Los tres días que faltaban para la llegada del sábado, se perdieron en el horizonte como una delicada pluma se pierde atrapada por un torrentoso viento de tormenta.
Freyha no podía mentir diciendo que no estaba ansiosa por su paseo con Zeth, después de todo él era muy atractivo y aquella sería la primera cita de ella.
La loba gris no tenía la menor idea de qué hacer en una o cómo prepararse para la ocasión.
Por este motivo estaba Franchesca en su habitación escogiendo entre unos hermosos vestidos.
Habría deseado que Rohan también la acompañará y ayudará en aquel momento, después de todo tenía más conocimientos de citas, modas o maquillajes que ella. Sin embargo su mejor amigo tenía asuntos más importantes que atender, los cuales involucraban a cierto chico de la cafetería con quién solían verse a escondidas.
Esto último no era por deseo de Rohan, todos en aquel pueblo sabían acerca de su orientación sexual, y gracias al inmenso apoyo de sus padres había logrado enfrentarse a los comentarios de las personas de aquel lugar.
Después de todo y tal como reza el dicho, cuando el pueblo es pequeño, su infierno es grande.
—Creo que el vestido amarillo pastel te quedaría genial. Si en definitiva el amarillo—dijo con decisión su amiga extendiendo el vestido hacia ella.
—Gracias Fran… no sé qué haría sin ti—respondió Freyha tomando el vestido mientras comenzaba a caminar hacia el "probador" que habían improvisado con unas sillas y la colcha de su cama.
—Yo sé perfectamente que harías sin mí… irías utilizando jeans sucios, un buzo y con el cabello como si fueras una amazonas—ronroneó su amiga tomando asiento en la cama al tiempo que comenzaba a ojear una revista para decidir el maquillaje.
Freyha soltó una risa baja mientras comenzaba a vestirse; su amiga no podía estar más en lo cierto, por esa misma razón estaba agradecida por su compañía y consejos.
Pocos eran capaces de ayudar a otros sin querer cambiar su forma de ser, como lo hacía Franchesca.
—¿Tus hermanos están en casa?—preguntó preguntó casi en un susurró la chica de cabello como vino.
—¿Mis hermanos o Hat?—ronroneó Freyha saliendo del improvisado vestidor.
Franchesca enrojeció al punto de adquirir un color similar al de su pelo, mientras desviaba su mirada azul cielo, siendo incapaz de enfrentarse a su amiga temiendo que ésta viera una verdad que era evidente.
—¿Pero qué dices? Solo preguntaba para ver si había alguna mirada masculina para dar el visto bueno a mí obra—se defendió ella, disfrazando una verdad que latía en su corazón humano.
Su amiga era hermosa, inteligente, demasiado tímida y reservada.
A lo largo de sus años de amistad, la loba gris había aprendido a leer entre líneas las emociones y pensamientos de su amiga.
Por este motivo, Franchesca jamás se animaría a admitir que llevaba años enamorada de Hat. Y para desgracia de ella, el lobo negro era demasiado tonto como para notar los sentimientos hacia él de la hermosa chica.
Luego de dos años viendo cómo la relación entre ambos no avanzaba, Freyha tomó la decisión de presionarlos levemente a ambos en un intento por hacerlos reaccionar.
Después de todo ¿Qué podría salir mal?.
—Están en el patio con Fenryr… pareciera que vive aquí por la cantidad de tiempo que pasa—respondió Freyha acercándose a su amiga.
Franchesca se incorporó y tomó el cepillo que reposaba tranquilo sobre un pequeño mueble.
Sin demorar comenzó a cepillar su cabellera color castaño, separando pequeños mechones del resto para luego armar su peinado.
—Creo que tienes suerte, Fenryr es muy atractivo y agradable—susurró la chica de cabello color vino, sacando ligeramente la lengua para apresarla entre sus labios.
—Es un idiota, arrogante y engreído—respondió con brusquedad la loba.
La chica de ojos color cielo esbozó una pequeña sonrisa, colocando el listón amarillo en el cabello de su amiga formando una media cola de caballo con pequeñas ondas.
—Bueno, ya tienen tres cosas en común—ronroneó Franchesca aproximándose a la pila de maquillaje sobre el mismo mueble dónde minutos atrás reposaba el cepillo.
De pie frente al maquillaje que ella misma había llevado, la chica de cabello como vino y ojos color cielo giró levemente su rostro hacia ella, obsequiandole una sonrisa, la cual Freyha devolvió.
La loba gris estaba nerviosa y su amiga intentaba molestarla para distraerla de su propia mente.
