Poco tiempo después decidí comenzar a trabajar en la empresa de papá aprendiendo todo lo que lleva la parte de contaduría, he administrativa, me resultaba revitalizador; sentirme útil y aprender cosas nuevas. Si bien no es el plan que tenía para mi vida; no me desagrada, aún hay cosas que no recuerdo bien, pero cada día algo se desbloquea, y sí, aunque; la medicina me apasiona y ahora lo recuerdo, no está de más aprender algo diferente. —Hola padre, ya estoy de regreso —le di un beso en su frente, —Hola hija, ¿cómo estuvo tu día en la empresa? — Muy bien, sabes que soy buena en lo que hago— comenté notando que algo estaba mal, apenas puse un pie en su despacho; así que pregunté, — ¿Por qué estás tan serio padre? — Hijita mía, llego el momento de que sepas toda la verdad— pronuncio con seriedad, — ¿A qué te refieres? — él tomó mi mano haciendo que me sentara frente al escritorio. Encima de ella había una carpeta bastante cargada, podía notar como se escapaban alguna
Estuve dos días inconsciente luego de esa dura realidad. Cuando abrí los ojos; mi padre se encontraba a mi lado sujetándome la mano, — Por fin despiertas, ¿cómo te sientes? — me pregunto con calidez en la voz, — Como si me hubiera arrollado un camión— conteste, suspirando y estirándome en la cama, — ¿Quieres un calmante?, ¿tienes hambre? — No, no quiero nada, discúlpame; pero podrías dejarme sola— aún tenía cosas que aclarar, deseaba revisar esa carpeta una vez más. Muy a su pesar, él hizo caso a mis palabras, pero antes de retirarse me dijo, — Si me necesitas, sabes dónde encontrarme— asentí y lo vi marcharse. Volví a tomar la pesada carpeta desplegándola sobre la cama, saqué todo aquello que ya sabía y solo me concentré en el “después de mí”, ahora que lo recordaba todo, quería saber más que nunca, todo lo que me había perdido en estos 4 años que he estado muerta, “Pág. 106: Madre de la víctima, recibe seguro de vida; única beneficiaria de suma importante. Empresa f
La última noticia no me la esperaba en absoluto, que Renata y Dilan se hayan casado, me resulta de película, recordar sus tediosas peleas; esos arranques e impulsos que ambos compartían. No es de extrañar; ahora que lo pienso, que todo eso allá terminado en amor, para ser franca, son tal para cual, se complementan, y eso también me alegra, saber que todos ellos han triunfado me hace feliz. Un folio separado de la carpeta llama mi atención, había estado tanto tiempo perdida en todos los demás que no me había dado cuenta, con desconfianza decido tomarla entre mis manos y leerla, “Apta de defunción: Fernanda Wellington. Hora de muerte: 20 horas 5 minutos. Motivo: desconexión de máquina vital Pedido por: familiar directo, madre de la fallecida, nombre Rebecca Wellington” Mi asombro y bronca no tenían precedentes, esa mujer despreciable no perdió su tiempo para hacer lo imposible y no perder el maldito efectivo, me desconectó sin esperar ni un minuto por mi vida, sin darme l
Ya estaba decidida, volvería a como dé lugar. Preferí hablarlo con mi padre hoy mismo, pues; consideraba que no era necesario esperar más tiempo. — ¿Permiso, padre, puedo pasar? — él, escucha mis palabras luego de tocar a su puerta, — Adelante. Entré en su despacho, y me senté frente a él, — Dime, hija mía, ¿qué sucede? Sabía que algo rondaba en mi cabeza solo con mirarme, él me conocía muy bien, — Voy a volver— le dije sin vacilaciones, — ¿Cómo que volver, a dónde? — su vos se notaba angustiada, — Volveré a donde pertenezco, are pagar a los que destruyeron mi vida. Él se puso de pie enseguida y exclamó, — No puedes Fernanda, volver ahí es firmar tu sentencia, ellos no te dejarán vivir. — ¡Ellos me mataron! — le grité con rabia, — ¡Ella y Bruno fueron los culpables de mi accidente, y no fue un accidente; fue un intento de asesinato por qué sigo viva! — él se acercó a mí intentando calmarme y persuadirme de no volver, — ¡No!, no voy a dejar que sigan sa
