Mis queridos lectores!! Muchísimas gracias por el apoyo y cariño a la historia 🥰💚🌹 Mañana subiré 2 capítulos.
Los muslos de Connie se aferraban con fuerza a la cintura del Rey Dragón, mientras el agua del lago los envolvía. Bajo la superficie, ella podía sentir la dureza de su masculinidad, dejando en evidencia la ardiente pasión contenida en su mate. Sus antebrazos descansaban en los anchos hombros de ese imponente macho, mientras una mano se deslizaba hasta su nuca y la otra acariciaba los húmedos y largos mechones de su cabello blanco, como si con cada toque intentara domar al Rey dragón que era suyo… Únicamente suyo. —Gael… dijiste que no sabías qué haríamos después de esto… Yo tampoco lo sé… Pero… —la voz de Connie tembló al pronunciar esas palabras, un susurro lleno de deseo y duda. Ella tragó saliva, el contacto de las manos de su esposo bajo el agua encendía cada nervio de su cuerpo. Un escalofrío la recorrió, dejándola vulnerable, estremecida—. Mmm~ pero… ¿y si te quedas en mi manada? El Rey Dragón arqueó una ceja, su expresión endurecida por un instante. La sugerencia de Con
Connie sintió los labios de ese Rey dragón sobre los suyos. Un beso suave, lleno de pasión y amor, que causó que una aura de magia blanca la rodeara. En ese momento, el mundo su alrededor pareció desvanecerse. Sus labios eran firmes, pero llenos de una emoción que la hizo estremecerse. Alfa Connie cerró los ojos, entregándose por completo al momento. El agua del lago los envolvió. La magia que fluía de Gael hacía que sus cuerpos brillaran con un resplandor bajo el agua, él sumergiéndose junto a Connie. Ella se sorprendió al descubrir que podía ver claramente bajo esa agua oscura del lago. Los pequeños peces luminosos nadaban alrededor de ellos y las plantas acuáticas se mecían suavemente con la corriente. El fondo del lago lleno piedras brillantes y cristales mágicos, mientras que las raíces de los árboles del bosque colosal se extendían bajo el agua. Gael, como el dragón de agua que era, la tomó de la mano con firmeza. Su toque era cálido, incluso bajo el agua, y Connie sint
✧✧✧ En ese momento. En la manada de Luna Plateada. ✧✧✧ El grito mental de Arlen resonó en la cabeza de Alfa Connor como un rugido ensordecedor. Ese Beta, apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando una segunda explosión iluminó el cielo nocturno, esparciendo llamas y escombros por todas partes. ¡¡BOOOOOM!! El Alfa volteó hacia Blanca, quien lo miraba con los ojos abiertos de par en par, su vestido plateado reflejando el caos que se desataba en el territorio. —¡¿Cómo se infiltraron evitando las trampas, Alfa?! —preguntó Blanca, sin poder creer lo que sus ojos ahora de un intenso rojo carmesí, observaban. —¡Blanca, ve al refugio con los demás! —ordenó Alfa Connor con un rugido que dejó al descubierto sus colmillos. —Pero, mi Alfa, yo… —empezó a protestar ella, su voz temblando con rabia contenida. —¡HÁZLO AHORA! —rugió ese macho pelirrojo, su tono lleno de autoridad, antes de girarse y lanzarse colina abajo, transformándose en un enorme lobo de pelaje oscuro como la n
✧✧✧ Horas atrás en la manada Colmillo Blanco. ✧✧✧ Los pasos de sus botas resonaban lentamente por las escaleras de piedra. Ella sabía de quién se trataba, el olor a lobo fácilmente identificable y… ¡asqueroso!, para esa dragona. Un túnel subterráneo. El hombre-lobo continuó caminando por el pasillo en línea recta, un pasillo rodeado por paredes de piedra sólida en ambos costados. No había absolutamente nada, más que las antorchas que proporcionaban una tenue luz dorada y calidez. Al fondo de todo ese camino, había un enorme salón; grandes columnas lo sostenían. El ambiente era más frío ahí, por el amplio espacio entre las antorchas. Una jaula. Una enorme y poderosa jaula se alzaba en medio del salón circular, con barrotes que estaban incrustados con unas rocas púrpuras similares al anillo de Ingrid, con el que daba forma a su magia. Y ahí… Como un animal encerrado… yacía Arthelis. La dragona, en su forma bestial, estaba libre de cualquier cadena, sí… pero… ¡un collar grueso y
