Axxel
—¡Mierda, Melanie! No hagas esto. No hables de esa forma. Sé que tú no… tú no serías capaz de…
—Pues entérate de algo, Axxel; en mí no queda nada de aquella ingenua que creyó en tus palabras. ¡Ya no soy esa tonta que tú conocías! —grita. Me duele saber que le causé tanto daño.
Su aroma a primavera sigue danzando en el aire, pero ella ya no está. Se ha ido, dejando mi alma en el infierno del que quería rescatarla.
***
—Sam, necesito otra. No me la niegues. Quiero beber hasta morir.
—Ya basta, Axxel. Llamaré a Maison para que venga por ti. —dice como amenaza.
—No seas imbécil, no soy un niño.
—Pero te estás portando como uno. Así que basta ya. Te irás a casa.
Que se vaya
MelanieMelanieSalgo a escena como todas las noches para interpretar el papel que va en contra de todo lo que creí, de todo lo que fui un día. Cuando lo hago, busco concentrarme en un punto lejano, uno donde ninguna mirada lasciva me esté mirando.Esta noche, mi punto no es el letrero de Salida del local, esta noche lo veo a él, al hombre que destruyó mis sueños, al hombre que jamás he podido olvidar, a Axxel Wilson. Tiemblo ante todas las emociones que sigue despertando ese pedazo de idiota en mí.Aparto la mirada y sigo con mi papel, con mi gran teatro, pero sé que él sigue viéndome. Siento lo profundo de sus ojos rasgando mis entrañas… quemándome la piel. Es un viaje de la tierra al cielo, pero no dura mucho… caigo en picada y sin paracaídas«¿Por qué hoy
—Buenos días, bebé. ¿Qué tal tu noche en el club? —pregunta Nick después de darme un beso.—Bien. Algún idiota iniciando una pelea, pero detenida a tiempo por Steven, el guardaespaldas estrella del club.«¡Ay! Si tan solo supieses quién fue ese idiota.» —Te he dicho que dejes ese lugar. Yo puedo tomar más turnos y...—No, Nick. Estoy cansada de hablar de lo mismo. Tu sueldo de bombero no da para más y no quiero ponerte en esa situación. Ya has hecho mucho por nosotros.Vale aclarar que Nick no tiene idea de lo que hago allí. Según mi versión, soy la encargada del lugar. Sí, encargada de mostrar las tetas en tres funciones.—Bebé… ustedes son mi mundo entero. Lo sabes. —Toma mis manos y me mira con dulzura. «Sé que es as&
AxxelEstoy cayendo. Caigo lentamente en un maldito abismo al entender que ese niño es mi hijo.De ninguna jodida manera había considerado esa posibilidad y mi cabeza se llena de porqués. ¿Por qué mintió? ¿Por qué se fue? ¿Por qué se casó con Nick? No puedo decir una palabra. Creo que he dejado de respirar. Entonces, escucho su voz y me trae a la vida. Su voz es dulce, hermosa. Es la voz del hijo que creí perdido.Melanie promete que hablaremos, pero no le creo. Ella me mintió una vez, puede hacerlo de nuevo.No me iré de aquí. No dejaré que huya de nuevo.Me meto en mi Hummer y sigo ahí hasta que veo salir el sol. Es una ironía, nos prometimos amaneceres y nos inundamos de oscuridad.¡Joder! Asumo mi culpa por haberla abandonado en aquel momento, pero ella me mintió, me ocultó a m
MelanieEl tiempo vuela hacia atrás, a aquella primera vez que me besó, con esa intensidad que me agobiaba y me deleitaba a la vez. Me desconecto del mundo y viajo a las estrellas… muy lejos de aquí.Sus dedos acarician en mi piel y florezco como un rosal en primavera. Me siento viva debajo de sus manos y deseo, ruego que al abrir los ojos estemos en Miami cinco años atrás, lejos de este presente absurdo en el que no soy suya.—Axxel… no puedo. No lo hagas más difícil. —Imploro, esperando que él sea más fuerte que yo porque estoy cansada de luchar, de tratar de olvidar sus besos con cada uno de los que Nick me da.«Eso está mal, Melanie. Detenlo», grita mi parte racional, la que no se amilana por unas cuantas caricias.—¡No! —Bramo agobiada y lo empujo.—Princesa… no me dejes de nuevo. No me cast
