Camila Sáez
Dos semanas después.
Han pasado dos semanas y no he podido decirle nada a Leonardo, creo que le ha ido tan bien en su nuevo proyecto que ni siquiera se ha detenido a pensar en mí, en la universidad y en lo que íbamos a hacer juntos, eso me hace pensar que mucho menos se preocuparía por un bebé o, al contrario, lo vería cómo un estorbo y obvio no quería que lo sintiera como eso, una carga.
Hoy tenía planeado volver a mi casa, supongo que pronto comenzaría a notárseme el embarazo
Camila SáezLeonardo ha estado muy pegado a mí desde que descubrió que estaba embarazada, cosa que agradecía, es más, amaba volver a tener a Leonardo tan cerquita mío, que cada noche me abrazaba y me dejaba dormir en su pecho o entre sus brazos, lo único que había cambiado, es que no hemos podido tener relaciones sexuales, ya que a él parece que le da miedo lastimar al bebé.Mañana por fin será la ecografía de nuestro bebé.Estaba preparando la cena, Leonardo no demoraría en llegar, le había preparado su comida favorita, lasaña, casualmente se la preparo como tres veces a la semana, siempre que me la pide, yo no me quejo, dice que me queda deliciosa, aunque a veces me queda cruda o quemada… río con ello, es tan gracioso, supongo que a veces hasta me faltan condimentos, pero cada día trato de mejorar en la cocina.&ldq
Leonardo ÁlvarezPor fin íbamos a ir a conocer a nuestro bebé, nunca pensé en decir esto, pero estoy tan feliz por ser padre, aun más por serlo al lado de la mujer que amo. Nunca pensé que esto pudiese ser una posibilidad, siempre me negaba a la idea, tal vez por la forma tan controladora en la que me trataba mi padre, nunca haré eso con mi hijo o hija._ Estoy nerviosa. – mencionó Camila mordiéndose las uñas, ¿Cómo te explico mi vida que yo estoy peor que tú? Mi corazón quería salir de mi pecho, es una alegría tan grande como el tenerte a mi lado cada día._ Yo también amor, pero tranquilízate, recuerda que no puedes tener emociones muy fuertes. – mencioné sonriendo y poniendo una de mis manos en sus muslos, me encantaba hacerlo y sé que a ella también. Extrañaba su cuerpo, sin embargo, no q
Desperté un poco aturdida, ni siquiera me acordaba de lo que había pasado, solo sabía que estaba en la antigua habitación de Leonardo, la que alguna vez compartimos._ ¿Qué sucedió? – pregunté sonriendo y tratando de apaciguar la mirada de tristeza de Leonardo. _ Te desmayaste. – respondió. – No debimos venir, Camila, y tampoco debimos hacer el amor así. – mencionó. _ ¿Así cómo? – pregunté, no entendía por qué estaba diciendo
Leonardo Álvarez _ No sé que estés planeando, pero apenas el doctor me diga que Camila está bien me la llevaré y no nos volverás a ver, ni a mí, ni a ella, ni mucho menos a mi hijo o hija. – mencioné en contra de mi padre, me dolía decirle estas palabras, pero era la única forma de que Camila estuviera bien. _ Leonardo, sería la peor decisión que tomarías. – mencionó él sonriendo de lado. – Estoy seguro de que algún día comprenderás el gran error que estás cometiendo. – agregó.
Camila Sáez.Había cometido un error, por el que estaba pagando caro. No debí tratar de solucionar las cosas yo sola, ni a mi manera, es por eso que ahora me estaba lamentando el haber perdido a mi hijo, pude apreciar, disimuladamente la mirada de Leonardo cuando le confesé que lo había perdido.La ilusión de sus ojos había desaparecido por completo, seguramente el se sentía mal, pero yo me sentía miserable, la persona más mala del mundo, ¿Por qué debía pasarme esto a mí? ¿Por qué no tuve más cuidado? ¿Por qué no le había hecho caso a las advertencias de Leonardo?Estaba en nuestra casa, en nuestra habitación, recostada en la cama, hace dos días, sin ganas de comer y completamente desarreglada, Leonardo por más que intentaba esconderlo, era evidente lo triste y decepcionado que se sentía de m&iacu
Leonardo Álvarez“El peor error de su vida”Dos meses antes_ Camila, debes comer, no puede ser lo mismo contigo siempre. – mencioné algo enojado y distante, sabía por qué estaba así, pero yo también estaba sufriendo, también quise morir cuando supe que mi hijo había muerto. En cierto punto tiene razón cuando dice que es su culpa. _ Comeré después, vete. Se hará tard
Leonardo ÁlvarezTomé a Camila en mis brazos para recostarla en la cama, me sentía miserable, ella estaba dispuesta a irse, dispuesta a dejarme, pero no porque ella quería hacerlo, si no por lo que yo mismo había mencionado, mis palabras la alejaron y seguramente mis actitudes también, por algo seguía sintiéndose culpable._ ¿Por qué no me lo dijiste antes? Camila, estoy arrepentido, demasiado, por mis actitudes, por no haber vuelto ayer a casa, mientras me esperabas, y es que nuevamente he provocado lágrimas en tus ojos. – susurré sonriendo mientras me sentía miserable. – No sé cómo fui capaz de olvidar por qué me había enamorado de ti, que tu nobleza siempre me ha atraído, tu manera tan sensible de ser frente a las personas que consideras importantes. – agregó._ Leonardo. – susurró. – Pens&ea
Camila SáezHace semanas, junto a Leonardo hemos tenido distintas opiniones, hoy, en cambio, saldremos completamente de las dudas, no he usado ningún método anticonceptivo, y, aunque las relaciones sexuales que mantenemos no son tan constantes como antes, debido a las clases y demás, pero igualmente no he sufrido algún atraso o susto, nada. Iríamos al ginecólogo, obviamente tenía miedo, temía que me dijeran que no podía volver a quedar embarazada, hace algunos días me hice los estudios, hoy estaban los exámenes, me sentía tensa, preocupada y asustada. Sé la ilusión que le pro