El viaje había sido agotador, luego de arribar en el aeropuerto, decidimos alquilar un auto para movernos cómodamente, — ¿A dónde nos dirigimos ahora, señorita? — Steven me miraba pacientemente, sentado en el volante, — Por favor, si vamos a estar bastante tiempo juntos, llámame Fer— termine por pedirle, ya que eso de señorita me resultaba incómodo, —Muy bien Fer. — Vamos al hotel, nos registramos y luego veremos por donde comenzamos— le comenté y él comenzó el camino. (media hora después afuera del hotel) Mientras iba caminando por la acera, me detuve para tomar mi teléfono en el montón de cosas que llevaba en mi cartera, cuando un auto gris paraba a unos metros delante de mí y la vos de la chica que bajo de él me resulto familiar. Inmediatamente, levante la vista hacia ella como un reflejo. Con el teléfono en la mano me quedé de piedra en ese instante, ¿acaso estoy alucinando, puede ser que sea ella?, una mujer vestida finamente entraba en el hotel, no había dudas p
Luego de despedirnos en el hotel, ambos se fueron cayados rumbo a la reunión, Steven se acercó a mí y pregunto, — ¿Estás bien?, parece que ese momento fue muy emotivo— yo lo miré y le dije, — Sí, lo fue, ellos son o eran mis mejores amigos, aún no lo sé. Y bueno, no me esperaba que ellos me encontraran primero. —¿Estás lista para ver a los demás? — me dijo notando que a pesar de todo mis manos temblaban, — Más que nunca— respondí mientras él ponía en marcha el coche. (En la sala de reuniones del hospital) — ¿He Matt, porque nos pediste a todos que viniéramos aquí hoy? — pregunto Dilan bostezando, — Si yo me estoy preguntando lo mismo— comentaba Pablo acomodándose en su silla, — Tranquilos chicos, les pedí que vinieran por qué hoy se presenta en el hospital nuestro accionista principal y quiere conocer a todo el comité — me senté alado de Luisa entrelazando mi mano en la suya. En ese momento Lupe y Luca entraron en la sala, — Por fin vinieron— les dije riéndome
Jesua ni corto ni perezoso, toma mi mano herida apretándola para que sangre de nuevo, — Auch Jesua para con eso— le digo ofendida, pues; el corte dolía, — Lo siento chica, tenía que confirmar que no estamos en una histeria colectiva, Renata a su lado le emboca unos golpes en sus lados nobles y este cae sentado quedando rojo en un instante, — ¿Acaso eso te confirma que no es una histeria colectiva animal?, ¡yo le clave una navaja en la mano idiota! — dicho eso volvió a mirarme mientras volvía a tomar su jugo sin mucho drama. Pablo se pone de pie y mira a las únicas dos personas calladas de la habitación, — ¿Ustedes dos lo sabían verdad? — Lupe agacha la mirada y Luca decide responder, — Sí, la encontramos por casualidad, antes de venir aquí. — ¿Y por qué no dijeron nada? —la vos frustrada de Matt retumba en mi espalda, vuelvo a ponerme de pie y me giro hacia él, quien ya se ha apartado de ella, — Porque yo se los pedí, me presentaría frente a ustedes yo misma, así q
Mientras limpiaba mis manos, Luisa se acercó a mí, — ¿Estás bien? — me preguntó mientras me abrazaba por la espalda, — Sí, ¿por qué no lo estaría? — le dije cerrando el grifo, — ¿Sabes?, no soy boba Matt; sé que verla nuevamente, debe haber movido muchas cosas en ti. — No digas bobadas. Admito que saber que está viva fue una gran sorpresa, pero no solo para mí; sino que lo es para todos— ella solo sonrió, alejándose de mí y caminando hacia la puerta, — Te espero en la cama, no demores— me dijo haciéndome un guiño, — Tranquila, voy enseguida— le contesté mostrándole una leve sonrisa. Cuando ella se marchó saqué los cigarros del bolsillo de mi campera y caminé hacia la terraza, encendiendo uno e inundando con él; mis pulmones. Luego de retener un momento el humo, dejé que se escapara lentamente el sobrante que no me había tragado. En mi mente ella estaba presente, lo que dijo; su forma de actuar se notaba que había cambiado; pero seguía siendo ella, mi más dulce amor,