Punto de vista de Blake
Un penetrante olor picoso inundó mi nariz, y me hizo abandonar poco a poco una placentera bruma negra que me invadía hasta ahora.
Me removí, a sabiendas de que estaba en mi cama y, cuando abrí los ojos, encontré mi habitación iluminada apenas por la luz que se colaba desde las ventanas cerradas. Respiré hondo y el olor siguió allí, justo para permitirme darme cuenta de que me encontraba completamente desnudo.
Y de que no me encontraba solo.
Miré a mi lado y, en tanto un ligero malestar me repasó la cabeza, descubrí el cuerpo de un varón rubio que conocía a la perfección, y que me veía con ojos suaves y adormilados.
—Mierda… —murmuré.
De repente, el corazón en mi pecho se paralizó ante la certeza que los recuerdos de lo ocurrido en la noche anterior, y
Punto de vista de RyanTras dejar la casa de Blake, llegué a la mía usando un atajo en cuestión de minutos, me saqué la ropa y fui directo a meterme a una tina con agua caliente porque, uno, olía horrible… sí, olía a se.xo, y eso fue encantador la primera media hora, pero ya me sobrepasaba; dos, tenía que lavarme el trasero, pues me quedé dormido y no lo hice a tiempo; y tres…—Maldición… Blake me destrozó las caderas —mascullé dolorido y solté un resoplido.Sentía un gran peso en mi parte baja, uno que se alivió con el agua tibia y, metido ahí, recordé que debía reportarme con Morgan y mi padre.Le envié un mensaje al primero, pero me dijo que solo quería saber si estaba bien porque Morgan lo llamó, así que le puse la misma excusa que le daría a e
Punto de vista de RyanSus manos se metieron traviesas debajo de mi camisa, y nos deshicimos el uno en el otro en medio de la sala, de pie, dejando que nuestras lenguas hicieran el trabajo.Llevé las palmas a su trasero y lo apreté hacia mí, frotándome contra su pelvis sobre la ropa sin vergüenzas, al tiempo que tomaba control de aquel beso.Una risilla sucia se me escapó.—Esta vez es mi turno, lo sabes, ¿no? —mascullé.Blake frunció el cejo de forma graciosa.—Me destrozaste las caderas anoche, todavía me duele, ¿sabes? Necesito vengarme tan pronto como sea posible.Mi voz, inusualmente pícara a sus oídos, lo llevó a sonreír tras un segundo, y asintió con la cabeza.—Supongo que puedo aceptarlo; después de todo, no es como si alguna vez no pensé en esto.Al
Punto de vista de RyanLas cosas podían cambiar bastante rápido, tanto que, un par de semanas después, me encontraba en una situación bastante distintiva y curiosa.Tras unas tres o cuatro… o cinco, o seis… noches seguidas de pasión junto a Blake, casi todas en su casa, mientras Colin dormía en su cuarto, él me pidió un grandísimo favor que me dejó entre la espada y la pared.Él debía salir en un viaje de negocios programado a Reino Unido desde antes de saber que la idiota de Amy lo engañaba, y sus padres tenían compromisos en pos de su fundación de apoyo a la lucha contra el cáncer fuera del estado. El plan original era que el nene se quedara con su madre, pero, visto lo visto… terminé aceptando cuidar de él por una semana.Bueno, no era exactamente cuidar de él todo ese tiempo; en esen
Punto de vista de Ryan—Señor Daft, recuerde que el día de mañana tiene una reunión de almuerzo con el señor Presley para tratar el asunto de la compra de sus activos —dijo Morgan, de pie frente a mi escritorio.—Lo recuerdo, es un asunto importante que determinará el ala de crecimiento de nuestra empresa.Ella sonrió ante mi respuesta y asintió con la cabeza.—Después de eso, a las tres, tiene una reunión con el departamento de proyectos para escuchar su ponencia sobre el estudio de mercado que les pidió.—Perfecto. Trataré de conseguir un contrato de palabra mañana con Presley; tenemos la posibilidad de adelantarnos al mercado en los próximos seis meses, y no pienso perderla.—Perfecto, señor. Respecto a la cena que tenía programada mañana con sus padres, ¿usted&h
Punto de vista de BlakeA pesar de que deseaba que los días fueran rápidos, parecía que iban al paso de una tortuga vieja y arrugada. Hoy apenas era miércoles, y yo ya sentía que había estado fuera de casa por un mes.Hacía mucho que esta sensación no me pegaba tan fuerte.Esta noche, por fin, tendría un encuentro más diplomático y formal con los ejecutivos de la sede de Reino Unido de nuestra compañía, y eso incluía a mi flamante hermano, quien ya tenía algo más de un mes por estos lares y, en teoría, debía estar haciendo buenas migas con todos.Me parecía imposible, pero bueno.Esa tarde, tras andar de acá para allá cerrando tratos con algunos peces gordos, terminé yendo con Oliver y nuestro chofer al The Five Fields, un restaurante de comida contemporánea británic
Punto de vista de RyanSe suponía que Blake debía volver a San Francisco el viernes; sin embargo, el jueves me envió un mensaje diciendo que surgió algo, y que tendría que retrasar su vuelta para el sábado a la tarde, lo que quería decir que estaría llegando hasta después de las tres o cuatro de la tarde a Estados Unidos.Hoy era mi cumpleaños, así que se me hacía difícil ocultar mi decepción.La tarde anterior, tras irlo a buscar a la escuela, llevé a Colin a casa de sus abuelos, lo que dio por concluida de forma oficial mi actuación como niñero/padre de repuesto de esta semana, dejándome algún que otro sentimiento encontrado, pues nunca había convivido tanto con un nene, y él se dejaba querer.Si tuviese un hijo alguna vez, querría que fuese como Colin quien, a decir verdad, se parec&i
Punto de vista de Ryan Los dos nos sentamos a cenar y, conforme probaba cada plato, entraba más y más en ambiente. —¿Qué es esa fragancia en el aire? Huele muy bien. —Es ciprés y canela… creo que te va muy bien —contestó Blake, que ahora probaba un poco de puré de chirivía. —¿Tú crees? —curioseé, medio incrédulo, porque era una fragancia potente. —Sí… pega mucho con tu aroma natural, créeme. Arrugué la cara, sin saber si eso era un comentario sagaz u otra cosa, pero, al verlo comer como si nada, me di cuenta de que tan solo se trataba de palabras sinceras. Dios… me había convertido en un pervertido. Seguí comiendo con tanta calma como pude, y al probar el vino mi paladar se alegró. Una sonrisa pintó los labios ajenos, y resoplé. —A veces me da miedo lo bien que me conoces, Blake. ¿Qué pasaría si alguna vez usaras esa información para el mal? —¿Me tienes miedo? Jamás te haría nada m
Punto de vista de RyanDespués de veintiocho años, lo miraba con los mismos ojos mientras nos movíamos al ritmo de la música, como si estuviésemos en una enorme pista de baile.Su aire me embriagaba como un cosquilleo en el pecho y, por un momento, sentí que solo éramos los dos en el mundo, sin divorcio, sin la idiota de Amanda, sin nuestros padres juzgándonos, nadie más que él y yo en un perfecto pedacito de realidad.Él era mi todo, y no me daba miedo decirlo, aunque era bastante consciente de que eso podría salir muy mal para mí.Respiré hondo y recosté mi cabeza en su pecho, lo abracé por el torso, en tanto llevó sus manos a mis brazos, y nos movimos despacio al ritmo de la música, como suave vals.Inhalé con calma, y un aroma fuerte entró a mi sistema, uno que me embriagó al instant