Zoe gimió en su boca y enterraba los dedos entre su pelo de manera instintiva. Un ardor recorrió sus entrañas y él se abalanzó sobre ella gruñendo descontrolado. Él sofocó los pequeños jadeos apretando sus labios contra los de ella con frenética avidez. —Pequeña, respira — le ordenó cuando sostuvo ambos lados de su rostro con sus grandes manos. Luego se apartó un poco más para cargarla haciéndole chillar de la impresión:—¡Sharman!Fue tan rápido que la llevó a la habitación y la dejó sobre la cama que Zoe quedó impactada, pero estaba tan sumergida en las sensaciones tan nuevas que no le salía una sola palabra.Observando los movimientos del hombre que rechazó con ahínco se sintió pequeñita sobre esa enorme cama; gimió fuerte cuando los dedos firmes de Isaías fueron a parar al broche de su Jean.—Espera…— dijo aterrada poniendo una mano sobre la de él.En cambio, Isaías la miró a la cara y con su pulgar creó círculos sobre su barbilla y luego le sonrió.—No temas, prometo que seré d
Viendo que todavía era bastante temprano, Zoe decidió entrar a su casa sin crear ruido, pues cuando salió todos dormían y ahora que regresó supone que duermen igual. Aunque es adulta y no tiene que esconderse no quería dar explicaciones de donde estaba, pero menos de lo que había hecho. Caminaba con pasos lentos y muy silenciosos, pero cuando iba llegando a su habitación escuchó un silbido suave, como en forma de un soplido. Giró implorando internamente que no sea el estricto de su padre, y se sonrió con alivio cuando vio a Zulema.—¡¿Eres tu mamá?! — murmuró y más que una pregunta fue una afirmación. Respiró profundo y su rostro volvió a su color habitual.—Estuvo buena la fiesta— bromeó Zulema meneando las cejas de arriba abajo, y al acercarse a ella le agarró el antebrazo, entrando ambas al dormitorio.—¿Fue con Harold o con el jefe de tu padre?La sangre a Zoe se le escurrió no del rostro, sino de todo el cuerpo.—¿Pero cómo…?— musitó aturdida, sin entender cómo su madre se había
Después de recorrer los perímetros asesorándose que la barrera que protege el área en que está la manada está mágicamente fortalecida, Eros se paró en la dirección que ya conoce, sus patas se clavaron firmes en la tierra y miro el cielo nublado, podía oler que pronto llovería, pero eso no le impidió correr a través del bosque.★Eros, aún está demasiado claro, podría verte algún humano★, le advirtió Isaías y el lobo gruñó en respuesta.★¿Quieres verla?, yo también, humano★. Bramó el lobo sin dejar de correr, tan centrado en su propósito que no agudizó su buena audición para escuchar los pasos que a lo lejos seguían los suyos.La loba de Ross avanzaba para cumplir con el pedido de su ama, pero sentía que se estaba debilitando, porque atravesar la barrera le costó de mucha magia, tanto que un lobo común no podría pasarla sin salir quemado de ella, entonces comprendió que Kira tiene razón, Isaías tiene una protección inigualable en su territorio. La magia que le regala esa tierra es pura,
Camuflando su aroma, Isaías entró a la casa de Zoe por la parte trasera; la llevó a su habitación aprovechando que percibió que no había nadie, pues no la dejaría bajo la lluvia. Cuando la iba a dejar en la cama así toda mugrienta; empapada de lodo, Zoe lo nombró aún con los ojos cerrados.—Pervertido Sharman.—Deberías despertar para que aceptes mi rechazo, te dije que no te volvería a ver, y debo cumplir con mi palabra— le hablaba, pero Zoe seguía desmayada. Ya no le importaba que ella supiera que es un sobrenatural, porque de todos modos sea para bien o para mal, ella a pesar de ser una humana es el arma mortal que algún día los destruirá.★ ¡Humano, no te atrevas! ★, gruñó Eros en advertencia con inquietud, removiendo su pecho como si quisiera abrirlo a la mitad. No deseaba que Isaías rompa el vínculo creado con Zoe por la diosa luna, pues el lobo sabía que si eso llegaba a suceder se sentiría más desolado que ahora, y entendió que la razón por la que su humano quiere rechazarla
