*Liam*Su cabeza parecía a punto de estallar mientras veía a varias personas a los lados de la cama. Esas personas que lo estaban tocando y retirando cables y a saber qué más, también estaban hablando y haciéndole preguntas que no sabía cómo ni de qué manera responder. Por lo pocos fragmentos que pudo escuchar con atención, supo que había estado en coma por casi un mes debido a un traumatismo causado por un fuerte golpe en la cabeza. Y poco a poco, la realidad se hacía más nítida y todo caía en su lugar, por decirlo de alguna manera. Sabía que estaba llorando, podía sentir la humedad tibia en sus mejillas y no le importó. Había visto y sentido lo suficiente como para darse cuenta de que estaba en esa cama de hospital por el resultado de una golpiza que le dieron afuera del Blue Heart. Y todo era demasiado para procesar. Todo era demasiado para…—Te realizamos tres TAC mientras estabas en coma. Cada resultado arrojó el mismo diagnóstico. Sufriste una conmoción grave y por tu seguridad
*León*Hacía un mes había padecido del peor susto de su vida. Bueno, no solamente Leo, todos lo hicieron. Sin embargo, mirando ahora hacia atrás, solo parecía un maldito sueño, una maldita pesadilla y por fin habían despertado. Las cosas poco a poco estaban volviendo a su cauce normal y eso era algo que decir. Liam ya estaba completamente recuperado y listo para regresar a su vida cotidiana, donde la había dejado, pero…—¿Qué coño crees que estás haciendo? —León arqueó una ceja, bebiendo su café y mirando y escuchando la misma disputa que se venía repitiendo desde hace un par de días—. Ve a la cama. Necesitas descansar. Es demasiado pronto para regresar.—No lo haré. Ya pasó el tiempo suficiente y hace dos días tuve el último chequeo —Leo asintió, aunque no le estaba hablando a él—. Los médicos dijeron que estoy gozando de una buena salud, tanto física como mental. Además, necesitas ayuda con el bar y…—¿Y crees que me importa lo que han dicho esos tipos?—Tienes que. Son profesionale
*Liam*Había creído que las cosas estaban bien y que lo que le había ocurrido fue solo un evento que le habría podido pasar a cualquiera. Y no, no fue así. No era tan iluso como para no haberse dado cuenta que sus amigos actuaban extraños, como si le estuvieran ocultando un secreto. Así que no tuvo más alternativa que ponerse firme y exigir explicaciones.Liam había esperado que sus amigos le dijera cualquier cosa y estarían bien, pero nunca imaginó que lo que ocultaban era el verdadero motivo del por qué él terminó recibiendo una golpiza que lo condenó a un coma por semanas. Una golpiza que tuvo secuelas porque Liam había estado teniendo pesadillas y despertando a los gritos por las noches. Y si no fuera por la ayuda psicológica que estaba recibiendo, la situación sería otra. Sin embargo, por propia insistencia, terminó sabiendo toda la verdad. Se había sentido traicionado por sus amigos porque no confiaron en él con todo lo que ocurría y tuvo discusiones y peleas con todos ellos, in
*Nick*Cuando el camarero recogió los platos vacíos había pedido la cuenta, pero Ámber lo detuvo, diciendo que no le vendría mal terminar la velada con un buen café y un postre. Así que ahí estaba Nick, viendo a Ámber beber su bendito café y comer una porción de tarta de frutos rojos. Ella había estado parloteando sobre los planes que tenía en mente, sobre cómo quería que las cosas entre ellos avanzaran y por supuesto, cómo quería que fuera la gran boda. Nick solo asentía o farfullaba algún monosílabo, siempre con una sonrisa forzada en los labios, todo para que ella creyera que él estaba de acuerdo. Nick le seguía la corriente, eso es cierto, pero ni que su vida dependiera de ello, se casaría con Ámber.—Es raro que no hayas pedido un café para ti, Nicky —Otra sonrisa forzada… —. Siempre fuiste de una buena taza de café después de la cena. Supongo que ese hábito ha cambiado.Había un cierto dejo de algo en el tono de voz de Ámber, algo muy parecido al sarcasmo, pero Nick volvió a son
