Aysel a penas escuchó la voz de Lyon, el éxtasis que había sentido hizo que perdiera la conciencia y cayera en un profundo sueño.Poco a poco fue abriendo los ojos, no se encontraba en su cama, estaba bajo un gran árbol dentro del huerto, se levantó lentamente, había un sol radiante, perfecto para buscar a Lyon. Comenzó a caminar entre los senderos para ir hasta el aserradero a buscar a Lyon. De pronto una voz fina, reconocible para ella, llegó a sus oídos, conversaba animadamente con alguien, con el corazón turbado fue siguiendo el sonido hasta que llegó a las afueras del huerto, Dilay estaba riendo coquetamente a Lyon. Ella estaba colgada de su cuello, y él rodeaba su cintura con sus brazos, su mirada brillaba como nunca antes lo había hecho con ella, sus labios estaban por besar los labios de Dilay —¡Lyon! —grito tratando de evitar que su compañero lo traicionara de esa forma. Pero el no reaccionaba, parecía que no la escuchaba, como si no existiera. —¿De verdad amas a Aysel? —
En las salas de café no se hablaba de otra cosa de la eminente llegada de Lyon, el alfa de la manada y su ceremonia donde tomaría como su Luna a la hija adoptiva del enlace de manada, a la más bella del lugar Dilay Chao. —No estás feliz Dilay, se dice que la próxima semana regresa Lyon y al fin te convertirás en su Luna— le decía una mujer que estaba de frente tomando una taza de té. —Si, muy feliz— contesto sin mucho animó, algo que fue notorio para todas las mujeres presentes.—Pues no se nota querida —respondió una de las mujeres con una sonrisa burlona —Está nerviosa, además extraña a Lyon, han sido tantos meses sin verlo —intervino Tara al ver la cara de su hija, le apretó la mano con disimulo para que cambiara su rostro y mostrará una sonrisa —¿Verdad cariño?—Si mamá, es la nostalgia —respondió Dilay con una mueca en el rostro. —Casi todo está listo —intervino Tara llamando la atención de las mujeres —Aysel y yo la estamos ayudando en todo, para que sea la mejor ceremonia d
Aysel no pudo aguantar más, que entró gritando a la cabaña. —¡Están locos! ¡Dilay tú no puedes hacerle eso a Lyon!—Aysel ¿Qué haces aquí? —cuestionó alarmada Dilay que se cubría su cuerpo con el de Joram que solo llevaba sus pantalones. Detrás de ella vieron a Berk que mantenía la cabeza en el suelo. —Evitando que cometas el mayor error de tu vida —respondió Aysel que avanzó por el lugar para tomar la blusa de Dilay que estaba en el suelo —ahora vístete, nos vamos de aquí —apunto a Joram en el pecho —y tú lárgate de aquí junto con Berk antes que llegue Lyon, porque si sabe que tu tocaste a su luna ya debes saber lo que te pasara ¿verdad? —Si me voy a ir, pero con ella —tomo la mano de Dilay —no pienso dejarla aquí sola a afrentar las consecuencias de nuestro amor…—¿Qué consecuencias? ¿de qué hablas? —cuestionó Aysel mirando a los dos, Dilay se había refugiado en sus brazos y Joram la sostenía con amor y protección.—Aysel hay algo que nadie sabe y si no me voy esta misma noche, m
Dos grandes lobos corrían entre los árboles, uno iba más rápido que él otro, así que le llevaba una gran ventaja. “Lyon espera, hay que detenernos para descansar” Dijo su amigo Uzziel a través de la conexión mental.“No, ya casi llegamos a la manada”Lyon ansiaba llegar, ver a Dilay era su mayor motivación, habían sido tantos días sin verla, sin escuchar su voz, que nunca imaginó que la extrañaría tanto, desde el momento que se convirtiera en su luna no se apartaría de ella nunca más. “Aunque lleguemos en media hora, no podrás verla, porque ella debe estar dormida”Lyon lo sabía, que no la vería en cuanto llegará, pero si a primera hora, porque estaría en casa de Asael cuando salieran los primeros rayos del sol. “¿Avisaste a Asael que llegaremos mañana?”“Por supuesto, seguí al pie de la letra, le dije que no le avisara a Dilay para que fuera una sorpresa”Internamente Lyon sonrió, ya podía imaginar su rostro iluminado al verlo a primera hora en su casa. Había sido el año más larg
Todos voltearon al escuchar la voz gruesa y dura de Lyon, sus ojos fríos habían cambiado de color, de miel a rojo, demostrando un profundo odio, pero también un gran dolor, como si su corazón se hubiera partido en mil pedazos. Sin que Tara lo previera, Lyon le arrebato la hoja que sostenía en sus manos, ella hizo un intento vano por quitársela, pero fue inútil, él uso el comando alfa para que no se moviera ni ella, ni ninguno de los presentes en la habitación. —¡Querido Lyon no leas esto! ¡Es mentira! ¡Mi hija fue secuestrada! —trato de explicar Tara, pero la cayó con su voz. —¡SILENCIO!Su vista estaba solo puesta en las letras que anunciaban la traición de su luna, la que había nacido para él. “Querida madre Tara, quiero agradecer todo lo has hecho por mí desde que me acogiste como tu hija cuando mi madre murió en el parto, perdóname por esto que te hago, pero yo no puedo unirme a Lyon, porque no soy su luna y nunca lo seré, conocí a mi verdadera alma destinada, y aunque luché e