Cuando Luisa por fin salió del baño, yo ya estaba acostado, ella se metió en la cama sin apuro alguno, — ¿Estás dormido? — me preguntó, acercándose a mí, — Puede ser— le respondí, mientras ella quiso besarme; pero me negué, — ¿Y ahora qué te pasa? — me preguntó alterada, — Nada, solo tengo sueño. Me giré en la cama; dándole la espalda, ella ofendida apagó la luz. La escuché resoplar un largo rato hasta quedarme dormido. Al día siguiente, me levanté temprano. Luego de tomar un café, Steven me dejó en el hospital y se fue a ver al abogado y hacer otras diligencias, yo solo continúe con mi trabajo atrasado, sin notar el pasar de las horas. El sonido de la puerta hizo que despegue mis ojos de la pantalla un momento, —Adelante— continúe en lo mío sin prestar atención, — Hola princesa— la vos de Matt volvió a lograr que dejara el ordenador, —¿Ya son las once? — pregunté intrigada mirando mi reloj, — Once pasadas— me aclaró caminando hacia la ventana y abriéndola, — ¿
La tarde pasaba sin problemas, entre charlas; risas, fotos y por supuesto mucho sol y agua salada, — He chicos, espero no les moleste, pero Dilan y los demás también van a venir a vagar un rato con nosotros— Renata se ríe a carcajadas al escuchar los wuisap de Dilan que ya está que se muere por correr hacia la playa y cubrirla hasta de la arena, — Siii, quiero ver a mi corazón— aclara Luca con emoción, — Uf ustedes siempre tan melosos— intercede Lu, —Tú no digas nada que también te mueres por ver a tu galán aquí sin remera. Luca y Lu se pelean como niños mientras yo me acerco a Renata y saco un par de fotos de esta situación tan infantil, luego Renata manda un nuevo wuisap, cuando le avisan que vienen en camino, — Loquito tráeme mi jugo favorito que ya no me queda y algo fuerte para el resto, que el agua los tiene deprimidos, ja, ja. Luego de sacar unas fotos con Renata y Axel, decido sentarme alado de Steven y sacar una foto con él, él se sorprende ante esto, ya qu
— ¡DILANN! — la vos de mi esposa retumba en el apartamento, salgo despavorido hacia el cuarto encontrándola de pie en un charco realmente importante, — ¿Vi, vi, viene Axel? — pregunto estúpidamente a lo que ella responde, — ¡No idiota, solo decidí bañarme en la habitación!, ¡muévete! —, agarro las cosas con apuro y tomo su mano para ayudarla a salir del apartamento. Mientras tranco la puerta y respiro con ella, mando la alerta en mi teléfono de bebé en camino que alerta a los chicos, una vez en el ascensor, llegando al primer piso, la primera cara que veo es la de Jesua dormido agarrando las cosas para ayudarme y Luca muy despeinado tomando la mano de Renata para llevarla al auto. Al salir del edificio parecíamos una caravana, el auto de Fer va delante abriendo paso, el auto de Jesua en medio con mi loquita manteniendo la calma y riéndose de mí que estoy a punto de desmayarme de los nervios, el auto de Matt nos sigue al final y una moto conocida se nos une en el camino. Una
Me encontraba saliendo de la morgue de un sanatorio privado que había pedido mi ayuda, cuando una llamada proveniente de un hospital rural me dejó sin aliento, sin demora salí apresurando mis pasos y suplicando que lo que me hayan dicho sea incorrecto. El camino se me hizo eterno, pero apenas puse un pie en la puerta, corrí a emergencias. —No, no, no— me negaba a creerlo mientras entraba en la habitación para ver a mi hermano mayor recostado en esa cama; en coma. Me acerque a él y toque su rostro, cuando las lágrimas brotaron. —¿Qué paso maldito, miserable, que haces ahí tumbado, tanto te jactabas de tu fuerza; de que ni las balas pasarían tu pecho y vengo a encontrarte así?, ¿qué hiciste Jairo? — le pregunté bajo mientras Luca, que recién había llegado apoyaba su mano en mi hombro para consolarme. En ese momento mi padre entraba en la habitación, supe que era él, por el asqueroso olor a alcohol que se percibía en el aire, — Asqueroso que te hayas vuelto una niñita—, repr
