Kim estaba loca, me había hecho acceder a hablar con su madre, (más bien obligado). Pero verle el rostro empapado en llanto y ver como la tristeza la embargaba, hizo que simplemente accediera sin poner peros.
Imaginé la charla con su madre, ahí sentado sobre la silla con los dientes abiertos de par en par y me di cuenta de que sonaría tan mal y tan poco creíble, que traté de imaginar maneras de hacerlo parecer realista, aunque... ninguna era lo suficientemente buena.
Al final decidimos que el próximo fin de semana, hablaríamos con ella, más concretamente el sábado a las 10:15 AM en su consultorio dental.
Los días en el instituto pasaban como de costumbre, volví a los entrenamientos de básquetbol, salía a comer con Darién, cosa que mi madre recriminaba, (lamentando que su comida no era lo suficientemente buena) Isaac y Kim se volvieron cercanos, y en la casa todos pensaban que jugaba con su "amiga imaginaria". Pero lo má
Esa tarde volví a casa solo, ya que Kim se había quedado con su madre. La señora Sun aceptó nuestro trato, se secó las lágrimas y suspiró lentamente, imaginé que quizá pensaba en su hija, yo me dediqué a mirar a Kim, quien aún lloraba, pero por su expresión supe que no eran lágrimas de tristeza, sino más bien de una pura e inmensa felicidad, ella debía de conocer bien a su madre y seguramente sabía que ahora estaría bien sin ella, que su madre ya podría continuar con su vida. Yo estaba feliz, hablar con su madre me había ayudado a poder dejar de lado ese sentimiento de culpa, ahora tenía motivos para vivir, ya que no se trataba solo de mí, también estaba Kim. Sin embargo…Aun con todo eso, había algo que me molestaba. Si la señora Sun y Oliver ya estaban bien, ¿Qué pasaría con
Durante la mayoría de las clases Kim estaba…“Volando”, como ella le decía, entre los alumnos. Para mí era muy difícil mantener la concentración si ella andaba por ahí susurrando mi nombre cada vez que pasaba cerca de mí, si esto continuaba así, suspendería todas las clases.―Oye Derek. ―Me susurró en clase de Historia.―Mmm…― Fue mi respuesta sin mirarla.―Tu amigo, Darién. ― Dijo y lo señalo, él estaba en el pupitre junto al mío. Yo la observé y asentí discretamente. ― Creo que está enamorado de ella.René estaba en la fila de enfrente y movía desesperada su pierna. No podía verle la cara pero parecía que estaba muy ansiosa, miré de reojo a Darién y supe que algo andaba mal. Sus ojos estaban fijos en René y su expresión era de pr
― Necesito hablar contigo. ― Informó mi padre al terminar la cena. Mamá le dedicó una mirada suplicante pero el negó con la cabeza. En ese momento me di cuenta que estaba en problemas, la razón ya me la imaginaba.― Dime. ― Yo respondí y mamá se llevó las manos a la cabeza suspirando casi fastidiada. Isaac seguía distraído comiendo sus vegetales, siempre los dejaba para el final.― ¿Cuándo vas a dedicarte a tus estudios? ¿Tienes siquiera idea del esfuerzo que hacemos por ti?― Sé que estas molesto. ― Comencé a decir pero un golpe sordo en la mesa atrajó la atención de todos.― ¡Tú no sabes nada, Derek! ¿La escuela es un juego para ti? Tus calificaciones están por los suelos. ¿Quieres que te saque de la escuela? ¿Quieres tener un empleo mediocre?La cara de m
