Habían pasado dos días desde que me enteré de que probablemente estaba empezando a sentir algo por Sam, ya no la veía solo como una niñata de la cual me quisiera vengar, ahora sentía algo, algo que nunca había sentido en mi vida y por eso me daba miedo. Yo nunca había tenido miedo de algo, pero ese sentimiento no me gustaba, sabía que lo iba a pasar mal, ya que ella me odiaba.
Desde aquella escena en la que ella y su estúpido amiguito se besaban no he vuelto a casa, hacía dos días que recorría las calles entrando de bar en bar y tirándome a cualquier mujer que se acercaba a mí. Eso antes me ayudaba a superar lo que me pasaba, pero ahora me sentía peor, yo creía que acostándome con otra podría olvidarme de ella, pero no era así, me sentía mal conmigo mismo cuando lo hacía.Se que cualquier persona que me viera en este momento pensaría que he perdido la cabeza, incluso yo también lo pienso. Yo siempre he criticado a los hombres que se emborrachan o que lo pasan mal por unaHabían pasado tres días desde la cita que tuve con Bryan, en esos días no había vuelto a hablar con él. No sé lo que me pasaba, pero estaba desilusionada, yo tenía muchas ganas de que lo nuestro funcionara, pero la cita no había ido bien, no había sido como las otras dos que habíamos tenido ni como las largas llamadas telefónicas que nos hacíamos, era como si él fuera un chico completamente distinto. Él chico que me estaba empezando a gustar era divertido, misterioso, atrevido y muchas cosas más, era el típico chico con el que el tiempo se te pasa volando y quieres seguir conociéndolo, pero con el Bryan de esta última cita, fue distinto, parecía más calmado, serio y era como si no me conociera, no lo sé, tuve una sensación extraña y hasta su voz era diferente.Como en estos tres días, estoy en el sofá de mi casa mirando una serie de Netflix, cuando de repente se me pasa por la cabeza Bryan y que tengo que acabar con esto que tengo con él, no podemos seguir así ya que no es bueno
Me levanto de la cama exhausta, he vuelto a tener una de esas pesadillas que tanto he tenido cuando era pequeña. Pensaba que ya las había dejado atrás, que ya lo había superado, pero no es así, ese recuerdo sigue estando en mi cabeza.La pesadilla era sobre un accidente, un accidente que presencie cuando tan solo tenía 5 años. En ese accidente perdí a mi amigo, era solo una niña y ver como un coche se lo llevaba por delante es algo que nunca podré superar. Durante tiempo estuve yendo a psicólogos, y me ayudaron mucho, gracias a eso soy la chica feliz que aparento, pero por muy feliz que este por fuera, por dentro siempre esta ese momento que me atormenta. Mi familia y amigos también me ayudaran a pasar por ese trauma, sin ellos no sé cómo habría salido adelante.Dejo ese pensamiento atrás y me centro en la cita que voy a tener hoy, esa cita que hace que me tiemblen las piernas solo de pensarlo. No entiendo cómo solo pensando en eso puede hacer que me olvide de todo, solo
Esa misma tarde al salir de la cita.—T-tú—Escucho que alguien dice detrás de mí. Al girarme la veo a ella, está tan desconcertada y asustada que me deja helado.—Lo siento—es lo único que sale de mi boca mientras me acerco sigilosamente a ella.—¡No! —grita—¡Aléjate de mí! Eres lo peor que me ha pasado. —Esas palabras se me clavan como estacas en el corazón, nunca me había dolido tanto algo.—Lo siento—vuelvo a decir mientras subo rápidamente a mi moto y me voy.No podía seguir ahí viéndola, me estaba partiendo el corazón verla así y más sabiendo que había sido mi culpa. No sabía lo que ella podía estar pensando en estos momentos, pero podía apostar lo que fuera a que no era nada bueno. Yo iba a decirle la verdad, juro que se la iba a decir, pero no ahora, este no era el momento adecuado, pero ya era demasiado tarde, ella se había enterado de todo y de la peor manera posible.Iba con la moto a toda velocidad, la imagen de ella no se me iba en la cabeza y su
