—Sí, lo pensé y lo vi, no estoy ciega. Pero no sabemos qué tanto Di sabe, ni siquiera sabemos si Di sabe algo —muerde su labio inferior, parece nerviosa—. No te lo dije antes por miedo, pero no creo que sepa un carajo. Hace días me enfrentó, me dio a entender que sabía lo de las chicas. Y se portó bien, parecía tranquila y confundida. Parecía querer creer que tú eras el malo.Soy el malo, Elisa. No el peor de todos, pero ambos sabemos que no estoy limpio. Y ella tampoco... aunque no está tan manchada como yo, eso seguro. Ahora, ¿por qué mierda no me dijo que Dinaí la enfrentó? Joder, todo es importante.—Debiste decirme —por dios, esta chica va a matarme, lo juro. Va a hacer que nos maten a todos—. Entonces ella sabe. ¿Qué te dijo exactamente?—No recuerdo bien... algo sobre cometer errores y que si me obligaron a dejarle de hablar le dijera o algo así.Genial, lo sabe, sabe todo. Vamos a morir. Tendré que hablar con Gustavo para conseguir ayuda o algo. Él dice que no tiene jefe, que
No puedo dejar de pensar en lo mucho que odio estar en este pueblo, anteriormente tranquilo y solitario; ahora escenario de una red de secretos. Sin embargo, mi emoción por volver a Estrada se apaga poco a poco, la razón por la que quería volver a la ciudad era sencilla; no ver a Aiden nunca más. Pero ahora era diferente; cuando discutí con Mateo me sentí mal, pero el saber que lo vería en la universidad a diario me consolaba un poco. Ahora no tengo ni eso.Tal vez, cuando el trámite de venta de la casa y demás estén completados, debería considerar establecerme en otra ciudad. Ahora que tengo a Germán dormido a mi lado, creo que debería plantearle mi idea. O tal vez no, tal vez una vez llegado el día, lo mejor será desaparecer y convertirme en un recuerdo. Menos problemas, menos palabras y ninguna despedida.¿Seré capaz de hacer eso? Supongo que sí, lo hice antes con Mateo. Aunque eso fue distinto, aquella vez salí de su departamento y lo evité por mucho tiempo. Entonces mi padre me l
Aviento las fotos en un ataque de ira. ¿Qué hacía mi mamá con un hombre en medio de la noche en una calle poco transitada? Y el señor estaba hincado frente a ella, cerca de su falda... prefiero no imaginar qué hacían. ¿Y luego en mi casa? ¡En nuestra casa! Si no estuviera hiperventilando, seguro vomitaría. Me pego al suelo, me hago bolita y sollozo lo más bajo que puedo. Si no me controlo me voy a ahogar, estoy segura.Mi madre... con un amante. Un tipo que no conozco que entró a la casa, que estuvo en la habitación de mis padres y seguramente cometió adulterio en su cama. Oh, por dios, qué asco. Estoy temblando tanto que siento que voy a convulsionar o algo. Mi mamá engañó a mi padre... y a mí, porque yo no creí que mamá pudiera ser capaz de cometer algo así.Vuelvo a ver las fotos. No logro reconocer al hombre. Su rostro siempre está oculto. Lo único que tiene característico es el cabello claro, casi albino. No conozco a nadie así, al menos en Sores no hay alguien con cabello pareci
Hace 3 años—Di —mi padre entró a mi habitación—. Voy a salir, tu mamá ya está por llegar, ayúdala a empacar o en lo que se le ofrezca.Claro, él podría ayudar a mamá, digo, hoy tiene el día libre, pero no, me mandó a mí. Siendo sincera, no tenía nada mejor que hacer; al menos haría algo de utilidad en lugar de estar viendo videos musicales durante horas.La realidad es que pensaba ir a la escuela para ver si podía inscribirme al equipo de atletismo, pero al ser fin de semana, me ganó la flojera; ya iría el lunes. Nunca fui muy deportista, pero últimamente quería entrar a una actividad por las tardes y fin de semana. Era difícil pasar los días cuando tu única amiga era toda una diva quien se la vivía en su enorme casa probándose ropa y exigiendo zapatos o bolsas nuevas. Elisa era mi mejor amiga y la querría toda la vida, pero vamos, no siempre estaba de humor para escuchar su charla sobre cantantes, actores, moda entre otras cosas. Aparte, en fin de semana casi siempre se la pasaba en
