Aysel a penas escuchó la voz de Lyon, el éxtasis que había sentido hizo que perdiera la conciencia y cayera en un profundo sueño.Poco a poco fue abriendo los ojos, no se encontraba en su cama, estaba bajo un gran árbol dentro del huerto, se levantó lentamente, había un sol radiante, perfecto para buscar a Lyon. Comenzó a caminar entre los senderos para ir hasta el aserradero a buscar a Lyon. De pronto una voz fina, reconocible para ella, llegó a sus oídos, conversaba animadamente con alguien, con el corazón turbado fue siguiendo el sonido hasta que llegó a las afueras del huerto, Dilay estaba riendo coquetamente a Lyon. Ella estaba colgada de su cuello, y él rodeaba su cintura con sus brazos, su mirada brillaba como nunca antes lo había hecho con ella, sus labios estaban por besar los labios de Dilay —¡Lyon! —grito tratando de evitar que su compañero lo traicionara de esa forma. Pero el no reaccionaba, parecía que no la escuchaba, como si no existiera. —¿De verdad amas a Aysel? —
—Ah bueno, puedo entrar, quiero darle su regalo de cumpleaños —Aysel soltó una risita al ver la cara de Lyon, Feray había llegado en un pesimo momento, él quería volver a estar con su compañera, la unión que había sentido esa tarde fue única y la quería repetir —Aysel abre por favor…—Voy Cariño —se puso de pie, se acomodo la bata antes de ir a abrir la puerta, cuando quito el seguro vio a la cama, Lyon ya se había cubierto con la sabana, por si se le escapaba a Aysel y entraba como torbellino.Aysel abrió una rendija, por donde podía ver la cara de la hermana de su compañero. —Puedo entrar, es que no le he dado su abrazo de hoy —preguntó Feray con una sonrisa, pero Aysel negó con la cabeza.—Ahora no puedes cariño, estoy dándole un masaje y no esta presentable —le explico Aysel, era lo único que se le había ocurrido —pero dame su regalo y yo se lo daré con gusto…—Feray le extendió un envoltorio cuadrado en la punta tenía un moño dorado.—Dile que muchas felicidades, ya más tarde le
A pesar de la interrupción de Feray, Aysel volvió a la cama con Lyon que la hizo vibrar cuando la tomo entre sus brazos. Cuando Aysel se puso de pie Lyon protesto, él quería seguir festejando su cumpleaños con ella, en su cama. Después de haberse marcado por primera vez Lyon deseaba con mayor fervor a su compañera que antes. —Tenemos que salir, además quiero preparar un banquete para celebrar tu cumpleaños —le había dicho Aysel mientras volvía a cepillarse el cabello de nuevo…—No quiero ningún banquete, te quiero a ti —se puso de pie, y acorto la distancia entre ellos —quiero quedarme aquí toda la tarde contigo —al decirlo mordisqueó el lóbulo del oído de Aysel —anda volvamos…—Ya Lyon, en la noche podemos seguir… —Si, también, pero yo te quiero ahora —beso su cuello, sus manos juguetonas intentaron quitar la sabana con la que cubría su cuerpo…—Lyon por favor, déjame celebrarte como se debe —se volvió para verlo a los ojos y darle un beso. —Esta bien, por cierto, hablando de la
Lyon apenas logro sostener a Aysel, la impresión de ver de nuevo a Dilay había sido muy fuerte para ella. Todos los de la manada, miraban a la recién llegada con asombro, nunca pensaron que tendría el descaro de volver, de plantarse de frente al lobo que había traicionado. —¡Aysel! —la llamaba, pero ella no parecía reaccionar, el aroma de Dilay llegó a su nariz, al levantar la vista se encontró con sus ojos, estaba tan preocupado por su compañera, que no escuchó que preguntaba por Aysel —¿Por qué regrésate? Dilay ignoró por completo la pregunta de Lyon, estaba por agarrar a Aysel cuando él, su compañero la tomaba en sus brazos, se abría paso entre los lobos chismosos que querían saber que había pasado, para que la música cesara, y la Luna de la manada se desplomara. Pronto todos obtuvieron respuesta al ver a Dilay correr detrás de Lyon y Aysel. Antes de entrar a la casa Feray se acercó preocupada al ver como iba su amiga, su hermana mayor, tomo su mano y la sintió fría. —Hermano
