Kael.Había pasado más de una semana y las cosas no estaban ni cerca de estar bien, mucho menos de resolverse. Por más plan que hubiesen elaborado, ponerlo en marcha estaba siendo todo un desafío. Sin embargo, muy en el fondo, sabía que tarde o temprano la calma regresaría a sus vidas, pero, ¿cuánto tiempo más podrían esperar? La cruda verdad era que Liam seguía postrado en una camilla de hospital, inducido a un coma farmacológico por recomendación de los médicos. Alex y León los mantenía al tanto de cada pequeña cosa que ocurría y la impotencia y la rabia por no poder estar con sus amigos… No, no era momento para ese tipo de lamentaciones. De hecho, era momento de dar el siguiente paso del plan que minuciosamente había elaborado con los chicos y otras personas cercanas a ellos. Una de esas personas era el mismo Frederick Müller y eso era una gran ventaja. Kael lo sabía mejor que nadie. El padre de Nick estuvo más que dispuesto a ofrecer toda su ayuda cuando Kael reveló todo lo que ha
Kael.Todo estaba mal. La opresión en su pecho solo acrecentaba a medida que pasaba las páginas de aquel viejo diario personal. Le latía las sienes, el dolor de cabeza incrementaba, las lágrimas que bañaban sus mejillas le nublaban la vista, pero nada de eso podía hacerlo detener. Algo le decía, algo muy dentro de sí, le decía que continuase leyendo…«11 de julio. Por fin pude verte. Eres tan pequeñito y hermoso. Tu corazoncito late muy deprisa; el médico me explicó que es normal y que estás creciendo muy sano y fuerte. Ella estuvo presente en todo el proceso, pero no mostró ningún sentimiento. Sin embargo, yo te quiero mucho, bebé.05 de agosto.Hoy me tuvieron que llevar a urgencias. La verdad es que no quiero perderte, aunque sé que de todas maneras será así. Fue inevitable no amarte, siento tus pequeñas pataditas y no me dejas dormir por las noches… Bebé, te mueves mucho. Serás muy hiperactivo. Ella llegó después, cuando ya estaba en la habitación. No me gustó mucho la forma en l
NickEl dolor punzante en sus sienes solo incrementaba con cada segundo que pasaba. Sus ojos escocían, las lágrimas seguían bañando su rostro, haciendo surcos cristalinos y salados por sus mejillas. Aun así, siguió leyendo las páginas del aquel diario personal, tratando de armar las piezas del maldito rompecabezas. Todo había sido un engaño, una mentira y ahora, ¿qué seguía? No podía pensar con claridad en estos momentos, porque el único pensamiento que predominaba sobre su racionalidad, era ir a la casa de sus padres y hacerle frente a la mujer que solo trajo dolor, sufrimiento y desgracias sobre su vida. No era solo él, maldita sea, eran todos. El sufrimiento, el dolor, las desgracias habían alcanzado a sus mejores amigos y al hombre que amaba con toda su alma. Lo nefasto, Liam se encontraba luchando por su vida en una cama de hospital, lejos de él.Inútilmente deseó estar dentro de una horrenda pesadilla, deseo que todo no fuese otra cosa que un jodido mal sueño, y no lo era. Esto
*Nick*Lo primero que sintió fue un dolor punzante y palpitante en sus sienes; lo segundo que sintió fue el escozor en su garganta cuando intentó tragar saliva. Se restregó las manos por el rostro y abrió lentamente los ojos. La luz lo cegó por unos segundos, provocando que el dolor de cabeza incrementase. Las náuseas no tardaron en aparecer y, como pudo, se levantó. A trompicones llegó al baño, cayendo de rodillas frente al retrete y vomitó. ¿Qué había pasado? ¿Por qué se sentía como si hubiese sido atropellado por un autobús? Todo su cuerpo gritaba de dolor y no entendía porque…—Sé que te duele, pero era esto o dejar que cometas una locura —Cerró los ojos, intentando recordar… —. Lo último no era una opción y tuve que noquearte.Sintió una mano acariciarle la espalda y se removió bajo el tacto. Cuando terminó de expulsar lo poco que tenía dentro de su estómago, se dejó caer de bruces y agachó la cabeza.—Vamos, Nick, tienes que ponerte de pie —Negó con la cabeza y se arrepintió. El
