Aquella tarde en el tea time de la primera reunión de la pseudo familia Cavalier-Regiés, a Marcel parecía habérsele quitado el apetito, pues masticaba los sándwiches de manera mecánica y hacía malas caras cada vez que tomaba su té negro aderezado con un chorrito de leche –de almendras, por supuesto–.
Sin embargo, su apetito permanecía intacto.
–Ah... me muero de hambre –dijo Marcel, mientras dejaba su segundo scone a medio comer–. ¿Puedo pedir el Lite Fare Menu?
–Be my guest –dijo Jared, resignado a pagar una exorbitante suma de dinero por unas tacitas de té, pastelillos y alguna ensalada César.
Pero Marcel ordenó The Fitzgerald Burger acompañada de papas fritas. Jared sintió envidia de su hijo. Hace años que no podía permitirse esas comidas en la tarde
¿Quién carajos es Rossana Regiés?Fecha de la entrada: 1 de diciembre Por Jimmy de Jail, para la Revista Digital Pop-e-tearsLa tarde del jueves pasado tuvimos el dudoso placer de atestiguar, en primera persona, la consumación del secreto a voces que ha puesto a temblar a los mismísimos cimientos morales del mundo del espectáculo (oh, sí, claro, como si estos existieran): Jared Cavalier tomando el té de la tarde nada menos que en el neoyorkinísmo The Palm Court, en compañía de su recién descubierto hijo Marcel y, ¿adivinen quién?, ¡acertaron!, la madre de este, Rossana Regiés, de quien se rumora que se ha autodenominado showrunner de la serie autobiográfica de The Boyz in the Band
Transcripción de un extracto del video en vivo de Instagram hecho por Marcel Regiés-Cavalier (@marcel.cavalier), con fecha domingo 2 de diciembre, a las 18h00 (GMT-5)Eh… [acomoda el teléfono celular para verificar que su imagen quede encuadrada en la pantalla]. ¡Listo! Hola chicas, chicos, chiques, espero que todo esté muy bien. ¿Cómo les ha ido? Eh, bueno, a mí no muy bien, dados los últimos acontecimientos que voy a narrar en este live. Primero que nada, quiero pedirles que me disculpen por lo apresurado de este video, pero creo que la ocasión lo ameritaba, eh… así que, sin más presentaciones, comencemos.Bueno, eh… ayer algunas de ustedes me enviaron el enlace a una noticia, este… no sé cómo llamarla, a decir verdad, porque noticia no es. Mm… digamos que se trata de la columna de un supu
Toby: Bueno, guys, supongo que ahora sí estamos obligados a arrasar en los Emmy, ¿no creen? Rossie: Lo siento tanto, Tob, en serio. Ya hablé con Marcel sobre esto. No volverá a pasar. Ricky Fernández: No te disculpes, Ro. El muchacho hizo lo que debía. Nadie de aquí lo está culpando. Toby: Y además, solo ayudó a elevar el hype para la serie. Por mí, que vocifere lo que quiera y cuando quiera. No tengo ningún problema con eso. Jared: Oye, Rick, creo que sería conveniente que Marcel contara con un asesor o asesora a partir de ahora. Tú sabes, para evitar cualquier futura metida de pata. Ricky Fernández: Ya lo tengo previsto, bro. Descuida, mi asistente está en ello. Rossie: Preferiría que fuera hombre, este… tú sabes, para que no se distraiga. Ricky Fernández: Tranqui,
Extracto de la conversación de WhatsApp sostenida entre Jared Cavalier y Rossana Regiés, la noche del 3 de diciembre, desde las 22h13 hasta las 00h32 del 4 de diciembreJared: Larga vida a la restituida showrunner de The Boyz in the Band (la serie)!!!Rossie: *Título en progreso ;)Qué??? Ya despidieron a ese tal Pablo Piteterre o como se llame???Jared: Pablo Pillare… bueno, más o menos…Rossie: ???Jared: Digamos que se despidió solo… junto con el resto de inversionistas :vRossie: WTF!!!Jared: Pero… relax… que ya todo está arreglado ;)Rossie: Cómo??? Así nomás???Jared: Bueno… no tanto “así nomás”, pero igual. Adivina quiénes serán tus nuevos jefes???Rossie: Como si nunca lo hubieran sido… :/Jared: Touché… solo que ahora nuestro poder no será solo simbólico, sino también económico $$$Rossie: No me digas que…Jared: Exacto!!!Rossie: Mierda…Jared: Lo sé, querida… no te estreses. Mientras yo esté ahí, nadie se meterá contigoRossie: ¿Ni siquiera tú?Jared: En especial yo :)