La primera es de accidente. El coche destrozado reposando sobre el pasto, un árbol alzándose al lado. La distancia entre el barranco y el suelo sí parece mucha. La siguiente es una toma más cercana del automóvil, puedo ver a mamá en el asiento delantero, su rostro está volteado hacia el lado contrario de la cámara, pero puedo ver su cuello doblado en un ángulo extraño. Hay sangre en su blusa. La siguiente foto es una toma del otro lado; parte de su cabello tapa el rostro, aparte hay mucha sangre así que no logro reconocerla del todo.Las otras fotografías son de las heridas. Cada parte de su cuerpo fue fotografiada. Las fracturas de los brazos, el hueso salido de su pierna izquierda. Para cuando llego a esta parte siento unas náuseas incontrolables. Dejo la carpeta sobre un estante y corro hacia la puerta. No aguanto más, tengo arcadas y me dejo caer, pero el vómito no sale, me quedo tirada respirando y con la imagen del rostro ensangrentado en mi cabeza.Oigo como mi papá se acerca a
Jamás he sido parte de un grupo, es como si estuviera destinada a estar sola por la vida. En preparatoria tuve a Elisa, en la universidad fue por Mateo que conseguí amigos porque a Haziel yo la alejé y ahora regreso a Sores y sigo siendo solitaria. Tengo a Germán, pero es lo mismo que con Mateo, si consigo amigos será por él.A la mierda, el lunes sin falta hablaré con la primera chica o chico que encuentre. Sigo siendo la nueva, nada me impide conseguir amistades y si Aiden se interpone, tendré que matarlo.Por la tarde Germán me escribe para ver si hacemos algo. A estas alturas, cualquier cosa es buena, así que acepto su oferta y salimos. A la plaza, al cine, ¿qué importa? Estaría bien sentirse como una pareja normal aunque sea una vez en la vida. Una vida normal como una universitaria normal suena bien. Mi familia ya no puede ser normal, pero el tener una madre muerta y e infiel no es sinónimo de familia disfuncional. Al final todos tenemos mierda en nuestra vida, unos más unos men
Llego a la universidad tarde, como acostumbraba cuando estaba en Estrada. Aunque mi casa está relativamente cerca de la escuela, mis pasos no son tan rápidos. Debo levantarme más temprano, sobre todo cuando sé que no soy la más rápida al bañarme ni desayunar. Pero siempre me ha costado trabajo despertar cuando el sol ni ha salido.Entro casi corriendo al estacionamiento, imagino una buena excusa para convencer a la profesora de que me deje entrar y perdone mi retraso, pues Tatiana es exigente, pero no es un monstruo, si la convenzo, seguramente no me hará pasar el ridículo. Aparte, después de mi ensayo sobre la muerte, creo que le agradé un poco. No me puso diez, pero un nueve punto seis es una calificación decente. Y por lo que sé, fui la más alta.Sin embargo, el paso se halla obstruido. No solo por varios automóviles que se pitan y están formando una fila, si no por varias personas que rodean a algo más adelante. La multitud no tapa todo el camino, pero es demasiado llamativa como
No otra vez. De nuevo siento palpitaciones, de nuevo me falta el aire. Pero esta vez no estoy en la comodidad de mi casa, esta vez no estoy acompañada, esta vez estoy a mitad del caos. Me repito a mí misma que no debo tener miedo, que debo calmarme, pero no es tan fácil, una vez que algo detona la crisis de pánico, no es tan sencillo salir de ella. Grito, o al menos hago el intento, pero no escucho nada. Y entonces alcanzo a ver un cuerpo, está lejos aún y entre tanta gente es complicado ver, pero veo los pies. Mi visión borrosa no es la mejor y no es de confianza, no logro reconocer el cadáver.Alguien, con brazos gentiles y una fuerza suficiente para levantarme, acude en mi ayuda.No soy una damisela en apuros, no necesito de un hombre o mujer que venga a mi rescate, ya no. Pero cuando estás en mitad de una crisis, necesitas toda la ayuda posible porque pudiera salirse de control. Y aunque yo sola he salido de varias, el caos de este lugar es riesgoso. Y vamos, tampoco quiero ser co