Con un dedo, le indicó a la chica de ojos color sol que tomara asiento en la cama, algo que la loba obedeció sin miramientos.
Segundos después comenzó a trazar un maquillaje sutil sobre su suave piel tenuemente bronceada.
—¿Crees que este interesado en mí o solo busca algún tipo de distribución?—susurró la loba de ojos color sol al cabo de unos minutos.
—¿Hablas de Zeth o te refieres a ti misma?—ronroneó la chica de cabello como vino.
Freyha no respondió y permaneció en silencio hasta que su amiga terminase de realizar el sutil maquillaje.
Franchesca podía ser tímida y poco conversadora, sin embargo tenía una habilidad especial para entender las palabras que no eran dichas y mirar más allá de lo que sus ojos veían.
—Bueno, creo que ya estás lista—dijo en un tono cansino.
Al oír aquellas palabras, la loba se incorporó de su lugar con media sonrisa nerviosa tirando de sus labios, y acortó la distancia hasta llegar al enorme espejo de pie en un rincón del cuarto.
Fue entonces cuando su respiración se interrumpió y su corazón se saltó un latido; al otro lado del espejo una hermosa chica de aspecto dulce y delicado la observaba.
«Que cruel mentira» susurró una voz dentro de su mente, haciendo erizar el vello de su nuca.
—¿No te agrada?—preguntó con duda Franchesca al notar la extraña expresión en el rostro de su amiga.
—No, es perfecto—respondió la loba, dándose media vuelta para esquivar el reflejo.
Al parecer su respuesta complació a la chica de cabello como vino, quien expuso una hermosa sonrisa segundos antes de tomarla por la muñeca y sacarla a toda velocidad de la habitación.
—¡Dios Franchesca detente!—gritó Freyha con una sonrisa de confusión en sus rasgos.
—No. Vamos a que nos den el visto bueno—respondió entre risas la muchacha, jalando de su brazo escaleras abajo.
Cuando llegaron al pie de la escalera, Franchesca comenzó a jalar nuevamente de su brazo, sin darle tiempo a la loba para recuperar el aliento.
«¿Acaso no tiene pulmones?» pensó ella, intentando mantener el ritmo.
—¿Qué ocurre?—preguntó la grave voz de Skol, atravesando la puerta del comedor a toda velocidad.
Hat y Fenryr siguiendo sus pasos de cerca.
Una clara preocupación brillaba en los ojos de los tres chicos frente a ellas, quienes las recorrieron con la mirada en busca de señales de daño.
—Los buscábamos para que nos den su opinión… ¿No está bella?—dijo Franchesca a modo de explicación y pedido, con notable nerviosismo ante la mirada de Hat.
Los tres lobos dirigieron sus rostros hacia Freyha, quien los obsequió con algo similar a una sonrisa.
Como si fueran uno solo, los tres expandieron sus ojos y entreabrieron sus bocas.
—¿Qué hiciste tú y dónde está mi hermana?—se burló en respuesta Hat.
—Te ves muy linda Freyha—agregó Skol con una sonrisa amable en sus labios.
Fue entonces cuando todos los presentes voltearon hacia Fenryr, a la espera de su cumplido.
Sin embargo, los ojos oscuros del lobo no brillaban de asombro o fascinación, todo lo contrario.
—No eres tú—se limitó a escupir antes de darse media vuelta y marcharse por el mismo lugar que había entrado.
Los gemelos intercambiaron una mirada antes de excusarse y salir tras el chico de cabello dorado, dejando a las dos amigas solas al pie de la escalera.
—No le hagas caso, estás hermosa—objetó Franchesca intentando elevar el autoestima de su amiga—Esta eres tú… una parte de tí.
Freyha le obsequió una media sonrisa mientras salía por la puerta principal con un nudo en el corazón,y comenzaba a caminar en dirección a la escuela, preparándose para su encuentro con Zeth.
