Al otro día en la universidad, lo primero que noto es que Catarina llega sola y cabizbaja. La pelirroja siempre trae esa aura divertida y amigable, pero el día de hoy parece triste. No resplandece, supongo que tiene que ver con el clima, no está soleado y llovizna desde temprano. La miro fijamente, estoy tentada a hablarle, ella tiene que saber algo. No la recuerdo como miembro de El Círculo, tampoco como un aprendiz, tal vez solo es novia de Mateo; una chica a la que conoció apenas. Pero, repito, algo debe saber. Si me voltea a ver, sí le hablo. Sin embargo pasa de largo y me ignora épicamente.Entro al edificio feo y me dirijo a mi clase. Supongo que estos días habrá oportunidad de conversar. Quisiera saber cómo es, qué de ella es lo que cautivó a Mateo.Llego a mi salón y miro alrededor. Estoy buscando a la chica que se ganó la ira de Aiden al subir el video de la carrera a sus redes sociales. La única persona que parece no repudiarme en este pueblo es Germán, pero él ni siquiera v
—¿En qué te especializarás? —pregunta Germán mientras me observa comer el helado a mordidas—. Ya sabes, después del próximo semestre cuando termine el tronco común.Me tomo mi tiempo para responder. No sé realmente qué quiero; en Estrada me había decidido por Actuaría, según yo me gustaban las matemáticas, sin embargo, después de llevar Cálculo Avanzado me di cuenta de que tal vez no era lo mío. Química me agradó, en realidad Mateo supo ayudarme a tal punto que me terminara gustando la materia, pero dudaba que fuera lo mío. ¿Economía? Bueno, siempre le puse excusas a eso porque mi padre es un hombre de negocios que anteriormente fue policía. Si decidiera seguir por ese camino terminaría con un trabajo asegurado como segunda de mi padre en su empresa, pero no es lo que quiero. Mi meta es obtener mi título e iniciar mi propio camino, no verme facilitada por mi papá quien después de todo, se alejará más de mí por Valentina.Me viene a la mente la profesora Tatiana. Tal vez deba especiali
—¿En qué te especializarás? —pregunta Germán mientras me observa comer el helado a mordidas—. Ya sabes, después del próximo semestre cuando termine el tronco común.Me tomo mi tiempo para responder. No sé realmente qué quiero; en Estrada me había decidido por Actuaría, según yo me gustaban las matemáticas, sin embargo, después de llevar Cálculo Avanzado me di cuenta de que tal vez no era lo mío. Química me agradó, en realidad Mateo supo ayudarme a tal punto que me terminara gustando la materia, pero dudaba que fuera lo mío. ¿Economía? Bueno, siempre le puse excusas a eso porque mi padre es un hombre de negocios que anteriormente fue policía. Si decidiera seguir por ese camino terminaría con un trabajo asegurado como segunda de mi padre en su empresa, pero no es lo que quiero. Mi meta es obtener mi título e iniciar mi propio camino, no verme facilitada por mi papá quien después de todo, se alejará más de mí por Valentina.Me viene a la mente la profesora Tatiana. Tal vez deba especiali
—Hola, Di —saluda mi padre mientras cuelga su saco, se ve feliz—. Hoy fuimos a ver un par de salones para la boda, queremos que sea algo sencillo, pero vendrá gente de muchas partes, mis socios y clientes. Puedes invitar amigos, si quieres.¿Es neta, papá? No tengo un jodido amigo. Aparte, una boda en Sores es aburrida, podría bien casarse en París, Cancún, Cartagena, Londres, no sé. Sospecho que esto tiene que ver con la estúpida de Valentina.—Ya, espero que sea verdaderamente sencillo, en este pueblo siempre es fácil llamar la atención.—Tranquila, hija —oh, por dios, acaba de decirme hija, hace mucho no escucho eso—. Serán doscientos cincuenta invitados cuando mucho.En la torre, yo imaginaba que serían menos de cien.—¿Qué le ha pasado al anillo, Di? —pregunta Valentina—. ¿Lo perdiste?—No, está en mi escritorio —digo con una sonrisa—. Lo que pasa es que me empezó a apretar, creo que me hinché un poco. O tal vez estoy subiendo de peso.—Oh, vaya, puedo llevarlo a que lo arreglen,
