“Mierda, estamos a cinco horas del hotel y aún más lejos de la Mesa Alta”, dijo entre dientes Kade en voz baja, empujando rápidamente un puñado de agua en nuestro pequeño carrito.

Si no fuera por todo el peso inminente sobre mí, ese momento habría sido muy gracioso.

Nos habíamos despertado completamente desnudos, como hacen todos los hombres lobo cuando vuelven a su forma humana. Caminamos pesadamente por el bosque por una hora antes de encontrar un camino pavimentado real… con señales de tráfico reales. Caminar por el bosque, completamente desnuda… no es algo que volvería a hacer si me dieran la opción. Media hora más tarde, encontramos la única tienda en pleno funcionamiento en este pequeño pueblo.

Aparte de las letras descoloridas en el letrero que decía “Mini Mercado” en la parte delantera del estacionamiento, no había ningún otro indicador de lo que podría ser este lugar. Estaba esperando una gasolinera, pero me sorprendió ver a la gente salir de la tienda con carritos llenos d