Fenryr:—¿Acaso eres idiota?—gruño enfadado el lobo negro, dirigiéndole una mirada de reproche a su amigo.Los tres lobos estaban de pie en el hermoso jardín trasero de la familia Crescent, sus humores eran ásperos. Todo debido al arrebato de palabras absurdas que Fenryr había escupido a la loba gris.—No me presiones Hat—advirtió el chico de mirada color noche.Demasiado tenía él con sus propios juicios, sabía que no debía decirle nada a Freyha, sin embargo las palabras escaparon de sus labios ayudadas por los celos y el enojo.—¿No po
Freyha:Los nervios revoloteaban por sus entrañas como un manojo de mariposas sobre plantas florecidas de camelias.Sin embargo se permitió sonreír, mientras terminaba de salir del hermoso bosque, después de todo tendría su primera cita.Quizás era algún absurdo efecto producido por la ansiedad mezclado con la emoción y un poco de alegría, pero todo le parecía más bello. Desde el verde de los pinos frondosos con su aroma tan particular, hasta las pequeñas alimañas que correteaban por las ramas, mismos animales que su lobo amaba devorar.La chica apartó aquel pensamiento de su mente, aquel día se permitiría ser
—¿Y qué te respondió?—susurró Fenryr sentado junto a Freyha en el amplio valle de fresias.La loba gris mordió su labio inferior que temblaba sin consuelo alguno, a su lado, el muchacho de cabello color sol se debatía si debía abrazarla o no.Al final decidió no hacerlo, sentía que al hacerlo, estaría aprovechándose de la situación.—Me dijo que no estaba al nivel de su hermano. Que no era más que una tonta niña salvaje—dijo Freyha con un hilo de voz.Fenryr respiro profundamente y envío hielo a sus venas, en un intento por aplacar la llameante cólera que parecía apoderarse de él co
—¿Cómo que te dejó plantada?—rugieron al unísono sus hermanos con consternación.—No es nada… me hizo un favor, ahora se que es un idiota—respondio Freyha intentando aligerar el ambiente, mientras tomaba un tomate para agregarlo a su hamburguesa.Cómo cada noche, los tres hermanos se encontraban solos en su casa, cenando lo que Skol cocinaba. Su abuelo tardaría en llegar, después de todo y como cada domingo por la noche, tenía reunión con los miembros del consejo de la manada.Sin embargo aquello era una excusa absurda, los tres lo sabían perfectamente.A su abuelo no le agradaba pasar tiempo en aquella casa, de seguro lo atormentaban el
El lobo blanco, astuto y hábil, ya había previsto aquel movimiento por parte de la loba gris, después de todo, él mismo había ejecutado cada uno de sus movimientos, gestos y acciones, para conducirla a aquel final.Cuando vio el frenesí colmar los dorados ojos de su hermana, supo que debía girar levemente su mentón para exponer su garganta. De esa forma sería un blanco fácil para ella, siendo Hat pasado por alto.En el preciso instante que Freyha saltó con fuerza desmesurada por encima de la mesa de madera, Skol se incorporó con velocidad, colocando su cuerpo unos centímetros a lado de la posición inicial.Cuando la loba gris pasó a su lado, envuelta en un frenesí
La sangre dentro de las venas de Freyha, la cual segundos atrás corría ardiente de cólera, ahora parecía haberse enfriado, como si de repente se hubiera sumergido a un lago helado.Todo gracias a las palabras de Zeth, las cuales atrajeron la atención a sus manos de Rohan, Franchesca y Fenryr.Solo este último comprendió a la perfección lo que estaba ocurriendo, por lo que su brillante mente comenzó a trazar un plan.—¿Otra vez volviste a reventar los bolígrafos?—preguntó de forma casual el chico de cabello dorado tomando la mano que supuestamente estaba manchada de tinta roja.Fenryr la elevó con delicadeza y volteandola hacia a
—No puedo creer que hayas aceptado ir al baile con ese idiota—bufó Hat.—Ni que lo digas, ya estoy pensando en el nuevo apodo que le pondré cuando deje plantado nuevamente a Freyha—agregó Fenryr saltando un pequeño tronco podrido en mitad del bosque.Con cada paso que daban a través del bosque, Freyha se arrepentía de haber tomado la decisión de invitar a Fenryr a aquel lugar.En aquel momento en mitad de la noche, luego de haber intentado arrancarle la garganta a Skol, la idea de otro lobo poderoso capaz de aplacarla le había parecido buena, por lo que hizo su mejor esfuerzo por convencer a los gemelos.Aunque en un principio ambos parecían re
Freyha Crescent se empujó con fuerza brutal contra el tronco del árbol más cercano, esté solo tembló un poco ante el fuerte impacto, aún así resistió la lluvia de flechas de Fresno que acribillaron su madera.La loba contuvo la respiración, manteniendo sus ojos cerrados, incapaz de atreverse a ver quién había sobrevivido a aquella feroz carnicería.Aprovecho aquel momento para agudizar sus sentidos, y entender que o quien estaba en el bosque a parte de ellos.Sus audición y el olfato de lobo llegaron a ella ante su mera intención de utilizarlos, y como ya era habitual, el primer contacto con el bosque en compañía de sus nuevos sentidos fue demasiado intensa.