Viernes, 14 de junio del año en curso. Piso 20 del edificio de la 8th. Ave. Son las nueve y treinta a.m. Rossana Regiés escribía como si no hubiera un mañana, como si la vida se le fuera en ello, capítulo tras capítulo de la segunda temporada de The Boyz in the Band, la serie. Los índices de audiencia no mienten: no obstante las críticas tibias hacia la primera temporada, la serie ha capturado la atención de un público muchísimo más amplio que el esperado, de acuerdo con los cálculos menos exigentes. Marcel Cavalier y sus compañeros del staff tienen, en gran parte, la culpa de ello. Los cuatro chicos son bastante agraciados y poseen el mismo don de gentes que hicieron de las contrapartes reales de sus personajes, las celebridades más influyentes de su tiempo. Al casting de The Boyz in the Band, la serie, se lo ha denominado, y con justa razón, como el segundo mejor casting de la Historia del Pop, y le gana, solamente, el de la banda a quienes la renovada camada de la boyband ha dado
No sería el primero y, por supuesto, tampoco sería el último. Marcel Cavalier ya nos tenía bastante acostumbrados a sus salidas de tono, cuando de hablar de más se trataba, pero este, señoras y señores, este último live sí que fue bastante insensato.¿O no?---Transcripción de un extracto del video en vivo de Instagram hecho por Marcel Regiés-Cavalier (@marcel.cavalier), con fecha sábado 15 de junio del año en curso, a las 18h00 (GMT-5)[Marcel Cavalier, con gesto de mucha seriedad, y hasta de solemnidad, acomoda su cámara hasta encontrar un ángulo favorable y simétrico. Se mira con atención de frente y de tres cuartos, y carraspea].Ehm… hola, mis estimados amigos, amigas, amigues. Espero que se encuentren bien. Yo no lo estoy, para qué voy a
#DontCryMarcel es el hashtag que dominó Twitter aquella tarde y la mañana siguiente de junio del año en curso. Rossie se dedicó a leer con atención los comentarios de las fans sobre el live en el que la naciente superestrella que era su hijo se exponía públicamente en toda su vulnerabilidad. Y pensó que, quizás, ella hubiera hecho lo mismo a su edad, y bajo las mismas circunstancias. De modo que no se enojó, sino que sintió compasión por su pequeño Marcel. Por su parte, Jared Cavalier pensó que él jamás habría tenido las agallas de realizar una acción como aquella. Fiel a los preceptos de su padre –el difunto abuelo de Marcel–, había aprendido que los hombres no lloran, salvo, por supuesto, durante el luto de alguna persona amada (un padre, una madre o un hijo). Ni siquiera la muerte de tu cónyuge merecía, para el grandpa Cavalier, una sola lágrima vertida. A El Emperador hasta le dio un poco de envidia la facilidad con la que Marcel vertía sus lágrimas en público y deseó ser él, p
Han pasado mucho menos días de los que hubiésemos querido que pasaran. La noticia de Carmele Johnson internada en el Paradigm por intento de suicidio, luego de que Marcel la dejara, desató una serie de eventos de distinta índole, que desencadenarían, inevitablemente, en el final de esta historia. Nos encontramos en la sala de reuniones del Libery Hall, The Boyz in the Band están reunidos para discutir los avances de la segunda temporada de la serie y los resultados de la primera. Rossana Regiés ha sido, por supuesto, invitada al evento. Invitada no, convocada con carácter de obligatorio. –#DontCryMarcel –Toby Dammer leía aquel no tan infame hashtag directo de su celular–. No tienen idea de lo que hizo esta frase a los índices de audiencia. –Dispararlos por completo es un understatement en su máxima regla –observó Niko Bass, en un tono triunfal de “se los dije”, totalmente desproporcionado con respecto a su participación en el hecho. En cualquier hecho–. ¿Ven que la vulnerabilidad m
Transcripción de un extracto del reportaje en vivo a las afueras de la Corte de Manhattan con fecha viernes, 28 de junio del presente año, a las 11h00 (GMT-5) Reportera: Mia Legarda Para OG Tv Division Nos encontramos reportando, a la puerta de la Corte Civil de Manhattan, durante el segundo día del juicio Fernández vs. Cavalier, en el que promete ser el pleito legal más sonado del año. La mañana de hoy el jurado ha recibido una declaración que ha dejado anonadados a más de uno dentro de la sala del juzgado: se trata del testimonio en primera persona de Adalyn Fernández-Cavalier, quien asegura haber firmado en el año 1999 y bajo coacción, un contrato postmatrimonial cuyo contenido vulneró los votos matrimoniales y la obligó, durante casi veinte años, a soportar innumerables vejaciones por parte de su todavía esposo, Jared Cavalier. Los entresijos de este acuerdo unilateral todav
Sábado, 29 de junio del año en curso ¿Quién diablos eres, Jared Cavalier? Hasta hace menos de veinticuatro horas, creía que te conocía. Con todas tus virtudes, es cierto. Pero también, y sobre todo, con todos tus defectos. De esto último he estado bastante consciente desde, al menos, los últimos ocho meses. Desde que me convertí en tu biógrafa oficial no he hecho otra cosa que averiguar, uno a uno, tus pecados veniales y mortales. Y me he dedicado a justificarlos, también, bajo cualquier pretexto estúpido, como por el hecho de que eras demasiado joven y demasiado estúpido como para reparar en las tonterías que te dedicaste a hacer durante tu primera etapa en The Boyz in the Band. Hasta ahora, había visto a todo eso como tonterías de adolescente: los amores furtivos, las amantes compartidas con Toby, las noviecitas secretas, las fans obsesivas y tus excesivas atenciones a ellas. Tus sobredosis de sexo y tus síndromes de hastío y abstine
Jared Cavalier no pudo dormir aquel viernes, como no había podido hacerlo las noches anteriores, y como tampoco podría las posteriores. Se levantó, la mañana del sábado 29 de junio con una extraña sensación en su pecho. Con la idea de que algo muy malo estaba a punto de pasar.Eran las cinco y media de la mañana, y la mitad de Manhattan todavía no despertaba. Marcel estaría dormido, seguramente. Y, en cuanto a Rossie… Rossie… se había quedado tan callada luego de la conversación que tuvieron los dos en el almuerzo.Bueno, en realidad no había sido una charla en el estricto sentido de la palabra, sino un monólogo, por parte de él. Ella se había limitado a asentir o negar con la cabeza –y en silencio, la mayor parte de las veces–, a exclamar con onomatopeyas para sorpresa, a suspirar, a sacar los ojos, a agachar su semblante, a mirar h
–¿Se puede saber qué pasó aquí? –era la voz de recién levantado de Marcel Cavalier, quien, al no encontrar ni a su papá ni a su mamá en el desayunador, pero sí su comida servida, los buscó a ambos en sus respectivas habitaciones. Comenzando por la de su madre. Cuando vio que Rossie se había ido, y a Jared con cara de acontecimiento y un papel escrito en la mano, supuso lo peor. –¿Qué le hiciste? –no era una pregunta muy amable que digamos. Y el tono que usó Marcel para formularla, tampoco. Jared no podía salir, todavía, de su estupefacción. Así que hizo como si no oyera nada. El pequeño Goodboy infirió que aquella hoja blanca con el logo del Park South podía tener algo que ver en el asunto, y se aproximó para quitársela de la mano a su padre. Jared, como saliendo, de repente, de su hipnotismo, reaccionó apenas para impedir que Marcel tomase la carta. –Por favor, hijo –El Emperador sonó tranquilo–. Esta carta es privad