Aquel sábado 20 de abril del año en curso, Marcel Cavalier no tenía humor para salir de su casa; bueno, de la casa de sus padres. Bueno, del lujoso departamento en el piso 20 de la Octava Avenida en el que vivía con papá y mamá. Alejado en su torre de marfil, un preocupado pequeño Goodboy hacía scroll a las páginas de I*******m que le convenía revisar: de hamsters comiendo cosas, de gatitos y de videojuegos. Habló con Carmele por una hora y media, aproximadamente, y se quedó dormido con el teléfono en la cara por un par de horas. Comió lo que su madre le ofreció: que era pollo Mai Tai de un restaurante chino que a Jared le gustaba particularmente, y se dedicó, el resto de la tarde –y de la noche– a una curiosa maratón de Stranger Things, alternada con el visionado obsesivo de sus personales escenas de la primera temporada de The Boyz in the Band. La verdad es que le divertía verse a sí mismo como en un espejo asincrónico. Así de vanidoso era nuestro clon de Jared Cavalier. Al sigui
Las consecuencias del lanzamiento de la primera temporada de la serie biográfica de The Boyz in the Band no se hicieron esperar. En especial, para Marcel Cavalier. Ya vimos de lo que la nueva generación de GoodGirlz era capaz, con tal de mirar de cerca a la nueva sensación mediática del momento.Ahora, no podríamos decir, a ningún momento, que a Marcel le disgustara su nuevo estatus, porque mentiríamos. Aunque, por supuesto, no todo fue miel y hojuelas en aquella época.En especial, para Carmele Johnson, su noviecita.Lo primero que recibió Marcel fue una oferta para convertirse en la imagen de Paco Rabanne, a lo que nuestro pequeño Goodboy aceptó sin pensárselo mayor cosa, porque Jared Cavalier ya había sido, en su momento, embajador también de la marca en dos ocasiones (y había ganado muy buen dinero con ello).Las portadas
Luego del escándalo del yogurt congelado y la foto con las fans, Marcel Cavalier no resultó ileso. Al menos, no de cara a sus padres. –Mírate en mi espejo, hijo –le dijo Jared Cavalier a Marcel, aquel lunes, temprano en la mañana y en el Libery Hall. Había decidido tener las conversaciones serias con él en un ambiente corporativo y no en casa, ustedes saben, para no ofuscar a su retoño–. ¿Acaso quieres acabar como yo? Suponemos que Jared Cavalier se refería a demandado por su propia esposa por daños psicológicos y morales. –Por supuesto que no –Marcel sabía de sobra a lo que se refería su padre cuando le había hecho la advertencia–. Pero presiento que ya no puedo evitarlo. Las cosas se me escapan de control. –Esto no puede volver a ocurrir, Marcel –Rossie tenía en la mano su propio iPhone con Twitter abierto, en la parte en donde aparecían los hashtags que eran tendencia mundial. Y señalaba, por supuesto, al #PoorCarmele–. En este pr
Nos hubiese gustado escribir que Marcel Cavalier se dirigió, aquella tarde de mayo del año en curso hacia el estudio de Carmele Johnson, ubicado en el Soho, y donde invitaba, de vez en cuando, a sus amigos y amigas a escuchar jazz contemporáneo y cotillear sobre sus pasiones: la vida, el cine y la música.Nos hubiese gustado decir también que, ya en la casa de Carmie, y bajo un espacio seguro y amoroso, Marcel le hizo saber que le haría daño si seguían viéndose porque, al ser una celebridad emergente como él era, su compromiso con las fans se haría tan fuerte que difícilmente ella estaría en capacidad de gestionar esa nueva realidad.Nos gustaría decir que Carmele escuchó atenta el descargo del nuevo Goodboy, y aceptó, al instante, que lo mejor para ella –y para su salud mental– era hacerse a un lado y dejar que su Marcel siguiera su cami
