Como era el primer cumpleaños que pasaríamos como novios oficiales, quería hacer algo especial, una fiesta sorpresa era bueno, pero también había algo más que quería hacer, para eso necesitaba la ayuda de varias personas. Una de ellas era Renata, le pedí que le quitara la llave de la cabaña a Matt sin que este se diera cuenta o sospechara para poder armar una sorpresa para él, sabía que ella no diría nada y me tendría la llave para el viernes. Supuse que me pediría algo a cambio por este favor, pero para mi sorpresa lo único que pidió fue ayudar a pagar el costo de la fiesta sorpresa. Así que tenía exactamente una semana para armarlo todo. Cuando llegamos a la disco hablamos con el encargado y reservamos la sala especial para el sábado, de hecho; tuvimos mucha suerte porque nadie más lo había reservado para esa fecha y tuvimos un descuento especial por ser estudiantes. Con la ayuda de Lu y Luca elegimos todos los arreglos, las bebidas y comidas que se servirían, por suerte la dis
Cuando eran las 8 de la noche, Pablo apareció en el dormitorio encontrándolo tendido en su cama con la música fuerte en los auriculares, lo invito a tomar algo con el pretexto de estar preocupado por un tema personal y Matt de poca gana acepto, ya que no era habitual que Pablo necesitara hablar con un amigo cuando tenía dificultades. Y así cayó en la trampa, todos los demás estábamos en la disco esperando que él llegara para festejar. Cuando llegaron un guardia los dirigió a la zona vip, él no estaba muy seguro, pero como Pablo insistió termino por acompañarle. Apenas cruzaron la puerta, se escuchó un gran “SORPRESAA”, la música comenzó a sonar y un mar de confetis caía del techo. Jesua y Dilan se abalanzaron hacia él y comenzaron a molestarlo por haber estado todo el día bajoneado, — ¿Pensaste que nos habíamos olvidado de tu cumpleaños? — ambos preguntaron al unísono mientras se reían a carcajadas al ver la cara de emoción de Matt al vernos a todos ahí. Poco a poco todos lo
Cuando vinieron Matt se sentó a mi lado y Pablo se sentó alado de Luca, los 5 nos pusimos a charlar a gusto, cuando note que algo había pasado en la otra esquina de la disco. —Ya no lo soporto. — Que cosa Dilan— preguntó Jesua intrigado, — ¿Acaso no la ves?, ese imbécil se está pasando de la raya al tocarla así— aclaró con enfado. Jesua observó la pista y vio como Renata estaba muy a gusto, — Ja, ja, ja, ¿acaso te estás poniendo así por ella? — pregunto en tono burlón y Dilan lo miro con seriedad, — Acaso crees que es broma— le dijo haciendo más evidente su enfado. — Si tanto te molesta verla bailar con ese infeliz, ve y búscala. — Uff, pero no me gusta bailar, anda sácala tú por mí— empezó a pechar a Jesua para que este lo ayudara — No. —Vamos anda, me la debes— insistió sin darse por vencido, —Que no Dilan— le dijo dándole un golpe en el brazo, — ¡Que la saques dije! — exclamo elevando la voz y empujándole con tal fuerza que logro que este se moviera. Je
Él se acercó a mí haciendo que perdiera mi superioridad, tiro el cigarro y contesto, — Me lo merecía, y de seguro me merezca otra por lo que voy a hacer. Cogió mis manos aprisionándolas en mi espalda, a pesar de que intenté soltarme; forcejeando con él; pero sin previo aviso y cuando menos lo esperaba me besó y al sentir sus labios en los míos me quedé helado. Luego se alejó de mí y no supe cómo reaccionar, solo lo miré. — Solo escucha lo que quiero decir, solo eso pido. Me soltó y solo asentí sentándome, él hizo lo mismo frente a mí. “Cuando mi madre se fue, mis dos hermanos y yo quedamos a cargo de nuestro padre en la granja, él fue alcohólico toda su vida, es esa clase de hombre que arreglaba todo a los golpes y corregía a sus hijos de formas muy crueles. Mi hermano mayor siempre fue muy parecido a él en todo, yo soy el menor y siempre fui la oveja negra de mi familia, mi hermano pequeño; él solo obedece y evita problemas. Mi madre se fue porque ya no aguantó los
