Capítulo cincuenta y dos: Me has perdido para siempre —Pero, ¿qué has hecho?Praxis volvió a la realidad justamente al oír a Thalia chillando desde abajo de su posición alta.Entonces fue que se dió cuenta de lo demente de su actuar, había perdido la cabeza del todo. Esa no era la idea. Pretendía asustarlo tanto como para que confesara todo y jurara dejar a su mujer en paz pero lo que había hecho no tenía excusa.Lo que había hecho era demasiado incluso para él. Había empezado intentando defender su matrimonio y sus derechos como esposo, si se quiere...pero a medida que iba haciendo aquella atrocidad sus resultados se iban diluyendo en la basura que quedaba detrás de su acto cruel.—Detenla—ordenó a uno de sus hombres—. Y sacalo a él de la piscina.Thalia pataleaba mientras la llevaban en el aire para una habitación donde sabía que se encontraría con su marido mientras se aseguraba a su vez que su amigo era rescatado. Praxis esta vez había ido demasiado lejos y ella también. De ciert
Capítulo cincuenta y tres: El infierno que has creado Tanto Praxis como Athos ignoraban las palabras hirientes y cargadas de medias verdades de Samuel. Mientras Thalia y Praxis solo podían pensar en la confesión de Praxis y en el lugar donde eso les colocaba en su matrimonio y su vida en general. Aquello era demasiado para procesar de forma inmediata. —Perdóname —por fin habló ella a su amigo—. No quería que pasara esto. Él no te haría daño estando en sus cabales. Lo conozco. —Pero, ¿qué dices? —su amigo la tomó de los brazos y Praxis apretó sus puños—. ¡Tienes que estar bromeando! —¡Aléjate de mi mujer! Las palabras volvían a ser un dardo cargado de amenazas. Praxis estaba experimentando nuevas emociones y ninguna buena acerca de todo eso, pero sobre cualquier cosa se estaba dando cuenta de los límites que podía cruzar por ella. Estaba sacando lo peor de él y lo mejor también. Se sentía amenazado por que se la quitaran y muerto de miedo de no poder gestionar sus emociones
Capítulo cincuenta y cuatro: Sola y sin mí Habían pasado dos días desde que le había dejado atrás. Dos días en los que Thalia era solo la sombra de lo que fue antes de él, dos días justificando sin argumentos sólidos la ausencia de su padre a los dos pequeños. Dos agotadores días en los que solo podía rememorar una y otra vez los tiempos pasados a su lado. Todos y cada uno de ellos.—¿No piensas salir de la cama nunca más? –oía los reclamos de su amigo pero no se movía. No tenía deseo —. No pienso estar toda la vida cuidando de tus hijos y tu negocio. Es hora de que vuelvas a la realidad. —¿Eso como se hace?Fue todo lo que se atrevió a decir. Hacía dos días se había dado cuenta de que no era solo que quisiera estar con él, que se hubiera enamorado... todo se resumía a que le necesitaba para ser feliz, para impulsar sus días hacia adelante.—Desde ahí desde luego que no —farfulló Samuel enfadado —. ¿Tanto le quieres? No lo entiendo.Su amigo empezó a plantearse si había hecho bien e
Capítulo cincuenta y cinco: El fin justifica los medios Aquello era un duelo de miradas asesinas. Los dos se sostenían con fuerza la manera desafiante en que se veían. Incluso llegando a poner los brazos en jarra, ella.Praxis proponía con sus ojos chispeantes un montón de retos para que la ardiente esposa que tenía le demostrara que en realidad no le quería allí, que no estaba en un solo pie de alegría al verlo y que no se moría de las mismas ganas que él de saltar a sus labios. Quería que le demostrara que no eran imaginaciones suyas el destello de alegría que veía en ella mucho más allá de sus palabras. Podía notar cuánto le costó darse la vuelta a encararlo y algo le decía que estaba en un aprieto con su propio cuerpo al que, si pudiera tener acceso, le daría una exquisita bienvenida desmontando todas las palabras beligerantes de su mujer.Thalia por su parte le observaba altiva, llena de reproches, de recuerdos dolorosos y ardientes que no paraban de mezclarse en su cabeza.Para