*Nick*El plan era simple y solo debía seguirlo al pie de la letra. No estaba seguro de poder hacerlo, no cuando tenía que aparentar que no sabía nada y que todo estaba más que bien. Había demasiadas cosas que rondaban por su mente, demasiados pensamientos sin son ni ton, pero la hora se acerca y no podía titubear.Junto con sus amigos, Kael y Nathael, habían tenido una reunión con un abogado. Presentaron las pruebas y eso fue todo. Parecía fácil a partir de allí, pero no lo era. Por más pruebas que tenían, todavía necesitan algo mucho más incriminatorio para poder realizar una denuncia formal. Al parecer el acoso no había sido suficiente y respecto a lo que le había ocurrido a Liam tampoco. Sobre esto último el abogado había sido muy riguroso. Todos sabían quién era la culpable de que Liam estuviera luchando por su vida en estos momentos; lo nefasto era la falta de pruebas y testigos. Además, solo podían especular. La única persona que podía hacer una acusación formal no podía porque
*Liam*Su cabeza parecía a punto de estallar mientras veía a varias personas a los lados de la cama. Esas personas que lo estaban tocando y retirando cables y a saber qué más, también estaban hablando y haciéndole preguntas que no sabía cómo ni de qué manera responder. Por lo pocos fragmentos que pudo escuchar con atención, supo que había estado en coma por casi un mes debido a un traumatismo causado por un fuerte golpe en la cabeza. Y poco a poco, la realidad se hacía más nítida y todo caía en su lugar, por decirlo de alguna manera. Sabía que estaba llorando, podía sentir la humedad tibia en sus mejillas y no le importó. Había visto y sentido lo suficiente como para darse cuenta de que estaba en esa cama de hospital por el resultado de una golpiza que le dieron afuera del Blue Heart. Y todo era demasiado para procesar. Todo era demasiado para…—Te realizamos tres TAC mientras estabas en coma. Cada resultado arrojó el mismo diagnóstico. Sufriste una conmoción grave y por tu seguridad
*León*Hacía un mes había padecido del peor susto de su vida. Bueno, no solamente Leo, todos lo hicieron. Sin embargo, mirando ahora hacia atrás, solo parecía un maldito sueño, una maldita pesadilla y por fin habían despertado. Las cosas poco a poco estaban volviendo a su cauce normal y eso era algo que decir. Liam ya estaba completamente recuperado y listo para regresar a su vida cotidiana, donde la había dejado, pero…—¿Qué coño crees que estás haciendo? —León arqueó una ceja, bebiendo su café y mirando y escuchando la misma disputa que se venía repitiendo desde hace un par de días—. Ve a la cama. Necesitas descansar. Es demasiado pronto para regresar.—No lo haré. Ya pasó el tiempo suficiente y hace dos días tuve el último chequeo —Leo asintió, aunque no le estaba hablando a él—. Los médicos dijeron que estoy gozando de una buena salud, tanto física como mental. Además, necesitas ayuda con el bar y…—¿Y crees que me importa lo que han dicho esos tipos?—Tienes que. Son profesionale
*Liam*Había creído que las cosas estaban bien y que lo que le había ocurrido fue solo un evento que le habría podido pasar a cualquiera. Y no, no fue así. No era tan iluso como para no haberse dado cuenta que sus amigos actuaban extraños, como si le estuvieran ocultando un secreto. Así que no tuvo más alternativa que ponerse firme y exigir explicaciones.Liam había esperado que sus amigos le dijera cualquier cosa y estarían bien, pero nunca imaginó que lo que ocultaban era el verdadero motivo del por qué él terminó recibiendo una golpiza que lo condenó a un coma por semanas. Una golpiza que tuvo secuelas porque Liam había estado teniendo pesadillas y despertando a los gritos por las noches. Y si no fuera por la ayuda psicológica que estaba recibiendo, la situación sería otra. Sin embargo, por propia insistencia, terminó sabiendo toda la verdad. Se había sentido traicionado por sus amigos porque no confiaron en él con todo lo que ocurría y tuvo discusiones y peleas con todos ellos, in