Al cabo de un par de días, la condicion física de Elizabeth había mejorado notablemente, Federico seguía dedicándose a su cuidado como desde el primer día, siempre estaba pendiente de todo.Sin embargo, la relación entre ellos seguía siendo la misma. Se hablaban correctamente y se trataban bien, pero como pareja todo quedó nulo. Desde aquella noche nunca más volvieron a tener ningún tipo de intimidad.Elizabeth para salvaguardarse del encanto de su marido, no dejaba que la tocase de ninguna manera, no porque no lo deseara sino porque su orgullo no se lo permitía, no había manera que ella cambiará de opinión con respecto a lo que había hecho Federico.El por otro lado, tomó la posición más cómoda que era no ir contra ella, sino seguirle el juego. Sabía muy bien que todo era cuestión de tiempo, que en algún momento Elizabeth cedería.Una de las tantas noches que pasaron en el hospital, el terminó rindiendose al cansancio acumulado de tantos días, se durmió tan profundamente que no se
Federico trató de enfocarse en lo más prioritario: recuperar por completo a Elizabeth o al menos que ella abandonara esa postura hostil que tenia hacia él, pero había algo más importante aún, su hijo. Por nada del mundo quería que su hijo se criara lejos de él, si Elizabeth seguía empecinada en separarse le sería muy difícil compartir muchos momentos con él. Como el hombre poderoso que era podía obtener la tenencia de su hijo y obligarla a Elizabeth a permanecer junto a él, tenía esa posibilidad y obviamente no la descartaba. Antes de llegar a eso apelaría a otros recursos._ Creo que es hora de tu baño, querida _ le dijo dulcemente.Elizabeth acababa de hablar con sus tíos, quería que estuvieran tranquilos y sin sobresalto alguno.Se levantó de la cama, ya le habían quitado el suero, así que se podía mover con libertad.Se metió al baño y él entró detrás de ella. _ puedo hacerlo sola._ dijo ella algo nerviosa._ Shh, no seas terca, déjame ayudarte ._ susurró a su oído. Se le eri
A la mañana siguiente Martin entró con un semblante que reflejaba satisfacción._Buenos días Elizabeth._ sonrió. _ si todo va como hasta ahora, en dos días podrás volver a tú casa._ apenas miró a Federico. _ espero no les moleste, pero traje a otra palabra autorizada.Detrás de él apareció Germana, trayendo un enorme oso de peluche._ Mis chicos! este es mi regalo para el bebé! espero ser la primera! ._ reía feliz.Abrazó a Elizabeth afectuosamente y luego a Federico. _ Estoy muy orgullosa de tí. _ le dijo mirándolo de manera cariñosa._ espero que los sigas cuidando como hasta ahora y dejes de hacer tonterías!. Martin miraba la escena sin emitir opinión, seguía detestando a Federico pero le simpatizaba mucho Lizy, solo por eso soportaba verlo. _ Madre, quieres ver los informes así Alvear sé queda tranquilo? No parece confiar en mí palabra ni en mi pericia médica._ dijo socarronamente Federico entrecerró los ojos, definitivamente nunca se llevarían bien, pero su esposa confiaba cieg
Pablo había llegado a la ciudad hacia unas semanas, se las ingenió para saber del estado de Elizabeth ya que Lucía se negaba a darle información sobre ella. De alguna manera logró ubicar a una enfermera, utilizar su encanto con ella y recabar información.No solo la sedujo, sino también le pagó muy bien por cada reporte que ella lograba obtener.Así fue que se enteró que en dos días le darían el alta, también sabía según lo que su informante había podido averiguar por otros empleados que el matrimonio tenia desavenencias y que la dirección que Elizabeth había dado era la de la casa de Alfonso. El panorama no era tan oscuro para él, mientras Elizabeth estuviera en la casa de su tío tenía la oportunidad de verla, tenía que ser astuto y cambiar radicalmente de actitud, lo primero que debía hacer era no volver a hablarle de amor a Lizy, solo ser el Pablo que ella había conocido : el tranquilo, dulce y buen amigo aquél en el que ella confiaba ciegamente. Esta vez no dejaría que nadie lo