Después de al menos una hora eligiendo el conjunto perfecto, me decido por algo al azar. Lo que es importante y no pienso dejar de lado, es el broche que me dio mamá. Ahora que lo he recuperado lo voy a usar lo más posible. Obviamente tiré el listón azul a la basura. Me miro al espejo y busco alguna imperfección; los pendientes de oro blanco son pequeños, tienen forma de estrella, son lindos y no llaman la atención, el rímel apenas se nota; lo que prefiero es que se vea natural, el brillo labial es el que me incomoda. Me veo bien, por dios que sí, pero me da esa necesidad de morder mi labio inferior cuando estoy nerviosa y el sabor del cosmético no es muy agradable.Tampoco es como que traiga el color rojo intenso que con un pequeño error queda embarrado y parezca payaso salido de prostíbulo.Ni Valentina ni mi padre están. Así que no veo inconveniente en que Germán entre a casa. Sin embargo, está abajo mientras yo pierdo el tiempo aquí arriba. Me pongo rápidamente crema hidratante y
¿Qué probabilidad hay de que tu primera amiga de la universidad a quien dejaste de lado para no meterla en problemas y a quien viste en una foto en redes sociales apenas dos semanas atrás se encuentre en una fiesta en tu pueblo natal? Si dices cero, yo digo tres.Haziel no pierde la sonrisa ni deja entrever una pizca de emoción desagradable, por lo que yo tampoco. En cambio, Flavio, parece haberse tragado una bola de pelo de gato. Miren que lo último que supe de Flavio fue que andaba con una chica de El Círculo, la vi varias veces, pero no convivimos mucho. Y ahora resulta que tiene nueva novia, llamada Haziel.La admiro, no siempre se logra tener una relación con tu crush y no sé cómo lo logró, pero en verdad quisiera que me pasara algo así. Ya deja de pensar idioteces, cualquiera puede andar con su crush.Por supuesto, yo tampoco pierdo la sonrisa ni mi actitud de chica tímida que acompaña a su... ¿ligue? Si se trata de fingir que no los conozco, puedo hacerlo muy bien.—Tania, Fer
—DinaíSu voz grave y suave siempre ha tenido un efecto tranquilizador en mí. El solo saber que está conmigo, me hace sentir que todo estará bien, que nada malo me pasará. Mi mente, inconscientemente, cree que estando con él todo resultará bien. Porque nunca me haría daño, jamás dejaría que algo malo me pasara... ¿Romper mi corazón no es hacerme daño?—MateoMi voz suena tan rara, entrecortada. Quisiera tocarlo y no solo quedarme paralizada como un hielo, quisiera acariciar su mejilla, sentir sus labios, tomarlo de la nuca y besarlo. Pero solo me quedo viendo esos ojos color miel que tanta paz me dan. Y entonces recuerdo de golpe la noche en que lo vi de nuevo después de más de un mes, recuerdo el ataque de pánico, la sensación de sofoco y la tristeza aflorando en mi pecho. Recuerdo que no fue él quien me ayudó. Fue Germán, el hombre que me espera allá abajo.Trago saliva, suelto su playera y me alejo un par de pasos de él. Venga, Dinaí, ahora vas a dar media vuelta, vas a dejar de se
No quiero jugar beer-pong, peor aún, no quiero jugar beer-pong de cuatro, joder, Flavio ahora está poniendo más vasos. Cuatro juegos de seis vasos en total. Catarina, Aiden, suponiendo que yo... ¿y quién más? Vale, esto es un juego de poder, ver quien tiene mejor tino y ver quien aguanta más el alcohol, pero quién es mejor sacando información.—Con los ojos cerrados tiras —dice Aiden—. Cada vaso tiene debajo un billete de doscientos, cada que metas la canica en un vaso, te llevas el dinero y tienes derecho a hacer una pregunta. El dueño del vaso está obligado a contestar con la verdad.Las cosas siempre me salen jodidamente mal, voy subiendo una cuesta cuando de pronto tropiezo y caigo en picada. Y uno debería reconocer cuando algo está por irse a la mierda y lo mejor es apartarse, pero esto, amigos, esto es una oportunidad de oro. Nadie me garantiza que verdaderamente respondan con la verdad, pero un dato siempre te conduce a otro y puedes llegar hasta la verdad. Flavio se hace el id