Renata parecía que danzaba con su rostro maquiavélico y su estilo único de combate, sus movimientos eran adecuados y certeros con su juguete, dejaba a más de uno con un rostro de horror cuando la acorralaban sin éxito. Dilan no se alejaba mucho de ella, ese sádico, mantenía el rostro sin una mínima expresión, mientras hacía bailar su b**e entre sus manos, golpeando y rompiendo alguna extremidad a su paso como si de palillos se tratara. Matt estaba de fiesta, tomaba impulso de lo que tuviera a su alcance y sonreía cuando los chorritos de sangre lo salpicaban, el fino crujir de la piel siendo perforada por sus puños, era música para él. Tenía la seguridad que sacaba en cada golpe la ira, enojo y rabia que llevaba acumulada por dentro. — ¡Que donde está tu jefe! — insistía, mientras golpeaba a dos a la vez, con mis puños americanos puestos, soltando varios dientes en el proceso; mientras caían en cámara lenta. Un golpe bien posicionado rompía la rodilla de mi oponente, otro más en
A tres kilómetros de ahí, Matt paro el auto frente al auto de Fer, salí rápido y corrí hacia él, Steven se bajó y abrió la puerta trasera, — ¡Hermano! — exclamé, entre medio del llanto y la angustia al verlo, Juno no hizo más que abrasarme, —Sabía que irías a buscarme— me dijo con un tono bajo, — Perdóname Juno por haberme tardado tanto— sollocé, mi hermano estaba muy flaco, por sus marcas sabía que había estado en el mismo infierno, solo él sabe todo lo que tuvo que aguantar ahí adentro, me pongo de pie ayudando a mi hermano a salir del vehículo, luego observo a Steven. — Estamos a mano, buena explosión— choco mi puño con el suyo, — Ese solo fue un regalo— dice con una sonrisa. Cuando Steven se fue, nosotros nos dirigimos al hospital, mientras mi hermano era atendido, llamé a casa para avisarle a los demás que estábamos bien. Renata y Dilan se fueron a buscar a su hijo y volver a su casa, todos necesitábamos un baño, nuestro cuerpo con el tinte rojo daba asco. Matt y yo
Cuando por fin estaciona, me dispongo a salir, pero él me detiene. Vuelvo a mirarlo y sus ojos cristalinos lo delatan, — Lo entiendo princesa, no volveré a molestarte — yo solo asiento para bajar y apurar mis pasos hacia el edificio, con el corazón encogido en mi pecho y mis manos temblorosas. Por suerte no hay nadie en casa cuando entro en mi apartamento, guardo las cosas y me encierro en mi habitación, por fin permito que las lágrimas vuelvan a escaparse, dejando que todas las emociones colapsen, solo esta vez me permito llorar, sentir y derrumbarme… Esta mañana ha sido muy especial, tres llamadas alegran un poco mi corazón, la primera es de Steven, por fin luego de estar buscándola por tanto tiempo logro dar con la testigo, una chica llamada Aurora. Él mismo se encargará de llevarla con el abogado y hacer todo lo necesario para que ella esté segura y participe en la segunda audiencia. La llamada número dos era de Dante, por fin acepto venir a trabajar en el hospital “La Nue
Luego de la cena, la velada continúa en la terraza y una nueva botella nos acompañaba, — Me sorprende que cocines tan bien— le digo mientras tomo asiento, — Vivir tanto tiempo solo; te obliga a aprender— sonríe sentándose a mi lado, pasándome una copa, — Hoy si puedo decir que fue un buen día— suspiro con alivio contemplando la linda noche, — Eso me alegra mi sol— me asegura tomando mi mano y dejando un beso en ella, —Sí, después de tantas cosas, aprecias un día de paz y armonía— él toma un sorbo de su copa y luego me habla, — Eso es verdad, después de terminar mis misiones de paz y volver, lo que más disfruté era sentarme afuera y estar tranquilo, sin miedo a que algo pudiera pasar en cualquier momento. La conversación seguía pacífica, cuando él me contaba algunas cosas de su vida en la milicia, era interesante escucharlo y saber que había vivido todo aquello en carne propia. Yo en su lugar no podría estar tan tranquilo y pacífico como él en este momento, con tantas