—Hace mil inviernos, al otro lado del vasto océano navegaba el marinero con alegría. Era un niño, tenía quince veranos. Nació del vientre de una cortesana y se crió en el burdel. El día que murió su madre, el niño dejó ese lugar atrás. Su anhelo y amor por el mar hizo surgir las palabras de que él es la semilla de un pirata, prevén.

El anciano roció un poco de su hidromiel en la hoguera y las llamas rugieron, haciendo que los niños contuvieran la respiración mientras miraban al anciano sabio con sus grandes ojos inocentes; sin entender la mitad de las palabras que usó.

—¿Qué es una semilla señor Baltasar?—Preguntó la pequeña niña con rostro confundido, haciendo que el rostro del anciano frunciera el ceño.

—No es nada niña y no la interrumpas cuando estoy metido en la historia—. El Sr. Baltasar regañó a la niña, quien asintió con la cabeza con los ojos muy abiertos e indicó al anciano que continuara.

—El niño navegó durante años a través de los siete mares; aprendiendo los aspectos del mar. Su valentía y batallas llegaron a los oídos y muchos muchachos jóvenes se fueron para unirse al niño. Lenta y gradualmente se convirtió en el notorio capitán. Hizo un barco masivo que fue llamado el 'ALMA OSCURA'. Se dijo que el barco tiene algunos poderes mágicos; nadie pudo luchar contra él.

El Sr. Baltasar narró la historia a su manera cautivadora.

—¿Cual era su nombre?—Preguntó el pequeño Caspian con las cejas levantadas.

El Sr. Baltasar miró al niño con una mirada penetrante que lo hizo cerrar la boca. Lo que más odia el viejo Baltasar es que lo interrumpan en sus cuentos.

—¡Una palabra más de todos ustedes y me voy a la cama!—Baltasar dijo con brusquedad, haciéndoles cerrar la boca mientras sus grandes ojos llenos de luz esperaban a que continuara.

—A medida que llega el poder, también lo hace el mal. En unos pocos años se convirtió en el rey de todos los piratas en los siete mares. Con cada paso hacia el poder y los tesoros, perdió al niño que era. Se convirtió en un pirata frío y amenazador; saqueando reinos tras reinos. Era imparable.

Baltasar sonrió con aire de suficiencia mirando los ojos anticipados de los niños que daban vueltas a su alrededor en este clima frío.

—Todos los reyes de la tierra hicieron una tregua. Llamaron a una bruja y pidieron ayuda. La bruja obtuvo la libertad en nombre del capitán ALMA OSCURA. Ella estuvo de acuerdo, encantada y fue en busca de su presa. 

—El capitán navegaba por el mar de Erythraean y se encontró con una mujer desnutrida en la tabla de madera; ella le rogó que la ayudara pero él solo se rió y le ofreció ayuda que era la muerte, su tripulación se rió de la broma de su capitán y esa mujer la sacudió cabeza de una manera extraña.

Baltasar arrojó las gotas de su hidromiel en el fuego haciendo rugir las llamas mientras los niños esperaban con la boca entreabierta.

—La mujer cambió su apariencia a una bruja en un abrir y cerrar de ojos. Se rió de ellos, pero el Capitán no se asustó en absoluto. La bruja maldijo a ALMA OSCURA. Dijo y cito: 'Te maldigo...

—¡No Baltasar, no nos maldigas!—Caspian habló con los ojos muy abiertos agitando su mano en negativo mientras los otros niños se unían al pequeño diablo.

—Sí, no nos maldigas. No queremos ser monstruos—. La niña pequeña intervino mientras los niños asintieron en aprobación de sus líderes.

—¡Quieres escuchar la historia o no!—Baltasar espetó, haciendo que los niños cerraran la boca mientras volvían a sentarse. Antes de que Baltasar pudiera empezar de nuevo, se escuchó un chillido agudo.

—¡BALTASAR!—Llegó la voz y todos se quedaron quietos por miedo.

—Corre por tu vida las pequeñas cosas—. Baltasar gritó y los niños corrieron desenfrenados de aquí para allá y se escondieron mientras una pelirroja de aspecto furioso se acercaba a él.

Baltasar se puso de pie con la ayuda de su bastón. Fue marinero en su juventud y perdió su pie por los tiburones y ahora tiene un pie de madera para ayudarlo a caminar.

