― Necesito hablar contigo. ― Informó mi padre al terminar la cena. Mamá le dedicó una mirada suplicante pero el negó con la cabeza. En ese momento me di cuenta que estaba en problemas, la razón ya me la imaginaba.
― Dime. ― Yo respondí y mamá se llevó las manos a la cabeza suspirando casi fastidiada. Isaac seguía distraído comiendo sus vegetales, siempre los dejaba para el final.
― ¿Cuándo vas a dedicarte a tus estudios? ¿Tienes siquiera idea del esfuerzo que hacemos por ti?
― Sé que estas molesto. ― Comencé a decir pero un golpe sordo en la mesa atrajó la atención de todos.
― ¡Tú no sabes nada, Derek! ¿La escuela es un juego para ti? Tus calificaciones están por los suelos. ¿Quieres que te saque de la escuela? ¿Quieres tener un empleo mediocre?
La cara de m
La noche anterior Kim no apareció, pero al levantarme esa mañana me encontré a una sonriente chica vestida con un bonito vestido café, medias oscuras, botas negras y una chaqueta para el frio, estaba jugando en el jardín con Isaac, mi hermano pequeño corría entre carcajadas siendo perseguido por Kim, ella se reía y le decía cosas que no alcanzaba a escuchar. Me quede ahí sin hacer ruido mirándolos jugar. Fue hasta que Isaac me vio y corrió en mi dirección.― ¡Hemanito! ¡Hemanito! ― Gritó y yo lo levanté en brazos.Kim se acercó lentamente y pude verla sonrojarse, agachó un poco la cabeza y me saludó.― Hola, Derek. ― Me miró rápidamente y apartó la mirada.―Hola Kim. ― Le sonreí amablemente tratando de hacerla mirarme. ― Luces muy linda hoy.Ella dio un respingo y sonri&o
El fin de semana pasó muy rápido, Kim había gastado toda la mañana y la tarde del sábado con su familia. Durante la noche vino a verme y me contó que su familia tenía planes de ir a Corea del sur en navidad, para estar con su familia materna.― ¿Tú planeas ir?―No puedo Derek, aunque quiera. ― Se sentó al borde de mi cama y entrelazó sus manos.― ¿Por qué no? ― Pregunté.― Bueno, resulta que el otro día intente ir a ver a Oliver. Primero me subí a un camión, pero cuando llego a los límites de la ciudad, sentí un tirón y volví a aparecer en la parada del donde había abordado el autobús. Entonces intenté caminar hasta salir de la ciudad y paso de nuevo, cuando llegué al límite otra vez el tirón y de pronto estaba justo donde empecé a caminar. En resum
― ¿Con Yuli? ― Pregunté sorprendido.― Si, Derek. No lo sé… Creo que no deberías ir. Están teniendo un momento íntimo.― ¿¡Están haciendo cochinadas!? ― La idea de que mi pobre Kim hubiera presenciado algo como eso me horrorizó.― ¿Qué? ¡Cielos, no! No es eso Derek. ― Yo respiré aliviado. Y continúe avanzando.― Entonces vamos a ver. ― Ella dudó. ― Anda Kim, yo sé que también quieres saber lo que está pasando.― Bueno… si, pero no así.― Kim, anda. Ven conmigo. ― Le extendí la mano esperando que ella la tomara, unos segundos más tarde me di cuenta de que fue tonto, no podíamos tocarnos. Ella lo notó, pero inusualmente se ruborizó.― ¡De acuerdo! Pero solo vamos a escuchar.La escuela ya estaba semi vacía
Kim no volvió durante la noche y tampoco en la mañana, la verdad me sentí aliviado. Supuse que ella también estaba llena de vergüenza. Le di vueltas al asunto toda la noche y por donde lo mirara parecía que yo fuera a confesarme, nadie más que yo podía verla.― “¿La tuya sería mejor?” ¿Pero qué demonios estaba pensando? ― Dije en voz baja mientras caminaba hacia el instituto.Tampoco la vi en las clases, ni siquiera cuando la profesora de física me entregó mi examen con una nota aprobatoria. Inconscientemente sonreí y busqué con la mirada a Kim para mostrarle el examen, pero ella no estaba ahí. En ese momento sentí una extraña sensación en el pecho, una muy parecida al anhelo. El día siguió su ritmo normal, después de historia Darién y yo nos dirigimos al comedor para la hora del
