Llegué algo tarde, siempre es bueno darse un poco a esperar, para causar ese efecto de impacto al llegar, o quizás era por mi mala costumbre de llegar tarde a todos lados.En fin, apenas entre a casa de Paul, noté que estaba algo llena, más que todo por sus familiares. Por lo que vi, no invitó a muchas personas de la universidad. Saludé a cada una de las personas con las que me iba topando, la casa no era muy grande, así que no era mucho el espacio que debía recorrer para encontrar a las dos personas que buscaba. Paul y Anabel.Finalmente, en el patio de atrás, sentados en varias bancas bajo un tinglado, estaba un grupo de jóvenes. Divisé a lo lejos a Paul y rápidamente me acerqué a él para fundirnos en un abrazo fraternal. Observé a mi alrededor y me encontré con nuestro grupo de amigos charlando amenamente con los miembros del grupo de proyecto, la chica emo y Anabel. Además, estaba Yesenia, la otra chica nueva del salón y un par de chicas conocidas de la universidad.Todo fue bien,
Estábamos en la discoteca. Nos acomodamos un poco alejados de la pista de baile, en un lugar donde no retumbara tan fuerte la música y pudiéramos conversar. Había dos enormes y cómodos sofás con una mesa algo pequeña de centro. Solo fuimos el grupo de la universidad, seis chicas y mi grupo de amigos, en total éramos doce. Parecía todo arreglado para 6 parejas, lo que me pareció cómico y divertido.Anabel se sentó junto a Melissa y la otra chica nueva, charlaban y reían amenamente. Paul estaba a un lado de Melissa, de vez en cuando se metía en su conversación de forma natural.Yo observaba atentamente a Anabel, claro, con disimulo, no quería parecer un acosador. En fin, me fijé que no bebía mucho, pensé que era una chica muy prudente y astuta. Mientras que Melissa bebía sin parar, ahora no parecía la tímida chica emo que compartía clases con nosotros, se veía risueña, extrovertida, la verdad, era muy linda. Y noté algo mucho más importante, Paul parecía enfocar toda su atención en ella
— Te equivocas. — Respondió separándose de mí, con cierta pedantería. — En realidad, en la naturaleza, el león solo caza si no tiene otra opción, por necesidad… Las verdaderas cazadoras aquí, son las leonas. Remató muy seria, señalando con un movimiento de la cabeza hacia una pequeña mesa, cerca de la pista de baile, donde dos hermosas y sensuales chicas tomaban unos tragos, al tiempo que meneaban su cuerpo al ritmo de la música, mientras miraban fijamente en dirección a mí. Miré unos segundos a las chicas que señaló y me volví hacia ella, sin saber qué decir. A falta de palabras, ella continuó. — Crees que eres un conquistador, un cazador y que todas las presas, o en este caso, mujeres, deben caer ante ti… Lamento decepcionarte, pero no estoy interesada… — Yo la observaba fijamente como un bobo. Anabel bajó la mirada y al segundo cambio su semblante serio por una sonrisa. — Y apuesto lo que sea, que no entiendes nada de lo que te digo, así que te lo voy a explicar con dibujitos… Tú
El día lunes, llegué a la universidad, muy animado. No les voy a mentir, lo primero que hice al salir de mi primera clase, fue buscar a Anabel. De nuevo, no quiero que me juzguen, tampoco crean que soy un acosador, pero ya conocía sus horarios y sabía dónde podía encontrarla a esa hora. Nada más soy muy previsivo.La vi de lejos en el pasillo, justo donde esperaba encontrarla y la saludé con mucho entusiasmo. Mi alegría fue sin igual cuando, por primera vez, vi que ella me respondía el saludo con el mismo ánimo.Me terminé de acercar y Anabel emprendió el camino hacia su siguiente clase, caminando a mi lado.— ¿Qué tal te fue, león?. — Comentó con un tono bajo y una sonrisita llena de complicidad, tal como una pequeña compartiendo un secreto, solo para que yo la escuchara. Lo que me pareció muy dulce.— Pues, para serte honesto… — En ese momento, siendo sincero, no sabía que responderle, no esperaba que ella demostrará curiosidad por mis conquistas. Sin embargo, a mi sí me picó la cur