El nacimiento de un nuevo Emperador Fecha del reportaje: sábado, 1 de junio del año en curso Por Mia Legarda, para la revista OG Es una mañana medianamente cálida en la octava avenida de Manhattan. Poco queda ya de los edificios del siglo veinte en aquella parte de la calle. El aire comprimido que se cuela en los espacios de los rascacielos produce modestos huracanes que podrían poner en apuros a las faldas de más de una transeúnte que camina en vestidos primaverales de diseñador por una de las ramblas más exclusivas de la Gran Manzana. Para evitarle más problemas a Marcel Cavalier, nos cuidaremos de transparentar el nombre y apellido del edificio en el que vive, junto a sus padres, Jared Cavalier y Rossana Regiés, desde hace, al menos, un par de meses. “Nunca nos hemos pensado como una familia ni planeamos serlo”, nos ha dicho Marcel, por teléfono, el día en el que aceptó concedernos la entrevista en el departamento que habita, “se trata de una cuestión meramente práctica, de car
Viernes, 14 de junio del año en curso. Piso 20 del edificio de la 8th. Ave. Son las nueve y treinta a.m. Rossana Regiés escribía como si no hubiera un mañana, como si la vida se le fuera en ello, capítulo tras capítulo de la segunda temporada de The Boyz in the Band, la serie. Los índices de audiencia no mienten: no obstante las críticas tibias hacia la primera temporada, la serie ha capturado la atención de un público muchísimo más amplio que el esperado, de acuerdo con los cálculos menos exigentes. Marcel Cavalier y sus compañeros del staff tienen, en gran parte, la culpa de ello. Los cuatro chicos son bastante agraciados y poseen el mismo don de gentes que hicieron de las contrapartes reales de sus personajes, las celebridades más influyentes de su tiempo. Al casting de The Boyz in the Band, la serie, se lo ha denominado, y con justa razón, como el segundo mejor casting de la Historia del Pop, y le gana, solamente, el de la banda a quienes la renovada camada de la boyband ha dado
No sería el primero y, por supuesto, tampoco sería el último. Marcel Cavalier ya nos tenía bastante acostumbrados a sus salidas de tono, cuando de hablar de más se trataba, pero este, señoras y señores, este último live sí que fue bastante insensato.¿O no?---Transcripción de un extracto del video en vivo de Instagram hecho por Marcel Regiés-Cavalier (@marcel.cavalier), con fecha sábado 15 de junio del año en curso, a las 18h00 (GMT-5)[Marcel Cavalier, con gesto de mucha seriedad, y hasta de solemnidad, acomoda su cámara hasta encontrar un ángulo favorable y simétrico. Se mira con atención de frente y de tres cuartos, y carraspea].Ehm… hola, mis estimados amigos, amigas, amigues. Espero que se encuentren bien. Yo no lo estoy, para qué voy a
#DontCryMarcel es el hashtag que dominó Twitter aquella tarde y la mañana siguiente de junio del año en curso. Rossie se dedicó a leer con atención los comentarios de las fans sobre el live en el que la naciente superestrella que era su hijo se exponía públicamente en toda su vulnerabilidad. Y pensó que, quizás, ella hubiera hecho lo mismo a su edad, y bajo las mismas circunstancias. De modo que no se enojó, sino que sintió compasión por su pequeño Marcel. Por su parte, Jared Cavalier pensó que él jamás habría tenido las agallas de realizar una acción como aquella. Fiel a los preceptos de su padre –el difunto abuelo de Marcel–, había aprendido que los hombres no lloran, salvo, por supuesto, durante el luto de alguna persona amada (un padre, una madre o un hijo). Ni siquiera la muerte de tu cónyuge merecía, para el grandpa Cavalier, una sola lágrima vertida. A El Emperador hasta le dio un poco de envidia la facilidad con la que Marcel vertía sus lágrimas en público y deseó ser él, p