Punto de vista de BlakeMis compromisos restantes de la tarde se postergaron gracias a un retraso en un vuelo de parte del presidente de uno de mis socios comerciales, por lo que terminé por ir a buscar a Colin a la guardería a eso de las cinco, y los dos nos fuimos juntos a la casa de Ryan para recoger nuestras cosas.Faltaban cuatro días, lo tenía más que apuntado, para saber si mi pequeñito era realmente mío, o si Amy también jugó conmigo en eso… Debía verla antes de que ese día llegara y lo sabía, pero… ¿de verdad podría enfrentarla?¿Qué sentía por ella ahora mismo?La amaba, claro que sí, la amaba como nunca amé a ninguna mujer, porque en realidad fue la primera chica de la que me enamoré con todas sus letras, a pesar de que lo nuestro no fue como en las películas, esa tontería del amor a primera vista; sin embargo, ¿qué gané con eso?Ser tratado como basura, así de simple. Y ahora pagaba mis errores.Una media hora después de que llegamos, escuché la puerta abrirse, y el chilli
Punto de vista de Ryan¿Qué mierda había hecho?El pasmo en el rostro de Blake, su confusión, sus dudas y dolor…Después de un momento fugaz de falsa valentía, de cumplir un anhelo egoísta de mi juventud, tan solo observé a ese hombre grande, normalmente seguro y recio, tal cual un niño perdido con ojos en blanco y sin saber qué hacer.Lo vi marcharse, y fui incapaz de decir ni media palabra hasta que escuché, en el fondo, el ruido del ascensor abrirse y cerrarse.—Yo… —musité, pero no pude emitir nada más.Resoplé con fuerza y comencé a dar vueltas alrededor del área que separaba la sala de la cocina, me llevé las manos a la cabeza y removí mis cabellos, y llegué hasta el sofá, donde caí de sentón.El calor fue succionado de mi cuerpo como por obra de un vampiro, y el estómago me pegó un vuelco. Una arcada se quedó prensada en mi pecho y comencé a sudar frío.No tenía que haber hecho eso, lo sabía, mi cerebro me dijo mil veces que solo lo aguantara, que Blake estaba molesto, que él a
Punto de vista de BlakeLa casa se encontraba vacía, tal como lo ordené.Cambié a un Colin adormilado y lo recosté en su cama, donde se durmió casi al instante. Lo notaba cansado, quizás porque se divirtió mucho hoy en la guardería, pero me gustaba ese lado suyo de Bello Durmiente.Caminé por todo el lugar y, tras dejar la maleta en mi habitación, abrí el vestidor y descubrí que las pertenencias de Amy ya no estaban. Se me apretó el pecho y giré: la mesa de noche, la cómoda, el tocador… no quedaba nada suyo allí, salvo una sola cosa, que yacía curiosa sobre un papel claro.Me acerqué y leí las palabras «Lo siento, ¿podemos hablar como se debe?» en la pequeña hoja y, al abrir la caja, descubrí el anillo con el que le había pedido matrimonio, aunque no vi la alianza por ninguna parte.Respiré hondo y, de repente, fue como si todo se me viniera encima.Las piernas me fallaron y, antes de darme cuenta, caí de rodillas al suelo, y tuve que poner las manos para no irme de boca y romperme la
Punto de vista de BlakeMax insistió en que le diera a Ryan un poco de espacio y tiempo para reflexionar, así que no le envié ni un mensaje. La realidad es que yo también tenía bastante en qué pensar.Hoy era viernes y, tras buscar a Colin en la guardería y pasar por casa, íbamos de camino al hogar de mis padres para, como cada viernes por la tarde cuando podían, dejarlo para que «acampara con los abuelos».Aunque hoy debía echar a perder ese ambiente afable que solía respirarse.—¡Nananana dieeee, maaaaa, dum, dum, dum…! ¡Yoooo quello seer!Con un cantante a mi espalda, que parecía gozar de lo lindo la música de la radio, mi teléfono sonó y, al ver de quién se trataba, resoplé.Era Ryan.—Colin, el tío Ryan llama, ¿puedes cantar un poco más bajito? —pregunté a mi hijo mientras tomaba la llamada en altavoz.—¡Tío Ayaaaan! —chilló el nene justo cuando descolgué.—Wow, ¡el enano parece estarse divirtiendo! ¡Hola!—¡Holaaa! —respondió Colin.—Estamos en el auto —comenté.Colin, como si e