— Paul me acaba de decir que se quedó accidentado, está con Melissa. — Puse el agua sobre la mesa de centro.— Si, me acaban de avisar, gracias. — Casi se tomó el agua de un solo trago.— Estabas seca, ¿Quieres más?. — Le ofrecí sorprendido, al tiempo que recogía el vaso vacío sobre la mesa.— No, gracias, estoy bien. Es que la parada del bus está algo lejos de tu casa y afuera hace mucho sol. — Respondió sonriendo.— ¿Por qué no me llamaste? Podría haberte buscado. — De inmediato frunció el entrecejo y rápidamente relajó su semblante.— Estoy bien. — Contestó despreocupada. — Me gusta caminar. — Sonó el timbre de su teléfono. Ella lo revisó. — Cesar me respondió, dice que viene en camino.— Ah, qué bien. Nos toca esperar. — Lleve el vaso a la cocina y volví con mis notas del proyecto. Tomé asiento en un sofá frente a ella, acomode todo sobre la mesita de centro. — ¿Qué te parece si aprovechamos el tiempo?.— ¿Empezamos sin ellos?. — Ella parecía confundida. — Me acabas de decir que l
Si, posiblemente, fue una petición estúpida, ¿Preguntar por su novio? ¿En qué demonios estaba pensando?. En realidad, no estaba pensando, cuando estoy con ella, no uso el cerebro; la frase nada más salió porque en el fondo si quería saber de él, se trataba de mi rival ¿No?.¿Pero de qué rival estoy hablando? Si ella me ha rechazado varias veces y para mí pensar, no había mostrado ni un ápice de interés en mí. Probablemente, sí era estúpido preguntar por el sujeto, pero ya lo había hecho. Así que… Anabel se soltó a hablar.— Bien. La verdad es uno de mis temas favoritos, así que si — Comenzó presuntuosa. — Se llama Christopher, es el hermano mayor de Iris, mi mejor amiga en el colegio… Mmmm, yo estuve enamorada de él desde muy joven, desde que lo conocí… Te cuento. Cuando empecé en el colegio, de inmediato me hice amiga de Iris, así que, comencé a visitar su casa para sesiones de estudio, allí me lo presentaron. Fue amor a primera vista. Ella suspiró embelesada, yo suspiré frustrado.
A los pocos minutos llegaron Paul y Melissa, comenzamos a trabajar en el proyecto, estábamos en la recta final y el esfuerzo que teníamos que hacer para salir bien con esa docente, era grande.El resto de la tarde, traté de reivindicarme con Anabel. Aunque todo había pasado y había sido disculpado, no podía evitar querer compensarla por el mal rato. Durante toda la jornada estuve muy atento a sus necesidades, cuando pedía ayuda en algo, yo prácticamente saltaba para apoyarla. Cada vez le ofrecía alguna chuchería o jugo, lo que sea. Todos observaban la situación tratando de disimular, aunque les resultaba difícil evitar ver mi comportamiento.Parecía un súbdito ante su reina.— Sabía que Anabel te pondría de cabeza. — Paul interrumpió mis pensamientos, yo estaba muy concentrado, pensando en que otra forma podría ayudar a Anabel. “Sería buena idea llevarla a su casa”.— ¿Qué dices?. — Rezongue algo confundido.— ¡Anabel!. Mira como andas, tienes una cara de tonto riéndote por todo lo qu
Finalmente, había terminado mi segundo semestre, con excelentes calificaciones en todas mis materias. No crean que para mí, todo era diversión, chicas y fiestas; tenía un estilo de vida que mantener y para que mis padres me siguieran patrocinando, debía mantener un promedio bastante alto.Tampoco era tan difícil, de hecho, soy muy bueno para el análisis, lo que me permite comprender y memorizar diferentes temas en poco tiempo. No tenía la necesidad de pasar todo el semestre metido en los libros, puesto que, con sesiones cortas de estudio en el transcurso de la semana, me bastaba.Bueno, como les decía, terminó el semestre y era hora de celebrarlo. Por lo menos, para quienes salimos bien, así era.Los de nuestro grupo, del segundo semestre, planeó algo muy básico, ir a la disco. Pero esta vez, la intensión era rumbear hasta que el cuerpo no aguante más.Obviamente, Anabel estaba invitada, aunque ella en un principio desistió porque tenía planes con un grupo de compañeros del primer sem