El enorme lobo dorado se acercó a esa loba encadenada. Deteniéndose frente a ella, sus penetrantes ojos dorados brillaban con furia. Estaba furioso. Un estúpido error de una de sus lobas provocó la pérdida del cachorro, aunque era un cachorro que él no quería. No sabía qué carajos pasaría con el niño. Un niño bendito. Un cachorrito con su don. Lo que al Alfa dorado le importaba no era tanto el hecho de que el bebé fuese llevado por un brujo, sino que esa criatura poseía su herencia, su don divino. Tenía que morir. Su sola existencia en manos equivocadas era un maldito peligro para el futuro. —Vuelve con los demás —rugió el Alfa de Garra Dorada a la hembra. La loba se disculpó una y otra vez, y sin perder tiempo se marchó antes de incentivar aún más la furia de su Rey Alfa. ……………………. ✧✧✧ En el territorio de la manada "Colmillo Blanco". ✧✧✧ La luz plateada de la luna se filtraba por las densas copas de los árboles ligeramente llenos de escarcha mágica, proyectando su
✧✧✧ En el territorio de la manada "Luna Plateada". ✧✧✧ La luna brillaba intensamente sobre el territorio de Luna Plateada, iluminando la colina donde se encontraba el Alfa Connor. Desde esa altura, podía ver todo a su alrededor, su don le permitía alcanzar con la vista incluso los rincones más lejanos del bosque y las montañas. Sin embargo, lo que lo dejó helado fue la escena que se desplegaba ante sus ojos. Desde la frontera Este… podía distinguir al Alfa Hazram, ese maldito lobo grisáceo líder de la manada Colmillo Blanco, junto a su Luna, la hechicera Ingrid, cuyo anillo de piedra púrpura centelleaba con una energía poderosa, mientras ella caminando con una capucha negra que se mecía al compás del viento, tenía una expresión frívola y triunfante. Connor sintió cómo la preocupación lo invadía. Detrás de ellos, un grupo de lobos de Colmillo Blanco, también se hacían presentes... ¡CLARAMENTE BUSCABAN UNA BATALLA! —Finalmente... Nos eligieron como primer objetivo —se dijo a s
Sin más advertencia, Alfa Hazram se lanzó hacia el Alfa Connor, su pata rojiza escamosa adelante. ¡Alfa Connor apenas tuvo tiempo de reaccionar! Se apartó, pero no lo suficiente… PUF~ La fuerza del impacto lo hizo tambalear. El Alfa de Luna Plateada retrocedió. ¡Hazram era malditamente rápido! ¡Ni siquiera le dio tiempo de reacción, y volvió a abalanzarse sobre ese macho joven! ¡CRANK —¡¡AGH!! ¡MALDITO! —rugió Sirius, el lobo de Connor. Cuando el sonido de su costado golpeado resonó, y el dolor se propagó por su cuerpo. «¡¿Cómo demonios puede ser tan rápido?! ¡No era así las dos veces anteriores!», comentó Connor internamente con su lobo. —¡DA IGUAL! ¡VAMOS A PARTIRLE EN DOS! —rugió Sirius, furioso. Avanzando a grandes zancadas hacia ese macho grisáceo. Sabía que tenía que contraatacar, pero la agilidad y la fuerza de Hazram lo estaban superando… Aún así, era un Alfa, no estaba en su naturaleza rendirse fácilmente. En un intento por recuperar la ventaja, Alfa Connor
✧✧✧ Esa madrugada en el territorio de Luna Plateada. ✧✧✧ La luna llena, iluminaba el paisaje. El aire estaba impregnado de un frescor penetrante, mezclado con el olor a tierra húmeda y musgo, lo que hacía que cada respiro se sintiera puro, pero también lleno de tensión. Alfa Connor, se movía con agilidad entre los árboles, sus músculos tensos y listos para la acción. Sus ojos plateados, brillaban, mientras su mente analizaba el entorno. Tras atacar a Hazram y fingir un intento de escape, logró que este le de persecución. Connor sintió cómo su corazón latía con fuerza, impulsado por la adrenalina que corría por sus venas. «Sirius, mantente alerta. No podemos permitir que nos sorprenda. Todo lo contrario, nosotros tenemos que sorprenderlo a él…», dijo Connor, su voz grave. —¡Claro! Estoy contigo. ¡Vamos por él! —respondió Sirius, su espíritu combativo encendido. Los árboles altos, se mecían suavemente con el viento, provocando un sonido de sus ramas y hojas que llenaba las prof
