—No puedo creer que hayas aceptado ir al baile con ese idiota—bufó Hat.
—Ni que lo digas, ya estoy pensando en el nuevo apodo que le pondré cuando deje plantado nuevamente a Freyha—agregó Fenryr saltando un pequeño tronco podrido en mitad del bosque.
Con cada paso que daban a través del bosque, Freyha se arrepentía de haber tomado la decisión de invitar a Fenryr a aquel lugar.
En aquel momento en mitad de la noche, luego de haber intentado arrancarle la garganta a Skol, la idea de otro lobo poderoso capaz de aplacarla le había parecido buena, por lo que hizo su mejor esfuerzo por convencer a los gemelos.
Aunque en un principio ambos parecían re
Freyha Crescent se empujó con fuerza brutal contra el tronco del árbol más cercano, esté solo tembló un poco ante el fuerte impacto, aún así resistió la lluvia de flechas de Fresno que acribillaron su madera.La loba contuvo la respiración, manteniendo sus ojos cerrados, incapaz de atreverse a ver quién había sobrevivido a aquella feroz carnicería.Aprovecho aquel momento para agudizar sus sentidos, y entender que o quien estaba en el bosque a parte de ellos.Sus audición y el olfato de lobo llegaron a ella ante su mera intención de utilizarlos, y como ya era habitual, el primer contacto con el bosque en compañía de sus nuevos sentidos fue demasiado intensa.
El beso terminó antes de comenzar, aún así la sensación de los carnosos labios de Fenryr presionando los suyos seguía presente como un recuerdo fantasmal, al igual que el vestigio del sabor dulce como pera que recubría su boca.El sabor de los labios de Fenryr.Cuando la loba gris se apartó por completo de él, no solo era su mirada envuelta en mil sentimientos no dichos la que seguían cada uno de sus movimientos.A eso también se sumaba Hat, quien le dedicaba a su hermana una sonrisa socarrona.Skol por su parte, estaba abstraído del mundo real, su atención centrada por completo en la herida de flecha. Balanceando el peso de su cuerpo mientras se sostenía con fuerza de una retorcida rama de árbol, Freyha tomó impulso para lanzarse hacia el tronco del árbol más próximo.Cuando su cuerpo impactó contra este, no demoró ni un segundo en clavar sus oscuras y largas garras de lobo en él, tal como si fuera una presa.—No falta mucho, solo un par de árboles más—susurró Skol, cayendo contra el mismo tronco en el que ella estaba.Tenían suerte de que aquellos pinos fueran tan grandes como para albergar a cuatro adolescentes entre sus ramas torcidas.Pero también eras viejos, por lo que debían estar muy atentos a la hora deCapitulo 16:
Cuando finalmente sus pies tocaron el verde césped que recubría la tierra de aquel bosque, la loba gris sintió su cuerpo entero temblar de pánico y emoción en partes iguales.Con el corazón acelerado y flanqueada, tanto por los gemelos como Fenryr, ella avanzó, fingiendo que sus pasos eran los de una persona firme y decidida, con confianza y seguridad, pasos de un verdadero candidato a Alfa.Pero la realidad era que estaba aterrorizada, con ganas de regresar a su casa y no salir más. Sin embargo debía hacerlo, aquella era la única oportunidad que tenía para controlar al lobo que moraba bajo su piel igual que un parásito, alimentándose de sus temores y fomentando nuevos.Por eso, cuando
Viaje al pasado:La nieve se amontonaba alrededor de los caminos estrechos y borrascosos del sur Argentino.Aquella feroz tormenta de nieve llevaba azotando el pequeño pueblo de Villa La Angostura desde hacía más de dos semanas, por lo cual, cualquier visión del asfalto era pura obra, casi milagrosa, de una máquina recolectora de nieve.La zona se encontraba en alerta, se suponía que nadie debía salir de sus casas y menos aún, aventurarse a las carreteras.Sin embargo, el vehículo viajaba a toda velocidad, esquivando los baches que el hábil piloto conocía de memoria.Pero no sé inmiscuya
Viaje al pasado:La hermosa mujer salió a rastras y con mucha dificultad del vehículo, sus fuerzas comenzando a escasear, mientras intentaba sostener como podía a la pequeña bebé que mantenía aferrada contra su pecho, en un intento desesperado por resguardarla del frío atroz del invierno.El hombre dentro del auto estaba muerto, mientras daba a luz ella no se atrevió a mirar en su dirección, sin embargo el aroma a sangre era sofocante, a parte de que solo podía escuchar un corazón latir, el suyo propio.O al menos fue así hasta que la hermosa bebé nació, y fueron dos los corazones palpitantes.Su plan inicial hab&iacut
«¡Mírame a los ojos!»Impuso el enorme lobo gris en un tono autoritario y demandante, capaz de aterrar hasta al más valiente de los corazones.Freyha, ajena a su cuerpo y deseos, obedeció. Al elevan el mentón tembloroso, contemplo la dorada mirada del lobo, carente de amor, afecto, amabilidad, o siquiera empatía.Solo la más funesta y rabiosa de las cóleras parecían habitar en ellos, volviendo así rehenes a sus acciones.La muchacha de castaño cabello tragó duro, tratando de no revelar cualquier signo de miedo en sus facciones.Pero aquello era algo imposible, después de todo, al igua
Fenryr:El chico de cabello color oro y mirada nocturna no podía dormir.Sin embargo, no eran los incesantes y casi sísmicos ronquidos de su mejor amigo Hat, los que lo mantenían en vela.No. Fenryr ya se había quedado a dormir en la casa de su amigo incontables veces como para acostumbrarse a los molestos ruidos que profería su amigo al dormir.El motivo de su falta de sueño se debía a los acontecimientos de aquel día, comenzando por el hecho de la milagrosa llegada al mundo de Freyha, hasta el beso que ella le dió.Fenryr había intentado demasiadas veces cerrar los ojos y obligarse a c