MelanieHan pasado varios días desde que Axxel vino aquí, pero no me ha abandonado esa sensación de incertidumbre. Cada día, batallo con mi mente y mi corazón. La primera, me exige que no lo piense; y el segundo, pide por él.«¿Qué hubiese pasado si la carta correcta hubiera llegado a sus manos?» La duda es como el sonido del pungi[1] que encanta a la serpiente, te seduce, te atrae, pero debo detener ese sonido, debo dejar de pensar en el pasado. Eso no cambia nada. Para el bien de todos, espero que olvide el camino a casa. Ryan no lo necesita y yo tampoco. Ya no.«¿Estás segura?», me reta mi subconsciente. Y no lo estoy, sé que es mentira, que lo quiero, que lo deseo conmigo, pero ya no importa lo que yo quiero. Mi única prioridad es mi hijo y su estabilidad.—¿Estás lista, dulzura? &md
Axxel«No lo toques». Esas tres palabras las siento como un tizón ardiente que me lastima el corazón. «¿Por qué lo dice? ¿Por qué no puedo tocar a mi hijo?»Estoy en medio de un sueño y una pesadilla. El sueño es ella junto a Ryan siendo una madre que cuida y vela por mi hijo. La pesadilla soy yo al margen de ellos, fuera de lugar, una sobra… un don nadie.Mi hijo corre y lo pierdo de vista cuando cruza la puerta. No entiendo el rechazo de Melanie. ¿Tanto daño le causé para que me desprecie de esa forma? Le reclamo por tratarme como mierda, pero sus palabras me golpean como una ola, una que me hunde a lo profundo del mar, de donde no saldré hasta que me diga qué es lo que tiene mi hijo.—No tomes a Ryan como una excusa para llegar a Melanie, él no es un puente. Apártate. Yo lo h
—Cuando mamá se entere… ya quiero conocerlo, Axx. Seguro es tan bello como tú. Estoy deseando que llegue julio para comprarle un regalo.—Hayley, escucha… no sé si lo veré de nuevo, no sé si lo puedes conocer y no sé si puedes darle un regalo.—Pero ¿por qué? Yo quiero conocer a mi sobrino. —se queja y cruza los brazos.—Fui a su casa y no estaba. Creo que se fue de nuevo y quizás para siempre. —digo. Ella comienza a llorar.—Pequeña, quizás el idiota de tu hermano exagere. No llores, creo que ya lo has hecho por esta y la otra vida. —murmura Maison, abrazándola.«Serás pendejo. Ojalá estuviera exagerando.»—Iré unos días a Miami, necesito resolver unas cosas. Si Mel aparece por aquí, me llaman enseguida. La encontraré, Hayley. Co
MelanieAxxel me toma la mano y ese pequeño contacto con su piel, me hace alucinar, me hace desear más… tanto que me paraliza. Soy tan débil cuando estoy delante de él. Me vuelvo nada.Me besa en la mejilla y se va, dejándome turbada, agotada por todo lo que enciende en mi interior. No tengo ánimo ni energía para entrar a casa porque sé lo que me espera, sé lo que pasará: me enfrentaré a una batalla campal con Nick y no puedo hacerlo, no en este momento.Camino a la casa de al lado a esconderme un rato ahí, donde no está Nick, donde no tengo que discutir con nadie. Doy dos toques y luego dos más cuando Lucy no abre la puerta.—¡Un momento!No pasa mucho cuando abre, con el rostro cubierto de algo marrón que sospecho puede ser… chocolate.—¿Y ahora qué hiciste? —pregunta