Me llamaron del trabajo, era una cosa de vida o muerte, según me habían explicado por teléfono. Dejé a Camila a cargo de la nana, Amalia. Cuando llegué a la empresa, me di cuenta de que alguien esperaba en mi oficina, ingresé en ella, para mi desgracia, se trataba de Ana. _ ¿Qué haces aquí? ¿No te ha quedado claro que no me interesa estar a tu lado? Ni siquiera quiero recordar que te conozco. – mencioné seriamente. _ Respuesta errónea, querido Leonardo. – dijo sonriendo como p
Camila SáezDesperté en un cuarto frío, todo mi cuerpo dolía, sentía que mi cuerpo había sido rasgado, sobre todo en la entrepierna, luego recordé a mis hijos, ¿Dónde estaban? ¿Estoy sola? ¿Será que me han dejado sola? Me senté en la cama y pronto vi la figura varonil de Leonardo, sonreí, de pronto comencé a oler su perfume, ese aroma tan embriagador que reconocería en cualquier lugar. _ Amor. – susurré. Él se levantó, parecía q
Dos semanas después. Gracias a la vida, mis exámenes resultaron excelentes, a excepción de qué presentaban un leve grado de anemia, Leonardo se había vuelto loco, no quería ni que me levantara de la cama, era algo horrible si lo pensaba desde la perspectiva que mis niños se encontraban solos en el hospital. Hoy nuestra vida cambiaría para siempre, iríamos a buscar a nuestros hijos al hospital, después de aquel accidente que terminó conmigo en el hospital, a mi madre no le quedó más remedio que llevarse a Antonella de vuelta, es más, mi padre me había comentado que estaba emb
Leonardo ÁlvarezVer a mis hijos y a Camila tan fuertes, me hacía recobrar cada gramo de felicidad y confianza que había perdido cuando vi a mi mujer tirada en aquella cama de hospital luchando por su vida, aquellos días fueron muy difíciles, mucho más que eso, no quería volver a vivir por lo mismo y parece que cada vez que decía aquello, algo realmente malo volvía a pasar. _ Ey, déjenme tener al pequeño un momento. – mencionó mi padre sonriendo y recibiendo a su nieto en brazos, supongo que por fin se había dado cuenta de que el amor que Camila y yo nos tenemos era único, tan
Camila SáezTodos se han marchado ya, solo estamos Leonardo, Luis, Lucía y yo, estaba tan emocionada, hoy sería nuestra primera noche juntos los cuatro, deseaba tanto este momento, ¡Al fin puedo decir que soy una mujer completamente feliz!_ Creo que están igual de cansados que nosotros. – mencionó Leonardo en apenas un susurro, creo que temía despertarlos._ Lo sé, son tan hermosos, míralos, son el fruto de nuestro amor. – mencioné sonriendo y acercándome a él, a la vez que él también lo hacía. – Te amo. – susurré besando tiernamente sus labios._ No sabes cuanto daría por ustedes. – susurró entre mis labios, provocando un sin fin de emociones que solo él ocasionaba en mi ser. – Siempre los protegeré, Camila. No importa si me cuesta mi propia vida hacerlo. – agregó sonr
_ Te amo, Camila. Me vuelves completamente loco. – susurró cerca de mi oreja justo segundos antes de entrar en mí. – Me encantas, nunca dejaré de recordártelo, eres una perfecta madre y la única dueña de mi corazón. – agregó nuevamente. Me encantaba sentirme así, amada, deseada por Leonardo, digamos que los primeros meses con los mellizos fueron un poco complicados para nuestra intimidad, ninguno dormía, no teníamos ese tiempo que antes era solo nuestro y si llegábamos a tenerlo, lo usábamos para dormir. Poco a poco hemos restaurado nuestras citas, nuestros encuentros am
Se incorporó nuevamente entre mis piernas y uniendo nuestros labios entró en mí, a veces, aún dolía. _ Me duele. – susurré gimiendo. Era una sensación dolorosa, pero a la vez completamente placentera, me encanta sentirme tan suya, pero me incomodaba un poco sentir el dolor. _ Relájate. – mencionó besando mi cuello, solo me dejé llevar por las sensaciones y el amor que estaba sintiendo, que ambos sentíamos. Sus embestidas comenzaron a ser mas certeras, provocando que los gemidos salieran de mi sin esperármelo, sus besos trataban de apaciguarlos, pero era casi imposible, mis uña
Y es que no había mejor mezcla que el hacer el amor con el hombre de tu vida, un día por la mañana, en tu cumpleaños, sintiéndote completamente amada y, sobre todo, deseada. _ Hola. – saludamos ambos a los padres de Leonardo, subí a darme una nueva ducha rápida y a cambiar mi ropa, cuando salí de la habitación me estaba esperando la madre del hombre que tanto amaba. _ Hija, ¿Cómo estás? – preguntó ella sonriéndome cálidamente cómo siempre lo ha hecho, sonreí y me acerqué a ella para abrazarla, ella ha sido la madre amorosa y comprensiva que nunca tuve. _ Bien gra