Recostada en su cama, después de un intenso sexo, le observaba, mientras él acariciaba delicadamente mi rostro.En aquel momento no me parecía una locura lo de irnos a vivir juntos. Despertar cada mañana al lado de ese guapísimo hombre, e irme a dormir entre besos y caricias. Era como estar en el paraíso.Nos mirábamos con calma, estudiando minuciosamente los rasgos del otro, enamorados de lo que estábamos viendo, sintiendo aquella sensación en nuestro interior, abrazándonos, abrumándonos.- Quédate a dormir – me dijo. Sonreí, negando con la cabeza – ni siquiera tienes que trabajar, aún estás de vacaciones, así que …- Deja que me lo piense un poco más – pedí. Él asintió, sabiendo exactamente a lo que me estaba refiriendo – si m
Jamás, repito, jamás, dejéis que un hombre os ayude a subiros la cremallera del vestido, cuando llegáis tarde a la boda de su hermana, y más si ese hombre es tan ardiente como él.Me besaba, apasionadamente, aferrándose a mi cintura, olvidándose de todo por unos minutos.- La boda – me quejaba, entre besos, con él jadeando sobre mi boca – llegaremos tarde.- No quiero presionarte – me dijo, con la voz marcada por el deseo, metiendo su mano por el hueco de la cremallera, erizando mi piel – pero esta noche te quiero en mi cama.- La última persona que llega debe ser … - más besos – la novia, no el hermano de la novia.- Vale – aceptó, retirándose de mí, dándome un poco de espacio, tirando de mi mano, dándo
Nos sentamos en nuestras mesas, sin tan siquiera saludar a su padre.Estábamos en la mesa más pegada a la de los novios, en la cual sólo estaban los novios y los padres de estos. En la nuestra estaban los hermanos y parejas.Él me presentó en seguida. Julio, hermano mayor del novio. Tatiana, su novia. Jesús, el hermano pequeño del novio. Amaya, su nuevo ligue. Lupe, la hermana del novio, no tenía pareja.- Chicos – los llamó a todos – ella es María, la mujer de mi vida – bromeó, haciéndome sonreír. Me sentía cohibida en aquel momento, como un mono de feria.- ¿Y qué pasó con la actriz francesa? – quiso saber Lupe, que al parecer no tenía modales. ¿quién hablaría de la ex de tu novio sin cortarse un pelo, en un
Sumergida en mis sueños, en una bonita noche estrellada, sentada sobre el tronco torcido de un árbol, atenta a los hermosos sonidos de la noche, relajada, admirando el firmamento. Me encantaba aquella sensación.- Mira – dijo una voz a mi lado, levantando la mano, señalando a un punto en mitad de la nada. Lo vi en seguida, una estrella fugaz atravesando el cielo. Sonreí, porque era la primera vez que veía una - ¿has pedido un deseo? – quiso saber, aquel niño extraño, ese que solía menospreciarme a diario. Me iré a mirarle. Quizás era una de sus bromas pesadas, aunque… no lo parecía, en lo absoluto. Aunque… tampoco es que pudiese apreciar las cosas con mucha lucidez, era mi primera borrachera, y estaba bastante mareada, sentía que flotaba en aquel bosque.- ¿Qué has pedid
Dábamos una vuelta por el paseo, junto al mar, sin poder dejar de mirar hacia su hermoso rostro, era tan sumamente guapo, y … era todo para mí. Sonreí, como una tonta, encantándome la forma en la que nuestros dedos encajaban.Él lucía sumamente pensativo, cuando me detuve junto al puerto, cortándole el paso, haciéndole sonreír, apoyando las manos en sus hombros.- Me ha encantado que vinieras a recogerme a la cafetería – ensanchó la sonrisa – ¿qué tal fue tu mañana de trabajo?- Aburrida – aseguró, hizo una mueca divertida, haciéndome reír – Escucha, tengo un viaje de última hora – dejé de reír y le observé – tengo que arreglar las cosas con los franceses… - tragué saliva, porque sabía que eso significaba
Llevaba puesto un vestido blanco, palabra de honor, sin sujetador y sin bragas, y me sentía de lo más incómoda, tenía la pequeña idea de que iba a salírseme algún pecho y todo el mundo me lo vería, o peor aún, que se me notaría los pezones a través de la tela del vestido.Hacía más calor que el de costumbre, así que llevaba el cabello recogido en una coleta.Me personifiqué en su casa a eso de las nueve y media de la noche, saludé a Rafael, que me recibió con una sonrisa, indicándome que su señor me estaba esperando en la terraza.Se me cortó la respiración en cuanto le vi, y me arrepentí de no llevar bragas, iba a correrme allí mismo y mojaría las piernas y el vestido… ¡Por Dios!Estaba guapísimo, con unos pantalones blancos y una cam
El uno junto al otro mirábamos hacia las estrellas, de pie, después de un rico postre de limón que su cocinera nos había preparado. Debo admitir que la cena fue perfecta, incluso él fue perfecto.- … y entonces llegó Neus, de sus vacaciones por la costa italiana, y mamá tuvo la excusa perfecta para cambiar de tema… - me contaba, sobre lo duro que era su padre con él.- ¿no crees que terminaré conquistándole, como te he conquistado a ti? – bromeé, sonrió, bajando la cabeza un momento, mientras yo miraba hacia él, ladeándome por completo.- Él no es una persona fácil, María – siempre se tornaba triste al hablar sobre su progenitor – no me pondrá las cosas fáciles, pero eso no es algo nuevo para mí – me confesaba, tr
El hotel que él eligió era espectacular, no sólo porque la suite en la que nos hospedábamos estuviese sobre un alto edificio, en un perfecto ático con piscina y todos los lujos que me pudiese imaginar. La decoración del lugar era muy barroca.Entramos entre risas y bromas.- Ponte cómoda – me dijo, mientras salía a la terraza, a atender una llamada. Sonreí, guiñándole un ojo, para luego abrir la maleta y ordenar los vestidos, para que no se me arrugase.Me coloqué el bikini, pues no quería dejar escapar la oportunidad de estrenar la piscina climatizada, pasando por su lado, haciendo que dejase de discutir en francés, y se fijase en mí. Se despidió, con desgana, dejó el móvil sobre la mesa y me siguió.Me tiré al agua, observándole allí, desnudándose, tir&a