#18:

Omër:

Como la falsa imagen de agua en el desierto, es ella.

En apariencia toda suave, toda dulce, toda bondadosa y entregada a mis deseos, pero sé, que con esta misma boca gimió para otros, y con estas mismas manos acarició a otros, porque su ambición no conoce límites.

No es una mujer decente.

Si lo fuera, habría escupido en mi cara, me habría abofeteado e insultado y se habría marchado de la cocina. En vez de eso, se rindió a mis atenciones con la facilidad y la rapidez de una mujer que está acostumbrada a regalarse o a venderse por mayores comodidades.

No me he equivocado.

¡Y vive Alá!

Que la sacaré de aquí a patadas y le cerraré todas las puertas de golpe, para que se hunda en el lodazal de su propia perdición…pero no hoy, no ahora.

Ahora, la tengo arrodillada ante mí, complaciéndome con su sucia boca y con sus manos, como la puta que es.

***

Susan:

Dejarme seducir no fue para nada difícil.

¡Dios!

Por primera vez, mi hermana tenía razón en algo…

¡Omër al Gala, sí es un semental!

L
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