—Tenga la seguridad de que no voy a tomar más hidromiel de la que me dan—. Él le dio una sonrisa descarada, pero ella siguió mirándolo con su gran joya como ojos esmeralda que parecían en llamas debido al reflejo del fuego en ella.

Con ojos pelirrojos y llameantes, ella misma parecía una llama, pero era pequeña.

—No soy tonto—Dijo ella con los ojos entrecerrados y él solo miró las cabezas de los niños detrás de él.

—¿Te diste cuenta hoy?—Baltasar preguntó con una cara confundida y los niños escondidos aquí y allá soltaron pequeñas risitas.

Ella levantó su ceja perfecta hacia él.

—¿Les estabas alimentando con mitos?—Preguntó exasperada y él hizo una mueca fea.

—Cuentos, mi Rosa. Estos son cuentos—. Dijo con una sonrisa en su rostro, sus ojos azules brillando con años de sabiduría mientras las arrugas adornaban el costado de sus ojos. A pesar de que era mayor, se veía poderoso y fuerte.

—¡Baltasar!—Ella lloriqueó como una niña—. Caspian me comerá la cabeza con este nuevo mito tuyo—Ella se quejó, cruzando los brazos sobre el pecho.

Baltasar soltó una risita cuando Caspian salió de su escondite. Su cabello pelirrojo y rizado lo hacía parecer un muñeco de peluche regordete.

—No puedo comer tu cabeza, Rosi. No soy un caníbal—El niño de siete años gritó horrorizado.

Rose se golpeó la frente con la palma de la mano mientras todos los niños junto con los del anciano se rieron.

—Voy a cerrar el bar, quiero que todos se vayan a la cama, ahora mismo—Ella ordenó con una voz severa y los rostros de los niños cayeron, pero el anciano sonrió como si le permitieran salir.

Incluido a ti Baltasar. Dijo ella, haciendo que su rostro se cayera mientras los niños se reían de su forma enfurruñada. Rose tomó la gran taza de hidromiel de su mano mientras él se quejaba, pero ella se dirigió a la barra.

Rose es huérfana y sus padres murieron cuando ella tenía once años. Su bote se ahogó en medio del mar. La única familia que tiene es su hermano Caspian, un diablillo de 8 años pero lo ama con su vida. Rose era una chica de 19 años y ella junto con su hermano se quedaron en el orfanato de Baltasar junto con otros niños, en una hermosa ciudad con puerto adjunto. Baltasar se convirtió en su figura paterna, aunque nunca lo demostró, pero se preocupó mucho por ella.

Al entrar al bar se encontró con Celia, su compañera de trabajo que estaba poniendo las sillas encima de la mesa, recogiendo cosas.

—¿Dónde fuiste?—Celia preguntó mientras Rose limpiaba inmediatamente las mesas con un paño en la mano.

—Baltasar estaba nuevamente alimentando mitos a los niños—. Rose dijo con un suspiro y Celia frunció el ceño.

—Sabes, esos no son mitos. Mi mamá solía contarme exactamente esos mismos cuentos—. Celia dijo mientras hacía su trabajo y Rose simplemente negó con la cabeza.

—No creo en esas cosas que no veo—. Rose dijo simplemente haciendo que Celia pusiera los ojos en blanco.

—¿No creerás que los hombres tienen pene como órganos genitales hasta que no lo veas?— Celia contraatacó.

—¡CELIA!—Rose gritó mientras su rostro se ponía rojo tomate y sus grandes ojos esmeralda miraban a Celia como si hubiera cometido un pecado.

—Solo estaba poniendo tu teoría en hechos; doncella—. Celia bromeó con Rose haciéndola mirar hacia otro lado mientras comenzaba a hacer su trabajo con concentración.

—Te acuerdas del tipo de ayer, que me miraba sin parar. Su nombre es Bradley y me reuniré con él esta noche—. Celia le guiñó un ojo a Rose con los ojos muy abiertos.

—¡Por el amor de Dios, Celia! Lo conociste ayer—Rose dijo con exasperación.

—¡Oh, vamos! No soy una Virgen María, me gusta experimentar cosas—. Celia dijo con el movimiento de sus cejas lo que hizo que Rose pusiera una cara fea seguida de una cara de vómitos.

Celia la fulminó con la mirada, haciendo que Rose sonriera y lo siguiente que Celia corría detrás de Rose con una escoba en la mano mientras su risa resonaba en la barra vacía.