Continuación inmedianta del capítulo anterior.
Carraspeó un poco mientras se alejaba unos pocos centímetros del cuerpo de Nick. Dios, no quería que los nervios aflorasen nuevamente. Además, él no estaba dispuesto a disfrazar la verdad, no, él diría la verdad así esta le doliese un poco a Nick o le provocase celos o algo así.
—Oh, bueno… —balbuceó—. Es una buena persona.
—Aja, no me estás diciendo nada, Li —Bufó algo por lo bajo mientras rompían el abrazo—. Él te gus…
—No… —Señaló el sofá y ambos se desplomaron sobre el mullido sillón. La tensión se adueñó de su estómago, tenía que de
*Nick*¿Cuántas veces lo habían hecho? Si tuviese que ser honesto, acorraló a Liam en cada superficie plana del departamento y, bueno, toda la actividad física lo dejó bastante cansado, al igual que a Liam.Su novio dormía tan malditamente sosegado, la cabeza sobre su pecho y se permitió grabar en su memoria cada detalle del rostro sereno y asalmonado de Liam. Dejó que sus dedos se enredasen entre las hebras azabaches y sedosas, acariciando lentamente. Estaba en paz consigo mismo, estaba bien, ellos estaban bien y por más que en algún recoveco de su consciencia supiese que todo acabaría más temprano que tarde, no quiso cavilar de más pensando en cosas que a la larga se solucionarían.(…)Sintió algo que le provocaba tenues cosquillas en su pecho y se removió en un intento de alejar aquello, pero el letargo poco a poco lo abandonaba
*Ámber*Una semana transcurrió desde que Nick viajó a Madrid, España. Según por negocios. Por supuesto, todo el asunto no era más que un engaño y desde el principio lo supo. Ocultó el desagrado detrás de una fachada comprensiva y no hizo nada para impedir que Nick se marcharse. Estaba bien, se mantuvo al margen y así planificó detalladamente todos los pasos a seguir.Siempre tuvo presente que el dinero lo compra todo y, para ella, el dinero no era un inconveniente. Disponía lo suficiente como para vivir dos vidas y más, si quisiese. Tal la razón por la cual no titubeó y contrató a unos de los mejores detective privados. Una semana después, llegó a sus manos un minucioso informe. Horarios, lugares, personas, fotografías, cada minúsculo movimiento fue registrado y ahora que aquello yacía en sus manos, debía continuar co
*Liam*No era la primera —y dudaba que fuese la última— que sus amigos lo pillaban en cierto estado de desnudez. La vergüenza hace mucho había quedado en segundo plano, ellos eran así y se hubo habituado al singular comportamiento de todos.Posterior a recobrar la compostura, una buena ducha y muchos besos con Nick, ambos dejaron la calidez del cuatro para encontrarse con sus amigos en el living. Pudo percatarse del estado de ánimo general, algo había ocurrido y necesitaba saber qué era.La conversación comenzó siendo amena, hubo algunas bromas y chistes subidos de tonos, haciendo referencia a cómo sus amigos lo encontraron a Nick y a él.Leo se encargó de ordenar pizzas y Nath de organizar la mesa. Era extraño, sin embargo, tenerlos en su departamento como si en realidad nunca se hubiesen separados. Pese al confort que emanaban sus amigos, notó cie
*León*Aún se sentía apocado cada que visitaba a sus suegros y esta noche no fue la excepción. Los padres de Alex lo acogieron desde, prácticamente, la primera vez que lo conocieron. Puede que se hubo sentido algo melancólico —las primeras veces— porque olvidó lo que era pertenecer a un núcleo familiar. Sin embargo, con el pasar del tiempo, aquella melancolía se esfumó, pero aún persistía la vergüenza.La visita no duró más que una hora, había ido con el único propósito de dejar a Hazel.Se despidió de los padres de su novio, prometiendo que los visitaría en otra ocasión y, mientras salía de la casa-mansión, llamó a Lex.—¿Dónde estás?—Acabo de salir de la casa de tus padres —replicó, quitó el seguro del auto&md
*Liam*Todo a su alrededor dejó de tener relevancia y su atención estaba puesta en las dos personas que se hallaban frente a él. Creyó que quizá hubo escuchado mal, pero al comprobar la atónita mirada de Nick en torno a Raquel…—¿Mamá?De soslayo, vio a la fémina asentir lentamente y se percató de que ella también se encontraba en un estado de estupor.—Oh, Dios. ¡Mamá!—Y-yo… —titubeó, pero optó por callarse.Todo sucedió tan rápido que le estaba costando mucho procesar, Nick abrazando a Raquel, su mejor amiga y…—Dios mío, no puedo creerlo —Escuchó hablar a Raquel—. Hijo, tú… Oh, Dios…—Creo que… —imperó, acercándose a los dos—. Es mejor que tengan un poco de privacidad y&hel
*Ámber*La rabia, los celos y la ira, no eran buenas consejeras y lo sabía. Sin embargo, no estaba dispuesta a dar marcha atrás, no cuando hubo pasado años de su vida lejos del hombre que amaba y por el cual sacrificó muchas cosas. No sentía culpa, no sentía nada al recordar lo que hizo con tal de tener hoy día todos los medios para recuperar al amor de su vida.«—Lo siento, señorita, usted es estéril —Observó el documento, las manos temblaban—. No podrá tener hijos.—N-no, esto no puede estar sucediéndome —Ahogó un sollozo—. P-por favor, dígame que existe una posibilidad, algún tratamiento, cualquier cosa, por favor.—Lo lamento, pero en su caso no lo hay —Las lágrimas empañaron sus mejillas—. Sin embargo, podemos ofrecerle algunas alternativas.
*Liam*Aún le resultaba difícil asimilar todo lo que hubo ocurrido en las últimas dos semanas y lo fue aún más cuando tuvo que despedirse de sus amigos y de Nick. Así que sí, todo había regresado a como antes o tal vez no. De hecho, no, nada era como antes.Ahora, mirando hacia atrás, estaba seguro de que el destino era un tanto caprichoso y tuvo que aceptar que no todo era como lo creyó en un principio. Todo mutó nuevamente, pero para bien. Sin embargo, temía porque fuese efímero; además, notó cierto distanciamiento por parte de Leo y Alex para con él. No sabía por qué sus amigos comenzaron a actuar un tanto extraño desde que los chicos se fueron, no sabía por qué Alex lo mantenía ocupado en casa, haciendo el trabajo desde su departamento y no en el Blue Heart como debiese. Intuía que algo no andaba bien
*León*A su percepción, todo iba cada peor. Se sentía dolido por no haber sido escuchado, porque su novio pasó de él, de sus advertencias. Lo había dicho tantas veces, pero Alex no le dio tanta relevancia a la situación como debía y las consecuencias, ahora, resaltaban a la vista. Nunca creyó pasar tantas horas sin dormir, nunca imaginó ver a uno de sus amigos postrado en una camilla de hospital, inconsciente y entubado, con ayuda mecánica para respirar. Las consecuencias, por no haber sido escuchado, fueron nefastas y no ayudaba, en lo absoluto, las veces que Lex le pidió disculpas. Y, para agregar mas leña al fuego, tenía problemas con su novio. Sin embargo, optó por guardarse todo el malestar personal y centrarse en lo realmente relevante. En Liam. Liam llevaba tres días en terapia intensiva, con un estado reservado por parte de los médicos. Nadie aún sabía cómo sucedieron los hechos, la investigación se hallaba en un callejón sin salida y la justicia poco y nada podía hacer. En