Después del banquete y de la gran fiesta que siguió en la celebración de Lyon, todos fueron a descansar, Aysel por primera vez dormiría en la habitación de Lyon, había pensado que con la llegada de Dilay, él cambiara de opinión y la mandara a su anterior habitación, pero no fue así. Cuando entraron a su casa, Lyon la rodeo con sus brazos, y comenzó a besarla en la intimidad de su habitación, sin dejar de tomar sus labios la levanto en sus brazos para llevarla a su cama, la dejo con cuidado mirándola con él mismo deseo que la tarde sintió por ella. Poco a poco se fueron despojando de sus ropas, hasta quedar sin ninguna barrera para entregarse, Aysel lo hizo con toda su alma, a pesar del temor que había en su corazón de que cualquier momento él pudiera repudiarla, y echarla de la manada, de su vida por querer a Dilay a su lado. Al sentir el placer recorrer su cuerpo, se olvidó de su miedo, de su inseguridad, pensando que pudiera haber un futuro entre ellos…Los dos estaba felices, sa
Aysel respiró hondo, al final no había tenido que ir a buscarla, ella llegó ahí, ¿a qué? A decirle en su cara que venía por su lugar en la manada, a quitarle a Lyon.“Si fueran esas sus intenciones, no hubiera vuelto con Joram” escuchó que decía su loba. “¿Entonces porque regreso?”—No sabía que aun desayunaba, si quieren puedo volver después —dijo Dilay, haciendo una reverencia para salir del salón, pero Aysel la detuvo, no quería prologar más esa conversación. —Dilay hablemos —miró a Lyon —me disculpas, necesito…Lyon tomo su mano y la llevó a sus labios, su piel estaba muy fría, algo inusual en ella.—No te preocupes habla con ella —se puso de pie, tomo su rostro y le dio un beso en los labios —te veo a la hora de la comida…El gesto de Lyon era reconfortante, pero temía que lo hiciera por despecho, por demostrarle a Dilay que ya no era nada en su vida.Lo vio salir agarrando la mano de Feray que iba conversando feliz lo que planeaba hacer en el campamento. —Yo también las dejo
Lara estaba aterrada, a pesar que Uzziel la tenía abrazada, era notorio los temblores de su cuerpo, con fuerza se aferró a su compañero, no permitiría que saliera a enfrentarse a Yael. Ya le había quitado sus padres, no podía permitir que también su alma gemela. —Amor necesito ir con Lyon —Uzziel con delicadeza logro hacer que ella le soltara la cintura, tomo su rostro entre sus manos y la vio directamente a los ojos —amor no temas, ese maldito de Yael debe darse cuenta que no estas sola ahora, que me tienes a mí a tu lado. —Tú no conoces a Yael, no se detendrá hasta conseguir lo que quiere, va querer luchar para conseguir lo que quiere —uso toda su fuerza para atraerlo a su cuerpo de nuevo —no vayas no me dejes sola, no quiero que te haga daño.—Te juro que volveré contigo —le prometió al tiempo que la veía a los ojos —no voy a permitir que ese maldito de Yael te aparte de mi lado, te juro que pronto se acabara esta pesadilla y viviremos tranquilos y en paz…Detrás de él apareció L
Aysel salió corriendo de la casa, tratando de entablar el enlace con Lyon, para advertirle lo que Dilay le había dicho, pero no podía, algo estaba interfiriendo para que ella no pudiera comunicarse con él. Nunca se imaginó ser testigo de ver una escena como esa, lobos contra lobos, era una lucha feroz, dónde ningún quería dejarse vencer.Con desesperación comenzó a correr entre los lobos, buscando a Lyon, y tratando de hablar con él, pero seguía sin poderlo hacer. El olor a sangre penetro sus fosas nasales, provocando un poco de nauseas, chillidos y aullidos se hacían presentes en el lugar. Avanzó dejando algunos heridos, otros moribundos por la herida que presentaban en su cuello. Uzziel le alertó cuando un lobo había aventado a otro contra el árbol que estaba detrás de ella, el chillido del lobo traspaso sus oídos, pero eso no la detuvo, siguió corriendo buscando a Lyon. “¿Qué haces aquí Aysel?” escuchó la voz de Uzziel en su cabeza “Y Lara”“Vine a salvar a Lyon, ella se quedó e