― Hola, Derek. ― Estaba tomando un descanso del entrenamiento cuando Anna Sanders, una de las porristas se me acercó.― Hola, Anna. ― La saludé. Kim estaba sentada a mi lado y había puesto un puchero cuando la chica se acercó a hablarme. Anna se sentó muy cerca de mí y Kim se llevó las manos a la cabeza.― ¡Hay por favor! ― Dijo Kim. ― Ahora seguro que te pregunta por el entrenamiento.― ¿Qué tal el entrenamiento? ― Yo solté una risita. Tanto Kim como yo nos imaginábamos por donde iba la cosa.― Bien. ― Respondí y me dispuse a volver a la cancha.― Espera Derek, quería preguntarte algo. ― Yo me giré y guarde silencio. La chica jugueteó con su cabello y me miró. ― Me preguntaba si este año irás al baile de navidad.Había olvidado que cada año, antes de las vacaciones de invierno la escuela organizab
Pasó una semana completa y yo aún no era capaz de decirle a Kim que quería que fuera al baile conmigo. Cuando pensé en la idea, esta me parecía muy fácil, pero ahora cada vez que intentaba preguntarle me acobardaba a último momento. Estaba tan absorto en mis ideas que no vi cuando Darién se me acerco en el pasillo y se paró frente a mí.― ¿Puedo hablar algo contigo? ― Preguntó con una voz sería.― Si. ¿Algo malo sucede? ― El no supo que responder. Guardó silencio un rato y me hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera. Salimos a los jardines, él se dejó caer la mochila y se sentó en una banca.― René se fue. ― Su voz se quebró.― ¿¡Qué!? ¿Cómo que se fue?― Solo… No la juzgues por favor. ― Me pidió. ― Ella no quiso tener el bebé, as&iacu
El resto de la semana Kim y yo nos la pasábamos haciendo bromas sobre el baile, ese miedo que antes sentía sobre asistir, se esfumó. Ambos estábamos ansiosos de ir juntos. Kim me había preguntado varias veces la razón del porque la había invitado, yo no sabía que responderle así que solo le decía que era por pura curiosidad.― Derek, cuando la gente vea que asistes solo, seguro van a pensar cosas raras de ti.― No me importa lo que pienses los demás. ― Le afirmé.Ese día Kim había optado por usar ropa de invierno. Como el clima no hacía mella en ella, siempre usaba su vestido, la mayor parte del tiempo escogía el blanco, pero otras veces era azul, rosa o violeta. Hoy llevaba unos jeans con botas cortas y una gran chamarra rosa con una bufanda. Yo reconocí esa bufanda, la llevaba el día que…murió.― &ique
El día jueves llegó más rápido de lo que esperé. Estaba a unos cuantos metros de la parada de autobuses y Kim caminaba justo a mi lado, se le veía algo cabizbaja.― No estés triste, Kim. Voy a grabar todo, te lo aseguró.― Lo sé, ― Dijo y se detuvo para mirarme. ― Es solo que quisiera poder estar ahí.En ese momento la necesidad de abrazarla se hizo intensa. Yo no quería verla sufrir, me dolía y odiaba esa sensación. No tuvimos más oportunidad de hablar porque el autobús que me dejaría frente al auditorio donde sería el evento, apareció. Algunos pasajeros comenzaron a bajar y otros a subir.― Voy a volver con la mejor grabación que te puedas imaginar. ― La miré mientras avanzaba de espaldas hacia la fila que se había formado para abordar. ― Solo espéralo.Ella me sonrió