Las vacaciones habían terminado y ya estábamos de vuelta en la uni; las clases habían tomado un giro especial, como eran los últimos dos meses de clase, todos los profesores empezaron a hablar de las carpetas finales, tema muy importante; ya que eran 5 trabajos que corresponderían a la evaluación final y pase al año siguiente, en la mayoría de las clases podías elegir un equipo de tres personas para hacer el trabajo, menos en la clase de Psicología, en esta materia el profesor dictaría los equipos, puesto que los otros profesores estaban de acuerdo con él. Me tocó hacer equipo con Renata y Pablo, por suerte no me tocó con personas desagradables, quedamos en reunirnos después de clases en la biblioteca. Luego de escuchar las pautas para el proyecto, me dirigí a la enfermería, como me dolía un poco la cabeza, quería pedirle algún calmante a la doctora. —Hola, con permiso— la saludé cortésmente al entrar, —Hola señorita, buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarte? — me preguntó. Le co
La profesora entró como un torbellino, ablando de varias cosas a la vez mientras acomodaba sus lentes y soltaba varias carpetas sobre el escritorio, — Queridos estudiantes, como saben; ya no queda nada para las evaluaciones finales, y todos saben lo importantes que son. En estos días he notado que varios grupos van contra reloj, así que para ayudarlos cada profesor les brindará un video especifico por grupo de su tema principal— dicho esto pasó por cada banco dándonos un cd con el número del grupo en ellos. Levanté la mano y le pedí permiso para retirarme, ya que tenía una reunión con el director pronto, tome mis cosas y Lu quedo encargada de pasarme más tarde los apuntes, de camino a la dirección no pude evitar ponerme nerviosa; era raro tanta insistencia y la poca información que tenía sobre esta reunión. Toc, toc, toque la puerta y aguardé para poder pasar, —Adelante— entré y saludé a Gabriel cortésmente. Grecia también estaba ahí. — Hola querida, por favor toma asiento—
Llegó el día de presentar los trabajos terminados, había 5 salones preparados con horarios específicos para cada grupo y los tres profesores como jurados. Se podía notar el nerviosismo en cada estudiante antes de entrar en el salón; algunos incluso salían llorando mientras otros salían a puro festejo. La primera exposición fue difícil, pero logramos aprobarla con una excelente nota, la segunda y tercera fueron más sencillas; pero no menos importantes, logramos sacar la nota máxima. Mientras nos turnábamos en los salones, nos cruzábamos con compañeros y nos dábamos ánimos mutuamente para seguir con ese largo día, las exposiciones llevaban bastante tiempo, así que en los intervalos de espera aprovechábamos los minutos para prepararnos y mentalizarnos antes de entrar. Solo nos faltaban dos exposiciones más, en una estaba la profesora de anatomía; una mujer muy difícil que siempre buscaba hasta el más mínimo detalle y en la otra era el profesor Gutiérrez, hombre que armaba equipos a
Todos estábamos ansiosos por saber los resultados, aún faltaba una hora y debíamos esperar. Me reuní con los chicos en la cafetería y nos sentamos en la mesa de siempre. — Esto se está haciendo eterno— dijo Luca apoyando su cabeza en la mesa, — Si creo que la última hora es la peor. — Entonces deja de mirar la hora a cada rato Lu— le dije tomando mi celular y mandándole un wuisap a Matt: Fer: — hola lindo, ¿cómo están los ánimos por ahí? Matt: — Por aquí; dos nerviosos y uno durmiendo, ¿y ustedes? Fer: — Aquí todos ansiosos, la hora se hace eterna. Matt: —¿Qué harán después? Fer: —No sé, todo depende de si lloramos o festejamos. Matt: —¿Vamos a la casa del lago?, invita a los otros dos y vamos todos. Fer: —Suena interesante, pero ¿no nos meteremos en problemas? Matt: — Ja, ja, no tranquila, volveremos antes de que se den cuenta. Fer: — Ok, le diré a los chicos y nos vemos en el estacionamiento en dos horas. Matt: —Me parece perfecto, aún me debes el beso de