En cambio, Isaías, que regresó a la manada, discutía internamente con su lobo que no dejaba de reclamarle, y cuando se vistió, lo primero que hizo fue llamar a su beta, por el enlace mental, y ni siquiera pensó en la incómoda conversación que habían tenido en la mañana. Lo único que le preocupaba era este nuevo giro que la vida le estaba dando.—¡Zoe!, ¡¿ella es tu luna?! — exclamó Ronald cuando Isaías le contó. Estaba tan abrumado que aún no podía procesar todo.—¡¿Hijo estás seguro?!Dijeron al unísono Alice e Isadora, quienes habían ido a ver por qué Isaías llegó tan deprimido. Como alfa, su estado de ánimo afecta a los integrantes de la manada, pero solo de manera negativa. Puesto que él debe sentir emociones muy profundas para que todos sientan su aflicción.Ellas no podían solo asimilar que Isaías fue bendecido por la diosa que le estaba otorgando el perdón, porque eso era el inicio de una nueva era para su manada, ya que, si el alfa encuentra a su luna, todos ellos podrán encon
«¿Estaré loca?», se cuestionó Zoe al pensar detenidamente en todo lo que ocurrió el día anterior. Y aunque buscaba lógica no la encontraba, ya que según su análisis lo que recuerda de que ha vivido la hace convencerse de que tal vez solo fue una pesadilla porque extrañamente despertó en su cama y no tiene idea de cómo o cuándo regresó del bosque y se acostó.«No, no estoy loca. Algo debo haber olvidado porque la ropa enlodada que encontré tirada en mi ducha está mañana comprueba que no estuve alucinando. Estoy segurísima de que vi a ese lobo, él me atacó y me caí». Mientras tenía un diálogo interno, se miró la mano para ver la herida que se supone que tendría y la pulsera que recuerda haber visto rota también estaba intacta.—Zoe—. Un primer llamado no la sacó del ensimismamiento.Zoe…— voceó Sacha, quién estaba frente a ella, y Zoe dio un pequeño salto.—¡Sacha es muy temprano para gritar de ese modo! — le reprochó con cara de espanto.—Te llamé con suavidad, pero seguías como un zom
—¡Harold! — pronunció Zoe impactada al verlo ahí. Para ella era una casualidad divina, mientras que es todo lo contrario, la estaba siguiendo desde que salió de su casa, incluso escuchaba las risas de ella y Sacha, aunque no sabía de qué hablaban porque mantenía cierta distancia.—¡Sacha!, ¡¡oh, madre santa!!, ¡¿ahora qué hacemos?!—gritó espantada cuando vio a Sacha tirada en el suelo. Todo está ocurriendo tan rápido que no era capaz de asimilar. Cuando Harold iba a agarrar a la loba para terminar lo que empezó la loba fue ágil y salió corriendo por donde llegó a pesar de haber sido herida con una daga.—Vámonos, Zoe— él tiró de su brazo de manera autoritaria para impedir que ayudará a Sacha y ella se soltó con brusquedad.—¿A dónde? — cuestionó cuando se acercó a Sacha, quien se agarraba el brazo viendo como la sangre salía de la herida a caños.—Iremos a mi aldea, debes venir conmigo, estás en peligro, Zoe no sé de qué manera se han dado cuenta, pero este lugar no es seguro para ti
—¡Lobos miserables! —rezongó Harold, tendido aún en el suelo, agarrándose el costado derecho. Isaías le ha roto una costilla al lanzarlo tan lejos y su cuerpo tarda mucho en curar por sí solo, muy diferente a la regeneración de un lobo, por lo que debía esperar unas horas. Impotente solo pudo observar cómo Isaías se llevó a Zoe bajo sus narices. No podía enfrentarlos, y menos podía ponerse de pie. —¿Ahora que se supone que debo hacer? — se rió con amargura y esas carcajadas pasaron a ser lágrimas porque hasta este momento es que se da cuenta de que su enamoramiento por Zoe lo desvió de su propósito. Se ha quedado sin salida y no le queda más que admitir que ha perdido a Zoe y con ella la posibilidad de que los cazadores cumplan con su juramento.—Mi clan me castigará de la peor manera. » Tantos años invertido en nada, no debí enamorarme, estaba para impedir que los lobos supieran de su existencia— se lamentó arrepentido. Estaba en una encrucijada de sentimientos y se quedó observa