Capítulo sesenta y uno: Mi boca, mis besos y todo yo somos tuyos —Te mueres de ganas de besarme —susurró la boca de Praxis demasiado cerca de la suya, Thalia podía casi tocar sus labios—, y de que te coma a besos. No puedes negarlo.—No lo hago —balbuceó ella, encendida como nunca antes—. Pero eso no significa que vaya a dejar que me beses. Tu boca estuvo en otros labios, no puedo olvidar eso.—Mi boca, mis besos y todo yo somos solo tuyos, mi vida...Ella aún no habría los ojos, le escuchaba a través de sus caricias y se dejaba llevar por la pasión que provocaba semejante hombre en ella. Casi la besaba, casi la rozaba, casi la hacía suya pero no pasaba de ahí...del casi.—Pídemelo. —¡No! —ella se mantuvo férrea e inamovible —. No puedes jugar conmigo cuando quieras.—Todo juego se vuelve serio en algún momento —pasó la nariz por el cuello de su mujer logrando que lanzara un pequeño gemido de deseo y sonrío en su piel—. Lo estás deseando...—Desde hace mucho —respondió honesta.—Ent
Capítulo sesenta y dos: Arreglando el desastre... y creando otroPraxis tomó a su mujer de ambas manos para impedir que saliera del abrigo entre sus piernas, la hizo sentarse otra vez y se quedaron un segundo mirándose a los ojos, lenta y profundamente...en silencio. —Por favor...—Cállate —masculló ella queriendo no llorar pero incapaz de controlar la lágrima que salió de uno de sus ojos—. Me haces daño hasta queriendo arreglar las cosas. No te das cuenta de que no estamos hechos el uno para el otro.—Tú eres mi vida entera, Thalia —ella pretendió interrumpirlo pero le besó duro y rápido para tomarla por sorpresa y silenciarla—. Nuestro amor es grande como el maldito universo y todo lo que digan es manipulación. Sí, cometí el error de besar a esa mujer esa noche para silenciar mi propia consciencia y no aceptar que también te amo...que te amo como nunca pensé admitir y ahora me está pasando factura pero no dejaría nunca que te lastimaran. Lo voy a solucionar.—Me lastimas tú que ere
Capítulo sesenta y tres: Estrategia de marketing La mañana sorprendió a Thalia tarde, sobre las diez o más. Había tenido tal experiencia la madrugada anterior que durmió como bebé recién alimentado.Hacía mucho ella no quedaba tn extasiada en brazos de alguien, hasta esa noche. Muchas habían sido las veces que ellos habían estado juntos de forma íntima pero jamas había sido todo tan intenso como en los últimos tiempos y descubrió que no pensaba cerrar esa puerta del todo, aunque le hubiese dicho a él que sí que lo haría. Praxis había jugado con ella y a ella no le costaba nada jugar también un tanto con él. Poco a poco abrió los ojos siendo consciente de que se había quedado rendida luego de aquel orgasmo inesperado y sin precedentes en su historia íntima. Analizó un poco más todo y se estiró feliz sobre sus brazos en la cama. Luego decidió que era hora de levantarse.Praxis la había llevado a la cama y depositado juntos a sus hijos que ahora no estaban, aunque podía sentir sus voce
Capítulo sesenta y cuatro: Pídeme lo que quieras —¡Bésame!—¿Cómo? —el griego estaba casi sobre sus labios y quería una certeza para lo que iba a hacer—. Repítelo para que esté seguro de que quieres lo que pides y después no me tildes de miserable porque no sabes cuanto te voy a besar nena —ella temblaba en sus manos—, no sabes las ganas que te tengo y cuanto quiero hacerte feliz.—¡Dios, Praxis hazme el amor, házmelo ya!Praxis no necesito de nada más que aquello para levantarla en brazos y sacarla de la habitación de trabajo para subirla a la suya, allí donde pudiera amarla de verdad, donde cada roce fuera épico, cada beso único e inolvidable y cuando acabara con ella Thalia no tuviera oportunidad de plantearse dejarlo otra vez. Tampoco él pensaba estropear nada de nuevo, eso lo tenia más claro que cualquier agua cristalina. Pero cerciorarse de que ella estaría siempre ha su lado eran su misión en la vida, lo tenía como lema y bandera. Había estado sin su mujer y no pensaba probar
