Punto de vista de BlakeLa casa se encontraba vacía, tal como lo ordené.Cambié a un Colin adormilado y lo recosté en su cama, donde se durmió casi al instante. Lo notaba cansado, quizás porque se divirtió mucho hoy en la guardería, pero me gustaba ese lado suyo de Bello Durmiente.Caminé por todo el lugar y, tras dejar la maleta en mi habitación, abrí el vestidor y descubrí que las pertenencias de Amy ya no estaban. Se me apretó el pecho y giré: la mesa de noche, la cómoda, el tocador… no quedaba nada suyo allí, salvo una sola cosa, que yacía curiosa sobre un papel claro.Me acerqué y leí las palabras «Lo siento, ¿podemos hablar como se debe?» en la pequeña hoja y, al abrir la caja, descubrí el anillo con el que le había pedido matrimonio, aunque no vi la alianza por ninguna parte.Respiré hondo y, de repente, fue como si todo se me viniera encima.Las piernas me fallaron y, antes de darme cuenta, caí de rodillas al suelo, y tuve que poner las manos para no irme de boca y romperme la
Punto de vista de BlakeMax insistió en que le diera a Ryan un poco de espacio y tiempo para reflexionar, así que no le envié ni un mensaje. La realidad es que yo también tenía bastante en qué pensar.Hoy era viernes y, tras buscar a Colin en la guardería y pasar por casa, íbamos de camino al hogar de mis padres para, como cada viernes por la tarde cuando podían, dejarlo para que «acampara con los abuelos».Aunque hoy debía echar a perder ese ambiente afable que solía respirarse.—¡Nananana dieeee, maaaaa, dum, dum, dum…! ¡Yoooo quello seer!Con un cantante a mi espalda, que parecía gozar de lo lindo la música de la radio, mi teléfono sonó y, al ver de quién se trataba, resoplé.Era Ryan.—Colin, el tío Ryan llama, ¿puedes cantar un poco más bajito? —pregunté a mi hijo mientras tomaba la llamada en altavoz.—¡Tío Ayaaaan! —chilló el nene justo cuando descolgué.—Wow, ¡el enano parece estarse divirtiendo! ¡Hola!—¡Holaaa! —respondió Colin.—Estamos en el auto —comenté.Colin, como si e
Punto de vista de Blake El mirar confuso de Gilbert se extendió, pero, a pesar de sus dudas, soltó: —Que sepas que, sin importar lo que diga ese papel, ese crío es tuyo… Lo último que quiero es tener esa clase de responsabilidades. —Sería genial si tuvieras el poder sobre él, pero no. Si Colin es tuyo y no mío, quiere decir que ella se lo llevará. —Resoplé con fuerza y tomé un largo trago de cerveza. »No sé qué haré si eso pasa… solo espero que lo sea. Los ojos ajenos me contemplaron con una tristeza, cuando menos, increíble para alguien como mi hermano, lo que me llenó de curiosidad; sin embargo, considerando el ambiente, el lugar y la hora, otras cosas colmaron mis pensamientos. —¿En qué m****a pensabas cuando comenzaste a acostarte con mi esposa, Gilbert? —cuestioné sin más—. Nos parecemos mucho, no eres feo, tienes la personalidad y el dinero… solo te faltan unos centímetros más de estatura, pero… teniendo tantas mujeres a tu disposición, ¿por qué tenía que ser ella? No pron
Punto de vista de RyanNi siquiera iba a medio camino desde casa al Grupo Maier, y ya sentía que el corazón se me saldría del pecho en cualquier momento.Morgan, a mi lado, en el asiento del pasajero, me miraba de vez en cuando porque, probablemente, a estas alturas se me hacía muy difícil controlar mi ansiedad.—Señor Daft, ¿de verdad está bien? Se ve distraído —murmuró ella.Apreté los labios y, forzando una sonrisa, volteé y negué con la cabeza.—Estoy bien… solo tengo algunas cosas de más en mente.—Ya veo… pero, ¿para qué vamos al Grupo Maier? No hay nada en agenda.—Tengo un par de asuntos que resolver con Blake, ya sabes, conversaciones para lograr beneficios para nuestra empresa.Ella arrugó el mirar y asintió.—Entiendo&he
Punto de vista de RyanFue un beso seco e inesperado, un toque entre nuestros labios que culminó con su ligera chupada, y retrocedió, dejándome en blanco, sin saber qué decir o hacer, con los ojos bien abiertos.Abrí la boca al segundo siguiente, pero nada salió. Mis brazos se balancearon a los costados, y solo entonces soltó mi rostro, dejando en él una sensación de frío abandono que casi fue dolorosa.—¿Qué…? —mascullé.Mi mente se esforzaba por hilar los hechos, pero, a estas alturas, resultaba imposible.Llevé la diestra a toquetear mis labios, y el peso de la realidad me invadió.—¿Por qué tú…?—Así como tú guardas cosas de mí, Ryan, también te guardo secretos —comentó en voz baja y se relamió.&md
Punto de vista de BlakeDespués de que Ryan se fue, tan solo me senté por un largo rato detrás de mi escritorio y miré por la ventana. Mis entrañas no dejaron de agitarse en ningún momento de ese día, y el mero hecho de recordar el tacto de su piel, el calor de sus labios y su respiración… me hicieron sentir el mayor pervertido sobre la faz de la tierra.Pero tenía que olvidarme de eso, ¿no? Las cosas debían volver a ser como siempre entre nosotros, tal cual lo acordado, y yo necesitaba prestarle toda mi atención a otros temas «más importantes».Qué difícil.Un par de días después, a media mañana del lunes, Oliver tocó la puerta de mi oficina y, al entrar, traía consigo una tablet entre manos.—¿Sucede algo? —pregunté curioso, dejando d
Punto de vista de BlakeDos días de ira y furia no fueron suficientes.Colin preguntaba por su mamá cada noche, y yo le decía que ella se había ido de paseo por unos días, solo a la espera de que los resultados salieran a la luz para saber cómo proceder.Pero atender una casa por mi cuenta no era fácil, vaya que no. Tenía que levantarme e ir directo con Colin, bañarlo, vestirlo, darle de comer, al tiempo que yo me arreglaba y preparaba todo para su guardería; siempre había lavado la ropa, era algo que me relajaba, y Amy limpiaba la casa, pero ahora me tocaba hacer las dos cosas y… todo, además, claro, de llevar mi trabajo al día, como el resto del mundo esperaba que lo hiciera.Estaba estresado y molesto, y eso solo crecía día con día.Esa mañana, el anuncio de la partida de Gilbert a Reino Unido fue oficial
Punto de vista de BlakeTraté de quitarme la amargura de encima centrando mis pensamientos en Colin, y en el hecho de que era mi hijo y, en cierta forma, lo logré, pero las últimas palabras de Ryan seguían clavadas en mi pecho como un puñal, y dudaba poder deshacerme de ellas por un tiempo.Me iba a divorciar, eso era claro, y probablemente cualquiera pensaría que hasta allí todo estaba bien, pero…Al llegar a la casa de mis padres, estacioné al frente y bajé a toda velocidad, corrí a la entrada y toqué el timbre tres o cuatro veces sin control.De repente, la ansiedad de ver a Colin gobernó todo mi cerebro, aplastando gran parte de lo demás, y el corazón comenzó a latirme como loco. Quería ver a mi hijo, besarlo, abrazarlo y mimarlo.Mi madre abrió la puerta con prisas y, al verme, su expresi&