Pasaron los dos días y como Martin había dicho, Lizy recibió el alta médica, con la condición de hacerse un control en una semana. Los futuros padres acordaron en verse allí en el tiempo estipulado con el médico.Federico conservaba en su corazón la esperanza de que ella decidiera volver con él a la mansión pero apenas subió al auto, ella fue tajante: _ Llévame a mi casa por favor._ dijo sin mirarlo. El viaje fue una agonía para los dos, pero ninguno dijo nada Federico se había hartado de rogarle y ella no quería ceder para darle una lección definitiva. Eran tan orgullosos, que dolía. _ Mis tios nos esperan para almorzar.. _ dijo Elizabeth tranquilamente. _ te quedarás? 《 Oh, la reina de hielo no me está preguntando, me está exigiendo... como todas estas semanas 》 pensó entre divertido y molesto._ Si tú quieres, me quedaré. Ella lo miró arqueado una ceja. _ Tienes algo más importante que hacer? Elizabeth a veces se ponía caprichosa y se comportaba de manera extraña, Federico
Después de ese día, la pareja trató de recomponer la relación. Como Federico le había dicho, él iba a trabajar y luego iba a verla, salían a cenar , a dar paseos o simplemente compartían momentos en casa de Alfonso, estaban casados pero llevaban una vida como si fuesen novios.Si bien Elizabeth lo había perdonado, la espina de los celos ya había sido clavada y para ella no era lo mismo que antes, Federico había adquirido el hábito de la paciencia, solo con ella, con los demás seguía siendo el mismo demonio de siempre. Mientras el estaba ausente Lizy recibía la visita de sus amigas, Lucía, Clara y Laura que estando Esteban muy ocupado era la que más presente estaba supervisando no solo a Alfonso y Victoria sino que también a Federico, quien para su sorpresa desde aquel día fatal, jamás volvió a comportarse mal con ellos, al contrario se mostraba amable y tranquilo, quizás era una estrategia pero funcionaba y ayudaba a la paz familiar.Adrian se comunicaba casi a diario con Elizabeth,
Elizabeth permanecía sola en la casa de sus tíos, Victoria estaba en el hospital, Esteban y Laura trabajaban y Federico como hacía todos los días iba en la tarde, con el acuerdo de que se quedaría a dormir con ella como solía hacerlo algunos días. A él le parecía una ridiculez hacer eso, pero no se atrevía a contradecir a su esposa, sabía muy bien cuan grave estaba Alfonso.A ese punto, ninguno quería ser el portador de las malas noticias, como decía Lizy, cada vez que ella preguntaba algo, todos le mentían.Buscó un libro en la biblioteca para poder entretenerse, no quería pensar en cosas malas pero intuía que todo estaba muy mal, había hablado con Alfonso, pero él apenas hilaba algunas frases quiso ir a verlo pero él se negaba, le decía que se quedara tranquila que pronto regresaría.El ama de llaves, anunció la llegada de un visitante._ Señorita Lizy, él señor Pablo Mendoza pregunta por usted. _ dijo la mujer seriamente.Pablo! Que hacía allí? . Esperaba la visita de cualquier p
Adrian llegó al aeropuerto. Se sentía algo nervioso y ansioso, el sol daba de lleno ya que había llegado cerca del mediodía, al salir Mario lo estaba esperando._ amigo, quise venir a buscarte... supuse que necesitarías algo de apoyo... desde que hablé contigo, me quedé mal._ lo miró sonriendo._ aquí nos lanzamos a otra aventura, como siempre! El hombre sonrió divertido._ Desde el primer libro, me has apoyado..supuse que no me ibas a fallar en esto! Mario apoyó su mano en el hombro de su amigo._ ¿Quieres ir ahora? Mónica nos espera a almorzar! ya sabés como es! Adrian sacudió la cabeza._ Esta vez, deberé declinar su invitación..me urge averiguar que es lo que está sucediendo, no me parece justo lo que están haciendo con Lizy!Mario suspiró, jamás había visto así a su amigo, estaba transformado no era el Adrian calmo y objetivo que conocía._ Vamos..te acompañaré, Mónica lo entenderá! Tomaron la carretera y luego la avenida principal, mientras su destino estaba cerca, El corazón