Unas horas antes de la conversación por Whatsapp entre Jared y RossieKaoh fue el primero de los Boyz ausentes a la reunión que llegó al Libery Hall, aquel decisivo lunes 3 de diciembre. Parecía recién salido de la cama y ni siquiera se había afeitado, aunque fueran las seis de la tarde.–Bien –llegó al auditorio y extendió los brazos a medias, con las palmas hacia arriba, y mirando indistintamente a los lados. Se trataba del particular gesto histriónico que empleaba cada vez que se presentaba un problema–. ¿Para qué soy bueno?Justo detrás de él llegó Niko, acicalado como si lo hubieran pillado a punto de salir a una cena. Pero no era de sorprenderse, The Quietboy jamás había descuidado su atractiva apariencia, desde el día en que se enteró de que era poseedor de una.–M&a
Oficialmente, Rossana Regiés se había convertido, por uno de esos extraños giros del destino, en la showrunner oficial de la serie biográfica-musical más esperada de la década –al menos, por sus fans más acérrimas–. Ahora se encontraba aterrada y dispuesta a dar todo de sí, hasta la hora que fuera, en parte, porque la ansiedad y la presión de escribir un guion digno de un Emmy le había provocado un insomnio imposible de paliar desde hacía varios días.–Me voy a trabajar al Libery Hall –le había mensajeado Rossie a su hijo Marcel, aquella mañana del sábado, 8 de diciembre. Estaba cansada ya de haber procrastinado durante siete días desde que Jared Cavalier le diera la “buena noticia” de su nombramiento intempestivo–. No me puedo concentrar en este cuarto de hotel.–No trabajes mucho, mamá &
A Rossie Regiés se le revolvió el estómago, no era buena idea tomar chocolate luego de un disgusto, pero lo hizo, no sin lamentarlo poco después. Para compensar, se bebió un litro y medio de agua corriente. Eso hizo que los síntomas de un incipiente colerín se detuvieran, pero, en general, no mejoró su ánimo. Se encontraba furiosa, y no era para menos. Una semana antes, se había convertido en la productora ejecutiva de la serie de The Boyz in the Band. Eso la convertía en la jefa, en aquella persona responsable creativa de todo aquello que concernía a la serie, y eso incluía las actividades extralaborales de los involucrados. O, al menos, eso era lo que pensaba. La habían ninguneado por enésima vez, pasado su autoridad por encima, para organizar un convivio en el que ella nunca estuvo invitada. «¿Por qué», se preguntaba Ro. «¿Qué hice mal para que nadie me quiera ahí?». No era el tipo de cuestionamientos que una mente neurótic
Jared Cavalier y Rossana Regiés celebraron aquella noche. Cada uno tomó, en total, media botella de vino. Conversaron sobre Marcel, sobre la biopic y sobre los muchachos. Aunque evitaron, a toda costa, recordar los hechos del pasado. Incluso los buenos recuerdos que les quedaba de este, y que eran muchos. –¡Dios Santo! –dijo Rossie, y su voz parecía arrastrarse por las ventanas–. Estoy un poco borracha. –Qué curioso que lo digas –el Goodboy la tomó del rostro para examinarla–. Es la primera vez que te veo así. Jared revisó la cara de Rossie, de nariz y mejillas sonrojadas por el Merlot, lo que le daba un aire de niña pequeña que no se esperaba de una mujer de su edad. Y le gustaba. –Rossie –le dijo, sin soltar, ni por un segundo, sus manos del rostro de su amada, que veía hacia abajo, con gesto adormecido–. Dame una oportunidad. No te pido más, solo una. A Ro aquellas palabras se le hicieron conocidas. Ya las había esc