La fiesta llegaba a su fin, luego de muchos juegos, baile; alcohol y de cortar la torta, aún había personas bailando, tome la mano de Matt, lo acerque a mí y de forma seductora le dije al oído, —Aún te falta una sorpresa, ¿te animas a seguirme? Él me miró con malicia y asintió, salimos corriendo de ahí hasta el estacionamiento y una vez en el auto pregunto, — ¿Y ahora qué preciosa? — levante un poco mi vestido negro y él vio que en mi pierna tenía una foto de la cabaña, —¿Tú qué opinas? Matt captó el mensaje enseguida, — No se diga más, vamos a la cabaña. Fuimos todo el camino a las risas, escuchando música y hablando babosadas, aún faltaba una hora para que amaneciera. Cuando por fin llegamos a la cabaña, me apresuré a bajar y esta vez fui yo quien vendo sus ojos al bajar del auto, — Mmm, ¿debería confiar? — murmuró en mi oído mientras terminaba de atar la venda, — Sí, y no puedes quitarte la venda hasta que yo lo diga—, lo tome de las manos y con cuidado lo
Aún acostada en sus brazos, decidí preguntarle por su familia, él me miró y luego de un suspiro contesto, — ¿Estás segura de que quieres saber sobre eso? — Sí, me gustaría saber más de ti, yo te he contado de mi pasado, pero del tuyo solo sé de tu abuela. Matt besó mis labios tiernamente y me acerco más a él, — Está bien, te contaré. Y aun en sus brazos; desnudos, empezó a contarme su historia desde que era pequeño, podía sentir la tristeza en su vos. “Mi padre era el único hijo de mi abuela y mi abuelo fallecido en la guerra, único heredero de la compañía que comenzó a manejar desde los 18 años, mi madre era bióloga marina y activista del cuidado del océano y las especies marinas; tercera hija de una familia de pescadores, se conocieron en unas vacaciones y fue amor a primera vista, con solo tres meses de novios se casaron. Yo fui el primer hijo que tuvieron y cuando tenía 3 años nació mi pequeña hermana, ella era la princesa de la casa. Siempre quise tener una herman
Luego de ducharnos, decidimos pasar el resto del día juntos en la cabaña, no queríamos perder la magia y complicidad que teníamos. Como la tarde estaba linda y no hacía mucho frío, nos sentamos en la punta del puente con una cerveza fría y nos pusimos a mirar todas las fotos del día anterior, había muchas que eran muy graciosas. Tome mi teléfono y saque una nueva foto juntos que publique con la etiqueta, “Tú eres mi mundo”. Matt sacó el suyo y tomó mi rostro con su mano besándome y sacando una foto en ese mismo momento, luego la publicó con una tierna etiqueta, “Tus besos son mi eterno delirio”. Deje mi teléfono a mi lado y pase por encima de él, quedando sentada en su regazo, — Te amo mi chico malo— le dije y en sus ojos pude ver esa chispa que tanto me gustaba, — Yo a ti, mi princesa— me respondió y volvimos a besarnos con ternura y nos quedamos así un largo rato. —Sabes amor, ya que la semana que viene tenemos una semana libre, ¿por qué no hablamos con los ch
Por fin había llegado el día de irnos de acampada, Matt; Jesua, Dilan; Renata, Pablo; Lupe, Luca y yo, perfecto grupito desde el primer año de clases. Los chicos estaban muy emocionados, marchamos por la carretera con el auto de Matt y dos motos siguiéndonos, en la ida se escuchaba la música a todo volumen; los chicos en las motos no paraban de gritar y decir babosadas, mientras los que íbamos en auto le seguíamos sus juegos, sin dejar de prestar atención a la carretera; claro está. Paramos solo dos veces para cargar combustible, estirar las piernas y comprar los víveres que nos faltaban. Luego retomábamos el rumbo a pura diversión. Cuando por fin llegamos, nos dividimos las tareas, algunos fueron por leña para encender la fogata, otros armaron las carpas y otros acomodaron las cosas. Después de tener todo armado, Jesua saco unas latas de cerveza fría para cada uno y nos las alcanzó, como habíamos llegado cuando el sol estaba por entrar, decidimos sentarnos alrededor del fuego y