El verano estaba a flor de piel, el sol no sentía culpa de abrazar la ciudad con su intensa furia; los días eran más largos, mientras que las noches son cada vez más cortas, en el trabajo las cosas marchaban más que bien, no había tenido ningún problema desde que empecé. Por suerte compartía mi turno con Luca y nos desenvolvíamos con mucha fluidez, desde que terminamos el primer mes de trabajo; nuestra jefa, la señora Mirta; es una persona excelente y muy amiga de mi abuela Clara, así que nos tenía mucha paciencia. Hablaba con Lupe todos los días y nos veíamos los tres los fines de semana o cuando organizábamos alguna reunión de improviso, ella se encontraba muy bien, ha pasado lo que va del verano mensajeándose con Pablo que se encuentra fuera del país con su familia, parece que las cosas entre ellos van bastante bien, aunque; ella aún no le ha dicho nada de sus sentimientos, me atrevería a decir que ambos sienten algo el uno por el otro. Mi relación con Matt va como viento en p
El tiempo pasaba y nosotros seguíamos ahí, abrazados mientras mirábamos la playa, se podían escuchar las olas romper en la orilla, — ¿Sabes?, realmente amé esta sorpresa, es la primera vez que alguien hace algo tan tierno por mí— le aseguré con total franqueza, — Me alegro de que te haya gustado. Con solo ver tu sonrisa sé que todo valió la pena. Matt tomó una almendra cubierta de chocolate acercándose a mí de forma seductora, acaricio mis labios ejerciendo un poco de presión sobre el labio inferior, logrando que le dé una mordida a la almendra, acto seguido limpio el chocolate sobrante con sus dedos y me besó de una forma apasionante pegándome más a él. Era la primera vez que una almendra me resultaba tan irresistible y correspondí a sus labios con el mismo sentimiento. Podía sentir como su piel iba en aumento con cada beso, paso su mano de forma impertinente por el borde de mi vestido, mientras depositaba suaves besos en la comisura de mis labios, bajando a mi cuello. —Po
De nuevo en la uni, volvimos a acomodar todas nuestras cosas y armamos un lindo mural con varias fotos que habíamos tomado en vacaciones, sin duda teníamos muchos gratos recuerdos del año pasado y del verano. Este año prometía ser igual de bueno para todos. Cuando llegó la hora de la ceremonia de bienvenida no pude ocultar mi entusiasmo cuando el director aclaró que el año anterior había contado con 6 estudiantes brillantes y que este año no esperaba menos de los nuevos estudiantes de primer año, ya que tenían que mantener el prestigio que nosotros le habíamos heredado. Al término de la misma, nos reunimos con los chicos en la cafetería, — Holaaa chicooos— dije saludando a todos los presentes. Caminé hacia Matt y este me abrazó haciendo que me sentara a su lado, — Te ves muy sexi con ese uniforme— murmuró en mi oído logrando que me sonroje, —Hay, no; no empiecen con su dulzura extrema o les juro que les vomito encima— grito Renata, mientras rompía la punta de su pollera c
— ¿Qué quería esa basura? — preguntó Renata mientras llegábamos al estacionamiento, — Leónidas tiene problemas— respondí mientras subíamos al auto para irnos, — Uf, ¿de nuevo esas ratas entraron a su tienda? — preguntó Dilan luego de bostezar — No solo fue eso; se atrevieron a lastimar a su hija, alguien dijo que estábamos volviéndonos “tiernos” — ¡QUE YO, TIERNA!, ¡QUIEN FUE!, lo voy a colgar de las bolas— saco su navaja dejándola en su falda y recogió su pelo para que no le molestara, — Ya veremos quién es el que se atreve a hablar de nosotros. En el camino Renata y Dilan ya estaban prontos para aclarar el malentendido, una con su navaja y el otro con su b**e favorito, si bien nos faltaba el más sanguinario; esta vez podíamos arreglárnosla solos. Al llegar frente a la tienda esta estaba en ruinas, todo había sido destruido, bajamos del coche y entramos sin más, — ¡Leónidas! — grité al no encontrarlo. Una mujer salió del fondo caminando con dificultad y me contest