Capítulo cincuenta y seis: Lo que quieras tú Thalia esperó a que sus hijos terminaran de saludar a su padre y de bombardearlo a preguntas sobre todo lo que había pasado en las pocas horas en que no había estado juntos. Ella se dió cuenta cuanta falta le hacían los niños a él y sobre todo cuan imprescindible se había vuelto Praxis para ellos. Aquella certeza le rompió el corazón. Nunca antes había sido un problema para ella la ausencia de la figura paterna más si entonces se había vuelto motivo de explicaciones constantes. Ellos ya no aceptaban días sin papá y estaba claro que su marido no cejaría en su empeño de recuperar su vida con su nueva familia.—Ni por asomo te imagines que todo volverá al punto en que lo dejamos —amenazó la hermosa mujer poniendo los brazos en jarra desde la pequeña cocina.—Primero —alzó el pulgar el griego acercándose a su esposa como una anaconda saboreando su presa antes de engullirla—, tú y yo nunca lo hemos dejado —ella contrajo la mandíbula para no re
Capítulo cincuenta y siete: Besar a otro Ella no se lo esperaba, aquel beso significaba demasiado para lo que Thalia pensó hacer con el. En un inicio cuando vio a su marido con claras intenciones dejó que se acercara lo bastante como para plantarle un rodillazo en los testículos y dejarlo K.O. Pero no pudo. Sintió sus manos abrasando la piel de su espalda, su lengua abriéndose paso en su boca y cuando él gruñó su nombre entre mascullos de placer, fue ella quien le tomó del pelo y tiró de él hasta que el beso se volvió más profundo, más salvaje...intensamente intimo. Ella no esperaba que le extrañara tanto, no creía posible que su piel sufriera por la ausencia de Praxis y fue incapaz de no caer en su propia trampa. Se bebió a su esposo con toda la fuerza que pudo porque se juró a si misma que no volvería a permitirle eso pero entonces él detuvo el beso, le tomó del cuello plantando los pulgares en sus mejillas y sonrío. Thalia sabía que no era una burla ni un estado de suficien
Capítulo cincuenta y ocho : Besar a Otro (Segunda Parte)De un momento a otro Praxis había olvidado todo su discurso interno y su mantra. La simple idea de imaginar a Thalia, a su esposa, su mujer... ¡suya! Imaginar a quien era el centro de su mundo con otro hombre lo ponía enfermo. ¡Besando a Otro! No, no podía ser. Tenía que ser una mentira, una provocación de ella o... tal vez un castigo, una cucharada de su propia medicina.—Quiero que desmientas ahora mismo lo que has dicho —bramó el griego llevando a su mujer contra una pared—. Los dos sabemos que mientes. Solo di que tengo razón y prometo calmarme.—¿Por qué tendría que hacer yo eso? —Thalia...Él ponía un tono de advertencia que le gritaba que se estaba pasando, que sus palabras iban a poder con sus mentiras y se acabaría creyendo algo que aún no se atrevía ni siquiera a considerar.—¿Qué pasa Praxis, acaso ya no soy la mentirosa manipuladora que recuerdas? ¿Ya no es fácil hacer que algo como eso no pasó, cierto?—Me estás c
Capítulo cincuenta y nueve: Papá tiene pulgasCinco días habían pasado desde que Praxis y Thalia se habían enfrentado entre ellos cada cual por sus propios motivos y defender su postura ante el futuro de su relación se había vuelto una batalla de dos puntas distintas. Mientras él trataba de conseguir algo, ella decidió demostrar su punto.Thalia tuvo que trabajar con lo que tenía para poder mantenerlo a distancia y que no se diera cuenta de que se moría por perdonarlo, por lanzarse a sus brazos y por volver a empezar desde el principio a su lado, enterrando el pasado que tanto daño les había hecho a los dos. En tanto Praxis, comiendo más ansias que nunca se tuvo que morder la lengua y esperar pacientemente a que las aguas tomaran su nivel. Él había entendido perfectamente que se había equivocado con ella, que aquella mentira de verlo en brazos de otra no había jugado tan a su favor como pensaba y que había sido como cometer un suicidio pero entonces, no tenía más remedio que enfrenta