Capítulo sesenta y cinco: Te prometo que será diferente —¿Crees que nos hayan oído? —preguntó Thalia a su marido mirándose al espejo con él detrás, abrazándola por la cintura y saboreando el reflejo de ambos, juntos —Estoy seguro que no y aunque hubiese sido así, Athos se habría llevado a los niños, no te preocupes. Ella entonces quedó en silencio. La sola mención de su hermano le dejaba a las puertas del secreto otra vez. Con todo lo que había pasado probable Athos había decidido dejar todo en pausa y no preguntar más pero ella sabía que debía darle una solución a aquello y contárselo a su marido, si estaba dispuesta a empezar de nuevo con Praxis, lo mejor era que fuese desde la absoluta franqueza. —Espero no estarnos equivocando, Praxis —se dió la vuelta en sus brazos, quedando frente a frente con él.—No lo haremos porque estamos destinados a estar juntos, porque estamos enamorados y tenemos dos hijos que nos hacen una familia y si hasta ahora nos hemos equivocado en nuestras d
Capítulo sesenta y seis: Son hermanosTodo el viaje de regreso Praxis intentaba reaccionar de forma adecuada pero no lo conseguía. Por un lado estaba su mujer que necesitaba su apoyo y él así se lo había prometido, mientras por el otro lado no dejaba de estar en capilla ardiente la situación de Athos. No quería empezar a pensar en todo aquello hasta que tuviera la certeza pero algo le decía que en aquella historia no había camino fácil. Y después de todo, las mentiras de la maldita prensa amarillenta que en veintitantos años no le había perseguido tanto como entonces, que tenía familia sorpresiva y conflictos por doquier. —¿Estás enfadado conmigo?Thalia sentía que aquella era un pregunta estúpida pero necesaria. Casi la había hecho afirmativamente pero no podía no hacerla pregunta sintiendo como sentía... la ausencia emocional de su marido.—Estoy intentando conducir todo lo que viene, nena —luchó por no besarla mientras se acercaba a ella, entendía que no era el momento—. No es fác
Capítulo sesenta y siete: No está muerta Todo se había sumido en un triste y abrumador sorfeo de respiraciones agitadas. Ninguno decía nada y Athos era el más observado.Para Thalia era menos complicado porque a pesar de la canallada de su padre a la madre de Praxis, ella había ganado un hermano. De lo otro aún no tenían muchos datos. Ahora lo principal era que ella tenía un nuevo hermano que sería el tío por partida doble de sus gemelos.¿Que la odiaba? ¡Sí! Pero eso era cuestión de tiempo. Sin embargo ellos dos eran los que habían perdido muchísimo. Además del honor de su madre, los dos habían perdido el vínculo carnal, se sentían una mitad inconclusa.Como bien había dicho Praxis durante mucho tiempo había sido el propulsor del destino de su hermano y ahora todo se había venido a abajo como un castillo de naipes. Sentían que habían vivido una mentira y aunque Praxis aún conservaba parte de su cordura, Athos se veía completamente fuera de sí. Perdido...roto en pedazos y dolía casi
Capítulo sesenta y ocho: Enfrentar la verdadPraxis condujo a su mujer por los pasillos, colocando su mano en la franja dorsal de su esposa. Los suelos tan redondamente blancos daban cierto aire de asfixia en cada paso que daban. Eso, sumado a los médicos yendo y viniendo y el olor a hospital eran abrumadores a medida que se adentraba en la institución. —Bienvenidos, señor y señora Stratos.Una enfermera regordeta y entrada en años les recibió en la puerta de una pulcra habitación. Les indicó que entraran y por fin Thalia entendió para quien era el ramo de flores que llevaba en la mano su marido.La había llevado a conocer a su madre... en coma.—Esta es mi esposa, Gladya —el griego presentó a Thalia—. ¿Cómo ha estado mi madre?—Tranquila como siempre, señor, sin grandes cambios.Praxis le dió la mano a Thalia y procedió a darle detalles del estado de la señora a su hijo.Mientras, la chica se dedicaba a observar la belleza en los rasgos de la madre de Praxis, le resultaba casi un cr