Una mañana en casa de Sam.Estoy en casa de mi pequeña Sammy mirando como duerme, parece un pequeño ángel con sus ojitos cerrados, es tan preciosa que entiendo que cualquier persona se enamore de ella.Sammy lo paso muy mal en el pasado, y aunque aparente que está feliz, que lo ha superado, sé que no es así y no puedo permitir que lo vuelva a pasar mal por culpa de dos imbéciles, no voy a dejar que esos dos se salgan con la suya.Pensando en la manera de vengarme o simplemente plantarles cara a esos dos veo el teléfono de Sam vibrar, voy hacia él con la intención de apagarlo para que no se despierte y cuando lo veo cambio de opinión. Sé que ella es tan buena que no me dejara que les haga nada, pero yo no soy tan bueno como ella, así que reviso su móvil hasta que lo encuentro, el número de Bryan. Sin dudarlo ni un segundo le mando un mensaje.[Sammy] enviado 12:40Hola, Bryan o Hugo, quien cojones seáis, soy Dylan el amigo de Sam. Os hablo para que termin
Esa misma mañana en casa de Sam.Cuando me levanté era más tarde de lo normal, pero por un día no iba a pasar nada. Entiendo que me levantara tarde porque ayer tuve un día muy pesado, ayer por la noche después de la cita me entere de todo, ellos estaban jugando conmigo, a ninguno de los dos les he importado nunca.Cuando abro los ojos me doy cuenta de que Dylan aún sigue a mi lado, está dando vueltas por la habitación de un lado a otro, se ve nervioso, pero probablemente sea por lo que le conté ayer. Cuando me despierto del todo me doy cuenta de que está con mi móvil.—Dyl ¿Se puede saber qué haces con mi móvil?—S-Sam—tartamudea—es solo que no paraba de hacerte ruido y lo quería poner en silencio para que no te despertara.—Ah vale—conozco a Dylan y sé que eso no es del todo verdad, pero bueno tampoco tiene porque estar mintiéndome.—Al fin te despiertas bella durmiente—me dice cambiando de tema.—Si, ayer no fue un buen día, necesitaba descansar y mucha
Ese mismo día en el hospital.Estaba en la cama del hospital acostado sin nada que hacer, me estaba desesperando. Yo era un chico que no podía estar quieto y estar aquí me estaba matando, lo único que tenía ganas era de que me dieran en alta, pero eso lo veía muy difícil, ya que las enfermeras me habían dicho que por lo menos tendría que quedarme en observación un día más.Lo peor de estar aquí sin hacer nada es que no paraba de pensar en ella, en cómo estaría en este momento y además mi mente también estaba en Bryan y como habría quedado en el encuentro con el estúpido de Dylan. De repente como si lo hubiera invocado lo veo aparecer por la puerta, estaba como ido, está pensando en algo, como si estuviera en otro mundo.—Eh tío—lo llamo—¿En qué piensas?—Emm… En nada—dice nerviosamente.—Está bien, si no me lo quieres contar es cosa tuya, pero ahora a lo importante, ¿Cómo has quedado con el encuentro con Dylan?—Con Dylan bien, todo bien.—¿Bien? —digo ex
Esa misma noche de camino al hospital.Al final Sam me convenció de que la acompañe al hospital a ver a Hugo, yo no estaba de acuerdo con esa idea, no me parecía bien que después de todo lo que le había hecho ella quisiera verlo, eso era algo irreal, no tenía sentido, es como si ese individuo le hubiera hechizado, pero ese era solo una parte del motivo por la cual no quería ir, la otra es porque sé que allí estaría Bryan, y no sé lo que me pasaba pero después del beso que nos habíamos dado no me apetecía verlo, no sabía cómo actuar delante de él.Al entrar en el hospital me relajo, de momento no hay rastro de Bryan y eso de alguna manera me alivia, así no tendré que verlo a la cara.—Disculpe enfermera—habla Sam—Me podría decir donde se encuentra un chico que ha tenido un accidente esta noche, se llama Hugo.—Solo pueden entrar los familiares—dice la enfermera.—Yo soy su novia—suelta Sam de repente. Al decir eso me quedo parado, ella no es su novia, aunq
Cinco días han pasado desde que salí de aquel hospital, los cinco días más largos de mi vida. Me creía que al decirle aquellas palabras todo sería más fácil, que cuando llegara a casa me olvidaría, pero no ha sido así, estos días no he parado de pensar en él, en cómo estará y que estará haciendo.En estos días no he salido de casa, pero mi amigo Dyl siempre ha estado haciéndome compañía, él intentaba hacerme reír, que me olvidara de Hugo, pero no lo conseguía. Además, Dyl estos días ha estado muy raro, cuando se pensaba que no lo miraba su cara cambiaba, se ponía triste y cogía el móvil, estaba nervioso y no me quería decirme el porqué, pero yo lo conozco y sé que algo le pasa.—Dyl, ¿me quieres decir de una vez que te pasa? Yo estoy mal, pero es que tú estás peor.—No me pasa nada Sam, solo que no tengo un buen día.—No es solo hoy, llevas desde el día que viniste del enfrentamiento con Bryan así, estás raro y nervioso todo el tiempo.—No es nada.—Se que algo es,