La noche anterior Kim no apareció, pero al levantarme esa mañana me encontré a una sonriente chica vestida con un bonito vestido café, medias oscuras, botas negras y una chaqueta para el frio, estaba jugando en el jardín con Isaac, mi hermano pequeño corría entre carcajadas siendo perseguido por Kim, ella se reía y le decía cosas que no alcanzaba a escuchar. Me quede ahí sin hacer ruido mirándolos jugar. Fue hasta que Isaac me vio y corrió en mi dirección.― ¡Hemanito! ¡Hemanito! ― Gritó y yo lo levanté en brazos.Kim se acercó lentamente y pude verla sonrojarse, agachó un poco la cabeza y me saludó.― Hola, Derek. ― Me miró rápidamente y apartó la mirada.―Hola Kim. ― Le sonreí amablemente tratando de hacerla mirarme. ― Luces muy linda hoy.Ella dio un respingo y sonri&o
El fin de semana pasó muy rápido, Kim había gastado toda la mañana y la tarde del sábado con su familia. Durante la noche vino a verme y me contó que su familia tenía planes de ir a Corea del sur en navidad, para estar con su familia materna.― ¿Tú planeas ir?―No puedo Derek, aunque quiera. ― Se sentó al borde de mi cama y entrelazó sus manos.― ¿Por qué no? ― Pregunté.― Bueno, resulta que el otro día intente ir a ver a Oliver. Primero me subí a un camión, pero cuando llego a los límites de la ciudad, sentí un tirón y volví a aparecer en la parada del donde había abordado el autobús. Entonces intenté caminar hasta salir de la ciudad y paso de nuevo, cuando llegué al límite otra vez el tirón y de pronto estaba justo donde empecé a caminar. En resum
― ¿Con Yuli? ― Pregunté sorprendido.― Si, Derek. No lo sé… Creo que no deberías ir. Están teniendo un momento íntimo.― ¿¡Están haciendo cochinadas!? ― La idea de que mi pobre Kim hubiera presenciado algo como eso me horrorizó.― ¿Qué? ¡Cielos, no! No es eso Derek. ― Yo respiré aliviado. Y continúe avanzando.― Entonces vamos a ver. ― Ella dudó. ― Anda Kim, yo sé que también quieres saber lo que está pasando.― Bueno… si, pero no así.― Kim, anda. Ven conmigo. ― Le extendí la mano esperando que ella la tomara, unos segundos más tarde me di cuenta de que fue tonto, no podíamos tocarnos. Ella lo notó, pero inusualmente se ruborizó.― ¡De acuerdo! Pero solo vamos a escuchar.La escuela ya estaba semi vacía
Kim no volvió durante la noche y tampoco en la mañana, la verdad me sentí aliviado. Supuse que ella también estaba llena de vergüenza. Le di vueltas al asunto toda la noche y por donde lo mirara parecía que yo fuera a confesarme, nadie más que yo podía verla.― “¿La tuya sería mejor?” ¿Pero qué demonios estaba pensando? ― Dije en voz baja mientras caminaba hacia el instituto.Tampoco la vi en las clases, ni siquiera cuando la profesora de física me entregó mi examen con una nota aprobatoria. Inconscientemente sonreí y busqué con la mirada a Kim para mostrarle el examen, pero ella no estaba ahí. En ese momento sentí una extraña sensación en el pecho, una muy parecida al anhelo. El día siguió su ritmo normal, después de historia Darién y yo nos dirigimos al comedor para la hora del
― Hola, Derek. ― Estaba tomando un descanso del entrenamiento cuando Anna Sanders, una de las porristas se me acercó.― Hola, Anna. ― La saludé. Kim estaba sentada a mi lado y había puesto un puchero cuando la chica se acercó a hablarme. Anna se sentó muy cerca de mí y Kim se llevó las manos a la cabeza.― ¡Hay por favor! ― Dijo Kim. ― Ahora seguro que te pregunta por el entrenamiento.― ¿Qué tal el entrenamiento? ― Yo solté una risita. Tanto Kim como yo nos imaginábamos por donde iba la cosa.― Bien. ― Respondí y me dispuse a volver a la cancha.― Espera Derek, quería preguntarte algo. ― Yo me giré y guarde silencio. La chica jugueteó con su cabello y me miró. ― Me preguntaba si este año irás al baile de navidad.Había olvidado que cada año, antes de las vacaciones de invierno la escuela organizab