La fiesta llegaba a su fin, luego de muchos juegos, baile; alcohol y de cortar la torta, aún había personas bailando, tome la mano de Matt, lo acerque a mí y de forma seductora le dije al oído, —Aún te falta una sorpresa, ¿te animas a seguirme? Él me miró con malicia y asintió, salimos corriendo de ahí hasta el estacionamiento y una vez en el auto pregunto, — ¿Y ahora qué preciosa? — levante un poco mi vestido negro y él vio que en mi pierna tenía una foto de la cabaña, —¿Tú qué opinas? Matt captó el mensaje enseguida, — No se diga más, vamos a la cabaña. Fuimos todo el camino a las risas, escuchando música y hablando babosadas, aún faltaba una hora para que amaneciera. Cuando por fin llegamos a la cabaña, me apresuré a bajar y esta vez fui yo quien vendo sus ojos al bajar del auto, — Mmm, ¿debería confiar? — murmuró en mi oído mientras terminaba de atar la venda, — Sí, y no puedes quitarte la venda hasta que yo lo diga—, lo tome de las manos y con cuidado lo
Aún acostada en sus brazos, decidí preguntarle por su familia, él me miró y luego de un suspiro contesto, — ¿Estás segura de que quieres saber sobre eso? — Sí, me gustaría saber más de ti, yo te he contado de mi pasado, pero del tuyo solo sé de tu abuela. Matt besó mis labios tiernamente y me acerco más a él, — Está bien, te contaré. Y aun en sus brazos; desnudos, empezó a contarme su historia desde que era pequeño, podía sentir la tristeza en su vos. “Mi padre era el único hijo de mi abuela y mi abuelo fallecido en la guerra, único heredero de la compañía que comenzó a manejar desde los 18 años, mi madre era bióloga marina y activista del cuidado del océano y las especies marinas; tercera hija de una familia de pescadores, se conocieron en unas vacaciones y fue amor a primera vista, con solo tres meses de novios se casaron. Yo fui el primer hijo que tuvieron y cuando tenía 3 años nació mi pequeña hermana, ella era la princesa de la casa. Siempre quise tener una herman
Luego de ducharnos, decidimos pasar el resto del día juntos en la cabaña, no queríamos perder la magia y complicidad que teníamos. Como la tarde estaba linda y no hacía mucho frío, nos sentamos en la punta del puente con una cerveza fría y nos pusimos a mirar todas las fotos del día anterior, había muchas que eran muy graciosas. Tome mi teléfono y saque una nueva foto juntos que publique con la etiqueta, “Tú eres mi mundo”. Matt sacó el suyo y tomó mi rostro con su mano besándome y sacando una foto en ese mismo momento, luego la publicó con una tierna etiqueta, “Tus besos son mi eterno delirio”. Deje mi teléfono a mi lado y pase por encima de él, quedando sentada en su regazo, — Te amo mi chico malo— le dije y en sus ojos pude ver esa chispa que tanto me gustaba, — Yo a ti, mi princesa— me respondió y volvimos a besarnos con ternura y nos quedamos así un largo rato. —Sabes amor, ya que la semana que viene tenemos una semana libre, ¿por qué no hablamos con los ch
Por fin había llegado el día de irnos de acampada, Matt; Jesua, Dilan; Renata, Pablo; Lupe, Luca y yo, perfecto grupito desde el primer año de clases. Los chicos estaban muy emocionados, marchamos por la carretera con el auto de Matt y dos motos siguiéndonos, en la ida se escuchaba la música a todo volumen; los chicos en las motos no paraban de gritar y decir babosadas, mientras los que íbamos en auto le seguíamos sus juegos, sin dejar de prestar atención a la carretera; claro está. Paramos solo dos veces para cargar combustible, estirar las piernas y comprar los víveres que nos faltaban. Luego retomábamos el rumbo a pura diversión. Cuando por fin llegamos, nos dividimos las tareas, algunos fueron por leña para encender la fogata, otros armaron las carpas y otros acomodaron las cosas. Después de tener todo armado, Jesua saco unas latas de cerveza fría para cada uno y nos las alcanzó, como habíamos llegado cuando el sol estaba por entrar, decidimos sentarnos alrededor del fuego y