✧✧✧ En el territorio de la manada "Luna Plateada". ✧✧✧ Alfa Connor yacía en el suelo, sentado entre el césped, agotado y cubierto de sangre. La luna iluminaba el paisaje, reflejando la muerte de Hazram a su lado. Aunque había logrado vencer a su enemigo, el precio había sido alto, y las fuerzas de los lobos grisáceos no tardarían en llegar. De repente, un portal de magia blanca se abrió a su lado, iluminando el entorno en un resplandor. De él emergió Alfa Connie, su rostro lleno de preocupación. —¡Connor! —gritó la hembra, arrodillándose a su lado, sus ojos posándose rápidamente en sus heridas—. ¿Estás bien? —Connie… —murmuró él, sintiendo una oleada de alivio al verla—. No deberías estar aquí. Es peligroso… ¿Dónde está ese altivo dragón tuyo? —¿Que no debería estar aquí? ¿Y dejarte solo? ¡Nunca! —respondió ella, su voz firme mientras trataba de evaluar el estado de Connor. Los aullidos de los lobos grisáceos comenzaron a resonar en el bosque, un sonido que hacía eco de la
Gael se alzó en el cielo oscuro y tormentoso, su forma de dragón blanco resplandecía mientras liberaba su magia sobre el territorio de Colmillo Blanco. Sus ojos violetas brillaban con un poder inigualable, y con un movimiento de sus alas, comenzó a convocar una tormenta. En la distancia Rezef veía la escena con sorpresa. —Es un desquiciado… —frunció el ceño ese hombre lobo, viendo a su yerno—. Debo llevarte a un lugar seguro —le susurró a Maray, que yacía inconsciente en sus brazos. ¡BRUUUMM! Un estruendo resonante sacudió el aire, y Rezef, comenzó a irse, perdiéndose entre la penumbra del denso bosque. La tormenta se intensificaba, y los truenos resonaban en la distancia, las copas de los árboles en el bosque crujían con los choques de sus ramas, cientos de hojas cayendo como una lluvia, y el viento helado envolviendo a ese hombre lobo y su mate. Gael inhaló profundamente. ¡GRRAAAAHH! Con un rugido, exhaló su aliento helado. El agua fría comenzó a descender de las nubes
✧✧✧ Esa mañana, al sur del territorio de los hombres lobos. ✧✧✧ >>> Ingrid: El río susurraba suavemente a mi alrededor. El agua fluía lentamente, deslizándose entre rocas cubiertas de musgo, reflejando el verde vibrante de la naturaleza que lo rodeaba. Los árboles altos a ambos lados mostraban su antigüedad, con lianas y musgo que colgaban de sus troncos robustos. Yo estaba sentada sobre una roca resbaladiza, con los pies sumergidos en el agua fría. Con un recipiente mágico, recogía agua y la vertía sobre mi brazo, limpiando la herida que me atormentaba. Fruncí el ceño mientras el frío del agua me recorría. Mi cuerpo temblaba ligeramente y un vacío enorme se instalaba en mi pecho. Hazram había muerto. ¿Cómo pudo dejarme sola después de tantas décadas juntos? Lo sabía, estaba enfermo. Había estado sufriendo mucho desde que le implantamos la piel de dragón. Era demasiado para un simple lobo Alfa, uno que no tenía ningún don divino. Pero, ¿y ahora qué? Me levanté, aplicand
—¡Gael! ¡¿Por qué has traído a Lior?! —exclamó Connie al ver a su mate cargando a ese hermoso bebé albino. —No es prudente dejarlo tanto tiempo solo. Recuerda que tiene una pelicular manera de tratar a los que no le agradan… ¿Quieres que Mirza terminara congelada o el palacio destruido? —arqueó una ceja el Rey dragón, una sonrisita divertida, mientras sostenía a su hijo, que con sus ojos azules bien abiertos, lo miraba fijamente a él. Alfa Connor se quedó inmóvil, totalmente en shock. Un bebé. La cría de su hermana melliza y ese Rey dragón. Un bebé al que no había conocido tras estar peleado con Connie. Alfa Connor se levantó del sillón donde se encontraba sentado. Sin siquiera dudarlo, se acercó a Lior. —¿Es tu hijo, hermana? —preguntó inclinándose para ver al bebé más de cerca. Lo olfateó, un aroma fresco invadió sus pulmones, como si fuera un día invernal, con una mezcla de la esencia de los dragones del Clan Frostwind… No era un aroma que un Alfa como Connor disfru