*Kael*Maldijo una y otra vez, mirando con enojo el teléfono en su mano. Había estado tratando de comunicarse con Frederick, el padre de Nick, pero el hombre no respondía su teléfono. Probó con el teléfono de línea de la casa y tampoco hubo suerte. ¿Dónde estaba todo el mundo cuando más se necesitaba? Dios, todo se estaba yendo a la misma mierda y si no hacía algo pronto, Nick podría… No, no debía pensar en cosas malas. No debía ni tenía que ser pesimista. El plan por fin estaba en curso y saliendo a la perfección. Sin embargo, esa breve conversación telefónica con Nick le dejó un mal sabor de boca. Algo estaba ocurriendo, lo presentía.—¿Pudiste comunicarte con Fred? —Kael exhaló un suspiro y negó con la cabeza en torno a Nathael—. ¿Qué hacemos, K? ¿Damos aviso a la policía?Kael cerró los ojos por unos segundos, tratando de calmar los nervios para poder pensar con nitidez. Demasiadas cosas rondando por su mente… Demasiado todo y el peso del mundo parecía haberse acoplado a su espald
Solamente las personas que han perdido a un ser querido saben exactamente lo que es sentir un profundo dolor dentro de sí y un vacío que no se llenará con nada ni con nadie, nunca. El destino a veces es cruel con aquellos que no lo merecen. A veces no entendemos cómo es posible que todo cambie de la noche a la mañana, que todo modifique tanto, al punto de perdernos a nosotros mismos en el proceso. Lo nefasto, sin embargo, es que nadie está preparado para lo que puede ocurrir mañana… No, de hecho, nadie sabe lo que puede pasar mañana o dentro de una hora, unos minutos. Todo puede pasar, todo puede cambiar. Entonces, ¿por qué esmeramos tanto en planificar un futuro? ¿Por qué nadie nos avisa que las situaciones pueden variar de un instante al otro? Es completamente injusto. Y el dolor solo crece y crece, te consume lentamente hasta dejarte sin ganas de nada…Y las cuestiones tan mundanas cuando se pierde a un ser querido nunca tendrán réplicas, pero es inevitable no preguntar, ¿por qué n
*Kael*Había perdido la cuenta de las veces que vio a su amigo llorar y gritar de angustia y dolor. Había perdido la cuenta de las veces que lo consoló, diciendo que todo estaría bien y que pronto todo pasaría, que el dolor se iría… No, nada de eso era verdad. Nada estaría bien en un tiempo.Demasiadas cosas habían ocurrido en el último mes, demasiado para asimilar aún. La desgracia tocó la puerta y entró, sin permiso, llevándose a seres queridos en el proceso y dejando un vacío enorme que no podría llenarse con nada ni con nadie, nunca. Parecía como si algo oscuro e invisible no los dejaba vivir en paz, vivir tranquilos y ser felices. Y Kael tenía que ser fuerte, mantenerse en pie y ser ese hombro amigo que siempre fue para Liam y todos sus amigos. No era sencillo tratar de ofrecer y dar consuelo cuando Kael estaba aún procesando los últimos eventos y a veces creía que estaba en una maldita pesadilla de la cual ansiaba despertar. Sin embargo, no era un mal sueño, nunca lo fue. Desde
*Liam*Había perdido la cuenta de las veces que lloró, gritó y suplicó porque nada de esto fuera verdad, pero nadie escuchó. Nadie lo despertó de lo que supuso era la peor pesadilla que había tenido en su vida. Porque no era una pesadilla. Liam lo supo mucho después, cuando la aceptación comenzó a enraizarse dentro de sí, esparciendo ramificaciones por cada recoveco de corazón y su mente.La pérdida de un ser querido seguiría doliendo hasta el final de sus días, pero ahora que ya había pasado un mes, la aceptación estaba haciendo de las suyas y si bien Liam aún podía sentir los dedos fríos de la tristeza acariciarle el rostro, lo había aceptado y asimilado. La Muerte estuvo presente en sus vidas desde que el plan comenzó y ni Liam ni ninguno de sus amigos pudo detenerla. Tocó la puerta, entró y se llevó a un ser querido. Lo nefasto, sin embargo, era el hecho de que Liam jamás sospechó nada ni tampoco imaginó la magnitud de la maldad de aquella persona que estuvo detrás de la orquesta