Elizabeth entró a la mansión con mucha inquietud. Los sirvientes tenían la orden de saludarla como si fuese la primera vez que la veían y en lo posible, no darle ninguna información que le provocara ansiedad.

_ Ella es Elizabeth _ les dijo Federico a los empleados _ es posible que la señorita venga a menudo, así que quiero que la reciban y la atiendan como lo hacen conmigo. ¿Entendido?

Todos asintieron, ante la mirada perpleja de la joven. Federico le estaba dando un lugar de preponderancia en su hogar, eso significaba que ella era importante para él y que más allá de que el hombre no le había dicho nada, la relación iba más allá de simples besos.

Ella saludó a todos con mucha timidez. Adrian se acercó y la saludó muy entusiasta, él también la había ido a visitar muchas veces y como había sucedido en el pasado, habían congeniado desde el primer instante.

_ Elizabeth, que agradable sorpresa verte aquí _ le dijo sonriente _ supongo que cenarás con nosotros ¿No?

Ella lo miró a Federi