Punto de vista de Blake El mirar confuso de Gilbert se extendió, pero, a pesar de sus dudas, soltó: —Que sepas que, sin importar lo que diga ese papel, ese crío es tuyo… Lo último que quiero es tener esa clase de responsabilidades. —Sería genial si tuvieras el poder sobre él, pero no. Si Colin es tuyo y no mío, quiere decir que ella se lo llevará. —Resoplé con fuerza y tomé un largo trago de cerveza. »No sé qué haré si eso pasa… solo espero que lo sea. Los ojos ajenos me contemplaron con una tristeza, cuando menos, increíble para alguien como mi hermano, lo que me llenó de curiosidad; sin embargo, considerando el ambiente, el lugar y la hora, otras cosas colmaron mis pensamientos. —¿En qué m****a pensabas cuando comenzaste a acostarte con mi esposa, Gilbert? —cuestioné sin más—. Nos parecemos mucho, no eres feo, tienes la personalidad y el dinero… solo te faltan unos centímetros más de estatura, pero… teniendo tantas mujeres a tu disposición, ¿por qué tenía que ser ella? No pron
Punto de vista de RyanNi siquiera iba a medio camino desde casa al Grupo Maier, y ya sentía que el corazón se me saldría del pecho en cualquier momento.Morgan, a mi lado, en el asiento del pasajero, me miraba de vez en cuando porque, probablemente, a estas alturas se me hacía muy difícil controlar mi ansiedad.—Señor Daft, ¿de verdad está bien? Se ve distraído —murmuró ella.Apreté los labios y, forzando una sonrisa, volteé y negué con la cabeza.—Estoy bien… solo tengo algunas cosas de más en mente.—Ya veo… pero, ¿para qué vamos al Grupo Maier? No hay nada en agenda.—Tengo un par de asuntos que resolver con Blake, ya sabes, conversaciones para lograr beneficios para nuestra empresa.Ella arrugó el mirar y asintió.—Entiendo&he
Punto de vista de RyanFue un beso seco e inesperado, un toque entre nuestros labios que culminó con su ligera chupada, y retrocedió, dejándome en blanco, sin saber qué decir o hacer, con los ojos bien abiertos.Abrí la boca al segundo siguiente, pero nada salió. Mis brazos se balancearon a los costados, y solo entonces soltó mi rostro, dejando en él una sensación de frío abandono que casi fue dolorosa.—¿Qué…? —mascullé.Mi mente se esforzaba por hilar los hechos, pero, a estas alturas, resultaba imposible.Llevé la diestra a toquetear mis labios, y el peso de la realidad me invadió.—¿Por qué tú…?—Así como tú guardas cosas de mí, Ryan, también te guardo secretos —comentó en voz baja y se relamió.&md
Punto de vista de BlakeDespués de que Ryan se fue, tan solo me senté por un largo rato detrás de mi escritorio y miré por la ventana. Mis entrañas no dejaron de agitarse en ningún momento de ese día, y el mero hecho de recordar el tacto de su piel, el calor de sus labios y su respiración… me hicieron sentir el mayor pervertido sobre la faz de la tierra.Pero tenía que olvidarme de eso, ¿no? Las cosas debían volver a ser como siempre entre nosotros, tal cual lo acordado, y yo necesitaba prestarle toda mi atención a otros temas «más importantes».Qué difícil.Un par de días después, a media mañana del lunes, Oliver tocó la puerta de mi oficina y, al entrar, traía consigo una tablet entre manos.—¿Sucede algo? —pregunté curioso, dejando d