Los días pasaban a pura diversión, los chicos la estaban pasando realmente bien. Hoy fuimos hasta la ciudad por provisiones para los tres últimos días que quedaban, solo fuimos Matt, Luca y yo, el resto se quedaron en el campamento jugando a las cartas. Luego de comprar las cosas en el supermercado y volver al auto nos dimos cuenta de que nos había faltado los cigarros de Jesua y una tónica, así que Matt volvió a entrar a comprar el resto mientras Luca y yo lo esperábamos en el auto, —Dime Luca, ¿estás pasando bien? — le pregunté aprovechando que estábamos solos, — Si hadita la estoy pasando de maravilla— afirmo con una sonrisa, — Me alegro; por suerte las cosas van calmadas y no te han molestado para nada. Luca se rascó la cabeza y levanto un poco los hombros antes de contestar, — Emm, sí; creo que me está dando el tiempo que pedí para pensar las cosas. Me giré en el asiento del copiloto para verlo a los ojos, — ¿Y, has reflexionado en lo que te dijo? — Sí, no he
Me abrazó y comenzó a besarme de una forma apasionada; logrando derretir cada parte de mí con sus besos, — Para, para amor; puede venir alguien— susurre al sentir sus manos por debajo de mi blusa, — Nadie vendrá; todos duermen, no tengas miedo — murmuró en mi oído mientras me mordía suavemente, haciendo que me erice. Continúo acariciando mi piel a gusto; devorando mis labios, desabrocho el botón de mi jean introduciendo su mano por debajo de mi ropa interior. Al sentir su piel fría en esa parte de mí, no pude evitar soltar un gemido por sus caricias, haciendo que el fuego se avivara aún más. Mi rostro sonrojado, dejaba muy en claro mi excitación al tenerlo así, pase mis manos dejando pequeños arañazos por el largo de su pecho; bien marcado, haciendo que con cada movimiento se muerda los labios. Comencé a moverme para él siguiendo su juego, sintiendo como su calor iba en aumento, mis pechos estaban erizados al sentir el roce con su remera levantada, el clímax estaba llegando
Ya se acercaba el fin de esta travesía, el día había sido igual de movido y divertido que los días anteriores, ahora de nuevo nos encontrábamos todos reunidos, alado del fuego en esta noche estrellada. Esta vez; propusimos hacer algo diferente, queríamos conocer un poco más de cada uno, así que para dar pie a los demás, comencé contándoles un poco de mi pasado, mi historia familiar; hasta cuando llegué a conocerlos a todos los presentes. Cuando termine hicimos un brindis y todos comenzaron a decir algo bueno de mí para levantarme un poco el ánimo, Matt que estaba a mi lado solo me abrazó y me dio un tierno beso, — Bueno, ya que mi princesa terminó, me toca contarles a mí—, se recostó por el tronco y comenzó a contar su historia. Cuando por fin terminó volvimos a hacer lo mismo, ambos teníamos tantas cosas tristes… Llegó el turno de Lupe, ella antes de comenzar se sintió un poco nerviosa así que le hice un gesto animándola a empezar, Pablo que estaba a su lado le dijo —V
La noche continuaba, Matt y Jesua habían ido por más leña y el resto nos quedamos alado del fuego, — Bueno; chicos, ya que estamos; ¿quién quiere empezar? — pregunte alegre con mi cerveza en la mano, Renata, que estaba frente a mí; al otro lado de la fogata contesto — Bueno, yo empiezo, les aclaro que mi vida no es tan interesante. Todos nos reímos y levantamos nuestras latas para darle el empujón que le faltaba para qué comenzara a hablar, tomo un buen trago y comenzó a contar un poco más de ella. “Bueno, queridos míos, yo soy la única hija de un magnate petrolero, toda la familia de mi padre está podrida en dinero, mi madre; por otro lado, es hija de un expresidente y su casamiento fue arreglado por mis abuelos. Ellos decidieron tenerme a mí, solo para completar su cuadro de familia importante y para que la familia dejara de fastidiarlos, —Gran error por su parte. Pero nunca me dieron atención o me dedicaron tiempo, a papi solo le importa hacer más y más dinero y a