✧✧✧ Más tarde esa madrugada, en el palacio del Clan Frostwind. ✧✧✧ Mirza. Ese era el nombre utilizado como protección para la dragona más longeva de todo el Clan. Había vivido el tiempo suficiente, envejecido, pero nunca se mezcló del todo con otras especies. ¿Su trabajo en el Clan? Era ser el escudo. Si Leo fue la espada, ella era el escudo del Rey dragón, Gael. Su magia era una de resonancia. La vibración en el aire de esa magia invisible se extendía en un trayecto casi ilimitado, hasta donde llegaba el poder de ella y su energía. Le permitía a la dragona mantener a todo el Clan conectado con los fragmentos que creaba, pequeñas joyas púrpuras. Así mismo, utilizaba esa misma magia como un método para emplear la sanación que aprendió a lo largo de su vida. Ambos métodos fueron implementados cuando curó el vientre de Alfa Connie. Sentada en el salón de la torre más alta del palacio, Mirza percibió una alteración en las vibraciones de su magia en el aire. ¡La dragona ab
✧✧✧ Esa madrugada, en el palacio del Clan Frostwind. ✧✧✧ Connie despertó de golpe, sus ojos parpadearon confundidos mientras intentaba reconocer dónde estaba. No era la cueva. No era el lugar donde había compartido aquella noche ardiente y apasionada con su mate. Su corazón se hundió al darse cuenta de que estaba, una vez más, en la habitación del Rey dragón. Se levantó de inmediato, su mirada cabizbaja, mientras apretaba los labios con resignación. La cama estaba fría. Él no estaba ahí. —¿Me trajo sin que me diera cuenta? ¿Por qué? —murmuró entre suspiros, su voz quebrada por la incertidumbre. Bostezó y, mirando a su alrededor, preguntó en voz baja—. ¿Gael…? ¿Estás aquí…? El silencio fue su única respuesta. Clack~ La puerta se abrió de golpe, rompiendo la quietud. Mirza entró con su habitual postura rígida y seria. —Connie. Vístete, tienes una visita. Ella lo miró, con las cejas alzadas en claro asombro. ¿Mirza llamándola "Connie" y no simplemente "loba"? Algo
¡Rezef se levantó de inmediato del sofá, observando analíticamente a su hija! Sus ojos grises se detuvieron en el vientre de Connie, ahora un poco más visible debido a su embarazo. De inmediato, ese hombre lobo dirigió su mirada hacia Gael. —¿Acaso tú…? Gael exhaló profundamente, llevando una mano al borde de su frente y masajeando su sien con evidente cansancio. —Obtuve la aprobación de su hermano… —dijo, omitiendo el hecho de que dicha aprobación se había logrado mediante un contrato de límite temporal—. Además, soy su mate y… —Cállate —lo interrumpió Rezef con firmeza, volviendo a mirar a Connie y acercándose rápidamente a su hija—. ¿Él te ha obligado a quedarte aquí? ¿Qué pasa con Noche Carmesí y la alianza? ¿Acaso te has casado o ese cachorro en tu vientre es un…? —¡Papá! —exclamó Connie, incapaz de procesar la avalancha de preguntas. Ella misma tenía tantas dudas, tantas cosas que necesitaba entender. —Yo… En realidad, me casé con Gael. Fue un contrato c
✧✧✧ Dos meses atrás. ✧✧✧ >>> Rezef: Cuando desperté, mi cuerpo estaba envuelto en un dolor insoportable. Abrí los ojos con esfuerzo, y lo primero que vi fue el techo simple de una cabaña de madera. El olor a hierbas y ungüentos llenaban el aire. Intenté incorporarme, pero un dolor agudo me hizo soltar un gruñido. —Despiertas al fin —dijo una voz grave y familiar. Su asquerosa aroma fue inconfundible. Al voltear la cabeza, ahí estaba él, Hugo. Su mera presencia era suficiente para revolver mi estómago… Nunca nos habíamos llevado bien. Bueno, al menos a mí, no me agrada el maldito. Su actitud falsa y su forma de ser nunca encajaron con la mía. Pero ahí estaba, sentado junto a mí, su mirada fija y su sonrisa despreocupada. —¿Dónde estoy? —gruñí, mi voz ronca y seca. —En mi territorio —respondió sin rodeos, mientras cruzaba los brazos—. Te encontramos inconsciente al borde de la frontera, hace dos meses… Habían rastros de un portal del círculo escarlata. Imagino que tu esp